23 de marzo de 2013

Johan Cruyff contra Adidas


El mundo del fútbol no sólo se limita a cuatro líneas de cal y un balón. Es todo un imperio en el que muchas anécdotas exceden lo deportivo, pero no por ello caen en el saco del olvido. Durante todas las épocas se han sucedido una larga retahíla de curiosidades. Una de ellas tuvo como protagonista nada menos que a Johan Cruyff y a la selección de Holanda en el Mundial de Alemania 1974. A decir verdad, la auténtica estrella de esta historia sería el uniforme de El Flaco y la prestigiosa firma deportiva Adidas.

Aquella edición de la Copa del Mundo es más recordada por el fútbol rompedor de Holanda que por la victoria de Alemania. La Naranja Mecánica, como empezó a ser llamada por los medios de comunicación en referencia a la famosa cinta de Stanley Kubrick, estaba patrocinada por Adidas. Ese Mundial fue el primero en el que la todopoderosa marca alemana comenzó su patrocinio con el Campeonato del Mundo, una relación que se mantiene vigente hasta los tiempos actuales. Hablar de Adidas es sinónimo de hablar de fútbol.

No obstante, Johan Cruyff en ese momento tenía contrato de exclusividad con la también alemana Puma, que le proveía la botas. A fin de que no chocasen los intereses, el mítico jugador holandés prefirió llevar una equipación que llevase dos líneas paralelas en lugar de las tres famosas franjas de Adidas. Al principio se pensó que era un error pero Cruyff seguía jugando con las dos rayas. El capitán oranje pidió una camiseta, pantalones y medias personalizados en los que hubieran únicamente dos líneas. Dicho y hecho. Los proveedores y la selección de Holanda satisficieron a El Flaco con un uniforme a su excéntrico gusto. Preguntado por ello, Johan Cruyff respondió: Para usar la camiseta de las tres líneas, Adidas debe pagarme. De otra forma, utilizaré otra indumentaria.

El hecho de ser imagen de una determinada firma no restringe la posibilidad de llevar una equipación de otra marca, aunque haya un alto nivel de rivalidad por merchandising entre ambas. De hecho, Leo Messi, imagen comercial de Adidas, muestra en su pecho el swoosh de Nike cuando se enfunda la equipación del Fútbol Club Barcelona. Análogamente, Cristiano Ronaldo muestra las tres franjas de la camiseta Adidas del Real Madrid, pese al cuantioso contrato que tiene con la norteamericana Nike.

Cuatro años después de los atávicos caprichos de Cruyff, la selección de Holanda volvió a ser finalista del Mundial de 1978. Ya sin el holandés en sus filas, la selección oranje seguía con Adidas y los hermanos gemelos René y Willy van der Kerkhof se sumaron a la tendencia cruyffista, presentando también una indumentaria naranja con dos únicas líneas paralelas. Lo curioso del caso es que, entre 1980 y 1981, Cruyff jugó en el desaparecido club norteamericano Washington Diplomats que lucía un uniforme repleto de las tres franjas características de Adidas. ¿Habría terminado ya el contrato con Puma?


Fuente: Diego Molina (26/1/2011), Historias curiosas del fútbol. Blog Tertulia Alternativa.

18 de marzo de 2013

Barça - PSG: el poder de los petrodólares


Con sede en Nyon, el pasado viernes tuvo lugar el sorteo de la Liga de Campeones que deparó unos frenéticos encuentros para los cuartos de final. El Barcelona, tras su épica remontada ante el Milan por 4-0, ha quedado emparejado con uno de los equipos de moda del momento: el todopoderoso Paris Saint-Germain de los petrodólares. Pese al morbo especial por la vuelta de Zlatan Ibrahimovic al Camp Nou, el equipo azulgrana evita a escollos más complicados como podrían ser el Bayern de Múnich, Juventus y Real Madrid. El viaje con destino a Wembley tiene una parada obligatoria en París. El club francés no es un rival sencillo en absoluto pero, ¿Qué hace tan temible al equipo de Carlo Ancelotti?

El origen del Paris Saint-Germain data de 1970. En ese año el París FC se fusionó con el Saint-Germain, equipo representante de la comuna francesa del mismo nombre. Ya con el actual nombre de Paris Saint-Germain, en 1974 consumó su primer ascenso a la Ligue 1, donde se ha mantenido de forma continua hasta el día de hoy. Rápidamente, se convierte en uno de los clubes franceses más seguidos y el más importante de la ciudad parisina. Les Rouge-et-bleu sonaban con fuerza.

