31 de diciembre de 2015

Resumen de 2015. ¡Hacia 2016!


Termina un año 2015 mágico para el mundo del fútbol y con un claro sabor azulgrana. El año del segundo triplete, rubricado posteriormente con los cinco títulos, quedará grabado de forma indeleble con letras de oro en la retina de todos los seguidores barcelonistas. La supremacía del equipo liderado por Luis Enrique, con una delantera de ensueño comandada por Leo Messi, Neymar y Luis Suárez, hizo al Barça campeón de todas las competiciones a las que optó excepto de la Supercopa de España que se adjudicó el Ahletic de Bilbao. Además, en 2015 el Sevilla FC logró la gesta de hacerse con su cuarta Europa League al imponerse al Dnipro ucraniano en la final de Varsovia.

Era la primera temporada del asturiano al frente del banquillo azulgrana. La eterna comparación con Pep Guardiona y su alargada sombra no se hizo esperar. Y más después de ciertas derrotas del FC Barcelona, como por ejemplo ante la Real Sociedad, que no hicieron más que sembrar dudas en el equipo. Adicionalmente, la derrota ante el Real Madrid en el mes de octubre del pasado año alimentaba esas inseguridades. No obstante, el equipo tiró de épica y el FC Barcelona practicó un auténtico recital para sobreponerse a dichas adversidades.

La nave azulgrana se haría con su vigésimo tercer título de Liga y cantaría el alirón en la penúltima jornada ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón, curiosamente, el mismo rival contra el cual perdería el título en la última jornada de la temporada anterior. Los hombres del Cholo Simeone no pudieron hacer más que sucumbir ante la preponderancia del FC Barcelona. No obstante, los culés lograrían una ajustada diferencia de puntos con respecto al Real Madrid, segundo clasificado, tan sólo con dos puntos menos que los de Luis Enrique.


En otro orden de cosas, Atlético de Madrid y Valencia, tercer y cuarto clasificado, respectivamente, comprarían el pase hacia la próxima edición de la Liga de Campeones. El Sevilla FC, en calidad de vigente campeón de la Europa League, se haría con una plaza directa en la máxima competición continental, la cuarta participación de su centenaria historia. Por su parte, Athletic de Bilbao y Villarreal se clasificarían a la Europa League. Equipos como Córdoba, Almería y Elche, este último por motivos administrativos, no correrían tanta suerte y descenderían a las profundidades abisales de la Segunda División. La plaza vacante del Elche sería ocupada por el Éibar, antepenúltimo clasificado. Los equipos ascendidos a Primera División serían Real Betis, Sporting de Gijón y UD Las Palmas.

El 27 de mayo de 2015, sería la fecha marcada en rojo en el calendario por todos los seguidores sevillistas. El equipo hispalense, tras dejar atrás a Fiorentina, Zenit, Villarreal y Borussia Mönchengladbach, llegaría a su cuarta final. La cita tendría lugar en Varsovia ante el Dnipro. Al igual que la temporada anterior, los sevillistas se harían con su cuarto entorchado (2006, 2007, 2014 y 2015) tras imponerse por 3-2 a los ucranianos. El gol de Krychowiak y el doblete de Bacca llevarían en volandas a Nervión la cuarta Europa League de los rojiblancos.

La segunda hoja del trébol barcelonista llegaría el 30 de mayo de 2015. Un FC Barcelona que había dejado atrás a Villarreal, Atlético de Madrid, Elche y Huesca se clasificaba para la final de la Copa del Rey, que tendría lugar en el Camp Nou, ante el Athletic de Bilbao, al igual que en 2009 y 2012. Y como ocurría en sendas ocasiones, los barcelonistas desarbolarían a los bilbaínos por 3-1, con un soberbio Leo Messi como maestro de ceremonias. En un partido marcado por la sonora pitada al himno nacional que desembocaría en una gran polémica mediática, los azulgrana ganarían al Athletic con goles de Neymar y un doblete de Messi, frente al gol de Iñaki Williams. Sería el vigésimo séptimo laurel del FC Barcelona en dicho torneo, siendo el equipo con más títulos en la competición decana del fútbol español.


Pero, sin lugar a dudas, la cita más esperada por todo el barcelonismo aún estaba por llegar. El estadio Olímpico de Berlín acogería la sexagésima edición de la final de la Champions League. En esa memorable ocasión, el partido enfrentaría al FC Barcelona, con cuatro Copas de Europa en su haber (1992, 2006, 2009 y 2011), contra la sempiterna Juventus de Turín, con dos entorchados (1985 y 1996) y con el aliciente de ser el equipo que más finales había perdido en su historia. Los transalpinos, además, habían apeado en semifinales al Real Madrid, eliminando así la posibilidad de una anhelada final entre Real Madrid y Barcelona, algo jamás visto hasta la fecha.

Y no defraudaría. En el que sería el último partido de Pirlo y Xavi con sus respectivos clubes, el FC Barcelona ganó por 3-1 a la Juventus, con goles de Rakitic, Neymar y Suárez, frente al solitario gol del ex-madridista Álvaro Morata. Sería el colofón a una temporada inimaginable, con la quinta Copa de Europa en la historia del club, el segundo triplete y con la práctica de un fútbol sencillamente sublime que compite seriamente con el Pep Team que tantas alegrías dio al barcelonismo entre 2008 y 2012. Un triplete realmente mágico que quedaría rubricado con la victoria ante el Sevilla FC en la Supercopa de Europa en Tbilisi en un auténtico partidazo donde los azulgrana se impusieron por 5-4, con el agónico gol de Pedro, el último tanto del canario antes de partir a tierras londinenses. La última guinda de una temporada inigualable llegaría recientemente, en diciembre con el Mundialito de Clubes, tras desmoronar a River Plate en la final de Yokohama. Sólo el Athletic de Bilbao, al imponerse en la Supercopa de España, privaría a los de Luis Enrique de repetir el histórico Sextete de 2009.

A nivel internacional, en la Copa América de Chile, la selección local, entrenada por Jorge Sampaoli, derrotaría a la siempre poderosa selección de Argentina. Tras el empate sin goles del tiempo reglamentario, los anfitriones se quedarían con el título en casa tras imponerse por 4-1 desde los once metros. Sería la segunda derrota consecutiva de la albiceleste en apenas un año, tras perder la final del Mundial de Brasil ante Alemania en Maracaná el año pasado. Dos títulos de vital importancia que hubieran contribuido a alargar aún más la leyenda de Leo Messi, al que los éxitos con la selección se le continúan resistiendo. Así termina un 2015 mágico, un año realmente inolvidable para el barcelonismo y el sevillismo y de no tan grato recuerdo para el Real Madrid. Empieza 2016, un año que, esperemos, depare los mismo éxitos que este que cierra sus puertas, tanto a nivel de clubes como en la próxima Eurocopa de Francia. Nos leemos el año que viene.


Desde Mis peloteros favoritos, os deseamos un feliz y próspero 2016, cargado de salud, éxitos y buenos deseos. Y cómo no, que sea un año memorable en lo que a fútbol se refiere.

24 de noviembre de 2015

Real Madrid 0-4 FC Barcelona: una goleada histórica


Las extensas medidas de seguridad llevadas a cabo en torno al Santiago Bernabéu no pudieron presagiar lo que ocurriría esa noche. Un amplio efectivo policial tan necesario como la victoria madridista sería la antesala de un clásico tan agónico para el Real Madrid como histórico para el FC Barcelona. Una de esas noches que, con el permiso del apoteósico 2-6 y el memorable 5-0, pasarán a formar parte de la historia dorada del conjunto azulgrana para el resto de los días.

Un Real Madrid hierático no pudo hacer otra cosa que esperar a que el colegiado diera el pitido final ante el vendaval de goles infringidos por el conjunto de Luis Enrique. Sería precisamente el técnico gijonés quien presenciara en primera persona el 5-0 perpetrado por el Barcelona al eterno rival en 1994 para, volver a vivirlo en su propia piel un año después, en el bando perdedor. Era, sin duda, una noche especial para Luis Enrique, con la que el equipo barcelonista podría conseguir una nada desdeñable ventaja de seis puntos de cara al título de Liga.