Su época más memorable no llegaría hasta la década de los 80, avalada por los títulos de la Copa de Francia en 1982 y 1983, así como la adjudicación del campeonato doméstico de Liga en 1986. Ya inmersos en los años 90, se abriría uno de los episodios de más grato recuerdo para Les Parisiens. Canal+ compró el club en mayo de 1991. A partir de ese momento, las arcas del Paris Saint-Germain aumentaron sus ceros y el mayor poder financiero del equipo permitió programar objetivos más ambiciosos y contratar jugadores de mayor calidad.


En los 90, el palmarés del Paris Saint-Germain se completa con otro título de Liga (1994), tres Copas de Francia (1993, 1995 y 1998), dos Copa de la Liga (1995 y 1998) y dos Supercopas de Francia (1995 y 1998). A nivel europeo, el club parisino llegaría a las semifinales de la Copa de Europa en 1995 en la que serían apeados por el AC Milan, ganaría la Recopa de Europa en 1996 y no podría defender el título al perder la final de esta misma competición el año siguiente ante el Barça de Ronaldo.

En dicha época, desembarcaron en el equipo francés jugadores como George Weah, Bernard Lama, David Ginolá, el actual secretario técnico Leonardo, Paul le Guen, Patrice Loko, el brasileño Raí, Alain Roche y Fournier entre otros. Con el paso del tiempo, estos grandes jugadores abandonaron el club francés y otros se retiraron por exigencias del DNI. De hecho, el Paris Saint-Germain no tendría representación en la selección francesa que ganó el Mundial de 1998. Su provecto portero Bernard Lama daría positivo por cannabis en una prueba anti-dopping, algo que le hizo perder su puesto en la selección y en el PSG para pasar a la disciplina del West Ham United. El club parisino se descolgó rápidamente de los primeros puestos de la Ligue 1 e incluso llegó a flirtear con los puestos de descenso.

En la década siguiente, ni la mágica sonrisa de Ronaldinho llevó al PSG de nuevo por la senda del triunfo, antes de partir rumbo al Barcelona. Tras una década algo nublada por la ausencia de títulos y estrellas, el Paris Saint-Germain está viviendo una segunda juventud tras la llegada de los todopoderosos petrodólares. En 2012 el sheikh Al-Khelaifi, líder de un influyente grupo inversor qatarí, tomó el mando de Les Parisiens con la intención de reflotar al equipo a fin de revivir viejas glorias. El alcance de esta operación ha sido tan alto que incluso la familia real qatarí ha operado algunas modificaciones en el escudo del club. Desde que el jeque y sus petrodólares aterrizaron en el Parc des Princes, se ha gestado un equipo provocadoramente joven, con altas dosis de competitividad y que cuenta con grandes figuras de las que, como no podía ser de otro modo, destaca Zlatan Ibrahimovic. Dicho se de paso, es un equipo con gusto por el buen trato de balón y que practica un fútbol altamente ofensivo, sugerente y atractivo para el espectador.


Comandado por un técnico curtido en mil batallas como Carlo Ancelotti (campeón de Europa con el Milan en 2003 y 2007), la figura clave del equipo francés en torno a la cual gira todo el juego es Zlatan Ibrahimovic. El irreverente delantero sueco es el máximo goleador de la Liga francesa y el jugador con más experiencia y repertorio técnico del equipo Rouge-et-Bleu. No menos peligrosos son también los acompañantes de Ibra en la delantera: Lucas Moura, diamante en bruto del fútbol brasileño y jugador que recuerda por momentos a Romario; Ezequiel Lavezzi y Javier Pastore.

En la zaga parisina, procedente del AC Milan, el jugador más destacado es Thiago Silva. Central con gran colocación y dotado técnicamente, sonó con fuerza para el Barcelona el año pasado aunque finalmente optó por ponerse la elástica del equipo francés. Acompañando al brasileño, se encuentra un irreductible Maxwell más maduro e insustituible en el flanco izquierdo, un Sakho venido a menos, la joven veteranía de Matuidi en el mediocentro defensivo y un Van der Wiel más experimentado. Jóvenes promesas como Gameiro se combinan con la experiencia de un jugador de la talla de David Beckham, rescatado por Ancelotti gracias al combustible que atesora todavía.

El PSG es líder de la Liga francesa, a pocos puntos del Olympique de Lyon. El año pasado no podría conquistar el alirón que pasó a manos del Montpellier. Dada la trayectoria de los parisinos durante toda la temporada, todo hace vaticinar que Les Parisiens ganarán el título de Liga, algo que no consigue desde 1994. El extraordinario estado de forma y el gran fútbol desplegado por el PSG esta temporada, combinado con la pérdida de nivel que se ha experimentado en la Ligue 1 puede suponer un auténtico dominio de los parisinos. Esta casuística no sería nada extraño en el campeonato doméstico francés. Recordemos que el Olympique de Lyon demostró su supremacía en Francia adjudicándose todas las Ligas comprendidas entre 2002 y 2008, ambas inclusive.