El Barça del Triplete pretendía asaltar el estadio Santiago Bernabéu en un partido en el que se echó en falta el empuje de la siempre exigente afición madridista. La suplencia de Leo Messi no impidió un continuo asedio barcelonista, prácticamente desde el inicio de la contienda. Las triangulaciones, pases entre líneas y combinaciones de una precisión quirúrgica erigidos en torno a la figura de Andrés Iniesta y Sergi Roberto significaron lo que parecía evidente: un auténtico monólogo del FC Barcelona. En este sentido, además, sería providencial la figura de un soberbio Claudio Bravo, parando lo imparable y desesperando por enésima vez a Cristiano Ronaldo, de los pocos jugadores del Real Madrid que consiguieron suponer algo de peligro.

Así las cosas, llegaría el primer gol de la noche, obra de Luis Suárez, por medio de un excepcional tiro cruzado con el exterior al segundo palo de la portería de Keylor Navas, a pase de un no menos soberbio Sergi Roberto. Neymar, con los galones de crack en funciones del equipo azulgrana, aumentaría la diferencia en el marcador con un exquisito tanto. Iniesta haría el tercer gol antes del descanso con un obús imparable que Keylor Navas no podría hacer otra cosa que observar cómo se colaba por las redes.

Adormecidos, los blancos fueron testigos de la superioridad del equipo azulgrana en cada una de sus líneas, desde la portería al ataque. Un auténtico recital futbolístico que vería su colofón con el 0-4, obra de un Luis Suárez tan contundente como la pasividad de los madridistas. Un Real Madrid resquebrajado táctica y físicamente claudicó de manera escandalosa. Perecer ante un FC Barcelona en estado de gracia de forma tan holgada abre un halo de misterio en la institución del club y en la continuidad de Rafa Benítez. Sería una goleada que recordaría por momentos al escandaloso 2-6 de la temporada 2008/2009 o del grato 5-0, con Mourinho en el banquillo blanco, aunque de un modo no tan preciosista. Y una forma envidiable de rememorar una victoria tan pírrica como el 0-3 endosado por Ronaldinho, justamente tal día como ese diez años atrás, en una fantástica reminiscencia de la magnificencia del mejor club europeo del último siglo.

22 de octubre de 2015

Mi primer libro: 'Anécdotas futbolísticas', a la venta el 27 de noviembre


Mis peloteros favoritos sale de su temática habitual para informaros de algo que me llena de una gran ilusión. Es para mí un placer anunciaros que mi primer libro Anécdotas futbolísticas saldrá a la venta a partir del próximo 27 de noviembre de 2015. Dicho día coincide con la presentación de la obra que tendrá lugar en la popular Carbonería, situada en la calle Levíes, nº 18, en Sevilla, sobre las 20:15 horas.

Editado por Ediciones Pura Tinta S. L, a la cual le estoy verdaderamente agradecido, Anécdotas futbolísticas consiste en un compendio de un total de 60 historias relacionadas con el mundo del fútbol. Muchas de las historias que podéis leer en ella condensan la esencia de Mis peloteros favoritos, algo que mis más fieles seguidores reconocerán en el acto. Todas estas anécdotas que lleváis leyendo en los últimos cinco años darán el salto al formato impreso para que estén al alcance de vuestra mano.

Historias tan fascinantes como la invención que tuvo lugar en Cádiz y que cambiaría el destino del fútbol para siempre, hechos tan curiosos como el origen de la camiseta del Athletic de Bilbao y otros algo más tenebrosos como el fatal destino que sufrió el seleccionador de Corea del Norte en el Mundial de Sudáfrica 2010, después de ser goleado y muchos más se darán cita en Anécdotas futbolísticas, un libro que todo amante del fútbol debería tener en su estantería de forma indispensable.

Esta obra no hubiera sido posible sin tu apoyo y seguimiento, querido lector, a quien te agradezco profundamente tus palabras de cariño desde dondequiera que te encuentres y que me han animado a seguir escribiendo. Anécdotas futbolísticas saldrá a la venta tanto en formato físico como en e-book, de modo que todos mis fieles seguidores de Latinoamérica podrán sumergirse en la lectura de mi primer libro, o al menos eso espero.

A título personal, me gustaría dar las gracias especialmente a Ángel Iturriaga, un fantástico historiador futbolístico, autor de la novela biográfica Paulino y del Diccionario de Jugadores del FC Barcelona, quien se ha prestado amablemente para escribir un prólogo realmente fantástico para Anécdotas futbolísticas. Espero que dentro de muy poco todos podáis disfrutar de este libro y que lo disfrutéis tanto como yo lo he disfrutado escribiendo

25 de septiembre de 2015

De chica ultra a portada de Playboy


El fútbol también es escenario mediático de la proliferación de farsas. Una de las más famosas tuvo lugar el 3 de septiembre de 1989 en el mítico estadio de Maracaná y tuvo como protagonistas a un portero con nombre de pájaro, una explosiva chica portada de Playboy, fuegos artificiales, una cuchilla de afeitar y una gran dosis de malicia y astucia. Todo ello sería aderezado con las paradisíacas playas de Río de Janeiro y los acariciantes rayos de sol como telón de fondo.

A fin de situarnos, Brasil y Chile se enfrentaban en el partido de vuelta, valedero para la clasificación del Mundial de Italia 1990. Al combinado andino sólo le valdría la victoria. Por su parte, a Brasil le bastaba con el empate para comprar el billete a Italia. Los precedentes del partido de ida serían muy intensos, dado los incidentes ocurridos entre Romario y los chilenos Ormeño e Hisis, además de la escalofriante patada del citado Ormeño al brasileño Branco. La afición carioca acusaría mucho que el jugador chileno sólo viese tarjeta amarilla por tan terrible infracción. Así pues, parecía evidente que el partido de vuelta sería de todo excepto aburrido.

Una Brasil en la que militaban grandes jugadores como Taffarel, Jorginho, Aldair, Dunga, Bebeto, Branco y Careca sería el gran escollo para una selección chilena que no disputaba un Mundial desde España 1982 y cuya participación más memorable en un Campeonato del Mundo databa de 1962 en suelo propio con jugadores de la talla de Raúl Sánchez, Jorge Toro, Leonel Sánchez y Eladio Rojas. El partido comenzaría con un pequeño incendio en las gradas, que sería solventado rápidamente por el servicio de bomberos del estadio de Maracaná. El primer tiempo de partido transcurriría sin goles, hasta que en el minuto 4 de la segunda mitad, el jugador brasileño Careca anotaría el primer gol que suponía la eliminación de Chile. Así las cosas, el partido seguiría su curso habitual hasta el minuto 67, cuando ocurriría un hecho que daría mucho que hablar

El portero chileno Roberto Rojas, conocido como El Cóndor, cayó al césped de Maracaná tras haber sido aparentemente alcanzado por una bengala, lanzada desde la grada donde se encontraban los aficionados brasileños. Los jugadores chilenos inmediatamente decidieron abandonar el terreno de juego, pese a las reiteradas prerrogativas del colegiado argentino Juan Carlos Loustao para que continuaran jugando el partido.

Como era de esperar, las cámara de televisión captaron que la bengala sí partía de la grada brasileña, pero que impactó a escasos metros del portero, de forma que no alcanzó al guardameta chileno. La policía identificó a la responsable como Rosenery Mello do Nascimento, una voluptuosa aficionada brasileña de 24 años que rápidamente alcanzaría la fama como la Fogueteira do Maracaná. No obstante, la duda que en ese momento asolaba la mente de todos los presentes sería acerca del origen de la herida que el Cóndor presentaba en la cabeza, aparentemente causada por un objeto contundente, y que no parecía una quemadura. ¿Había Roberto Rojas fingido ser víctima de una agresión?