Estilo de juego del Paris Saint-Germain

Básicamente, es un equipo muy ofensivo y que ejerce un juego alegre y nada rácano. En la retaguardia prima la experiencia y contundencia, mientras que en el frente ofensivo la importancia recae en la creatividad, explosividad, desborde, calidad y capacidad para anotar goles a raudales. Haciendo un análisis de cada línea del equipo, en la portería la opción de Salvatore Sirigu parece inamovible. El cancerbero italiano cuenta con grandes reflejos y colocación, aunque no termina de consagrarse en el panorama internacional, tal vez eclipsado por otros porteros de talla mundial como Petr Cech, Hugo Lloris, David de Gea o Manuel Neuer entre otros.

En la zaga, Thiago Silva y Alex son inamovibles. Centrales de grandes cualidades, se complementan a las mil maravillas, formando un tándem atrás difícil de desestabilizar. El ex del Chelsea destaca por su experiencia y seguridad, mientras que el brasileño cuenta con un perfil más técnico, rápido y clave en la salida del balón, algo que no le da muchas opciones a Sakho. Por la banda izquierda, Maxwell es insustituible y más maduro que el jugador que jugó en el Barcelona. En el lateral derecho, Jallet y Van der Wiel rotan. El PSG suele jugar con dos mediocentros defensivos. Matuidi es inamovible para Carlo Ancelotti, pero el otro puesto será disputado por Thiago Motta y Marco Verratti. Es posible que el técnico italiano finalmente alinee a Motta, debido a su experiencia pues Verratti tan sólo tiene 20 años. De este modo, podrá detener las acometidas de VillaMessi e Iniesta, así como destruir la creación de Xavi.

En la delantera es donde está realmente la dinamita de este equipo. Ibrahimovic es un fijo en la punta de ataque. Pastore aporta pegada y potencia, Lucas Moura velocidad y desequilibrio, mientras que Lavezzi es el encargado de erigir la frescura y creatividad. Por otra parte, Ménez, Beckham y Gameiro tienen pocas probabilidades de aparecer de titular en el que es, sin duda, el partido más importante en la temporada del PSG. Con esta aterradora línea delantera, el Barcelona deberá reforzar su línea defensiva y prestar sobre todo atención a las internadas y diagonales de Pastore, que ya anotó de esta forma ante el Valencia en Mestalla.


El equipo azulgrana se verá beneficiado en la ida en el Parc des Princes con la nada desdeñable baja por sanción de Ibra. Será un equipo muy compacto defensivamente, algo que le puede generar algún que otro quebradero de cabeza al Barça. Es posible, incluso, que en la ida Ancelotti forme un trivote (Matuidi, Motta y Verratti), situando a Lavezzi en la punta de ataque. El dibujo táctico del PSG será distinto en el partido de vuelta del Camp Nou. Zlatan Ibrahimovic apunta a ser titular indiscutible en la ciudad condal. Será una eliminatoria en la que el resultado de la ida tendrá más trascendencia de lo normal. Sin el delantero estrella del PSG, el Barça deberá aprovechar esa baja tan significativa para ampliar distancias en el luminoso y dejar encauzada la eliminatoria.

Históricamente, Fútbol Club Barcelona y Paris Saint-Germain se han enfrentado 3 veces en partido oficial, con un balance de una victoria, una derrota y un empate. El primer precedente data de la temporada 1994/1995 en la que catalanes y parisinos se enfrentaron de forma análoga en los cuartos de final de la Champions League. En la ida celebrada en el Camp Nou, un resacoso Barça post Dream Team, en el que militaban Pep Guardiola, Carles Busquets y Ronald Koeman, empató ante el PSG con goles de Korneiev para los azulgranas y de George Weah para los franceses. Dos semanas después en el Parc des Princes, el Barça cayó eliminado de la máxima competición europea ante los franceses por 2-1. Los goles fueron firmados por Raí y Guerin para el equipo parisino y por Jose Mari Bakero para los culés.

Por último, la única victoria oficial del Barcelona ante el París Saint-Germain llegaría dos temporadas después. Corría la temporada 1996/1997 y ambos equipos se enfrentaron en la final de la extinta Recopa de Europa en Rótterdam. En aquella ocasión, el Barça se resarciría de la eliminación dos años atrás y alzaría la copa gracias a un gol de Ronaldo ante Bernard Lama. Realmente, se trata de una eliminatoria igualada en términos históricos entre un club ansioso por demostrar que su hegemonía aún no ha dado por concluida y otro cuya hegemonía no ha hecho nada más que comenzar.


Fuente: Borja Cabrera Sánchez (15/3/2013). Camino de Wembley: Paris Saint-Germain. Periódico online Vavel.com