Todo parecía indicar que sí. Las investigaciones pertinentes llevadas a cabo por Confederación Brasileña de Fútbol aseguró, como parecía obvio, que la herida que Rojas presentaba no había sido causada por ninguna bengala. Rojas confesaría posteriormente que, en realidad, la herida se la infirió él mismo con una cuchilla de afeitar que guardó en su guante para fingir tal inexistente agresión con el objetivo de conseguir un partido de repetición en un campo neutral. 

Una vez conocidos todos los hechos con certeza, la FIFA actuó de oficio y resolvió aquel dantesco incidente con una sanción ejemplar. Roberto Rojas fue suspendido de forma terminante del fútbol profesional y la selección de Chile quedó fuera de participar en la fase clasificatoria del Mundial de Estados Unidos 1994, por prácticas ilícitas. Por supuesto, Brasil fue considerada ganadora de aquel sórdido partido y accedió al Mundial 1990 donde caería en octavos de final a manos de la Argentina de Maradona y Caniggia. Además, se pudo saber que el seleccionador chileno Orlando Aravena orquestó aquella farsa y forzó al médico de Chile a que permaneciera más tiempo con el Roberto Rojas en el terreno de juego para simular aquella agresión.

El desenlace de esta historia tuvo como gran damnificado a Roberto Rojas que, años después, declararía: Me corté con una cuchilla gillette y la farsa se descubrió. Fue un corte a mi dignidad. Tuve problemas con mi mujer y mis compañeros me dieron la espalda, pero si yo hubiera sido argentino, uruguayo o brasileño no estaría suspendido, pero al ser chileno no me dieron la oportunidad de reivindicarme. Por su parte, aquel incidente encumbró a la fama a la brasileña Rosenery Mello do Nascimento, casada y con un hijo de 10 meses, que fue dejada en libertad sin cargos y que coparía la portada de la revista Playboy meses después. Al final, parece que de aquel Maracanazo sí guardarían un buen recuerdo los brasileños.

La belleza de la brasileña Rosenery Mello do Nascimento, curiosamente el mismo apellido que Pelé, no pasó inadvertida para el magnate Hugh Hefner, que le dio una oportunidad como portada de la célebre revista Playboy. Una acción un poco cafre con consecuencias muy lucrativas.
Fuente: Eugenio Mateo (19/4/2015). La Fogueteira que cazó al Cóndor. Blog Notas de Sport.

17 de julio de 2015

Mis peloteros favoritos cumple 5 años


La siguiente entrada es muy especial. No se trata del típico artículo sobre algún jugador mítico, un equipo histórico o un partido memorable. Y aunque parezca extraño, tampoco narraré alguna inverosímil anécdota sobre fútbol. Por primera vez en cinco años, Mis peloteros favoritos sale de su línea habitual para compartir con vosotros algo realmente especial. Se trata del post que jamás hubiera imaginado hace un lustro y que me llena de orgullo compartir contigo, querido lector. En efecto, Mis peloteros favoritos cumple cinco años.

Al echar la mirada atrás, recuerdo aquella época. Aunque no parezca tan lejana en el tiempo, lo cierto es que ha llovido bastante. Corría el año 2010, España había ganado el histórico Mundial de Sudáfrica y toda la nación estaba sumergida en una euforia colectiva, pese a la situación francamente complicada que atravesaba el país. Y la sigue atravesando. En un momento de lucidez, básicamente decidí hacer real una idea que sobrevolaba mi mente desde hacía tiempo: plasmar en forma de reportajes todo mi amor por el fútbol. Y algo así hice. O al menos, lo he intentado.

Si no recuerdo mal, la primera entrada que abrió de par en par las puertas de Mis peloteros favoritos iba sobre la flamante consecución de la Copa del Mundo en Sudáfrica. Obviamente, era algo obligado, como así comencé escribiendo hace ya un lustro. La ilusión y las ganas de compartir con todos vosotros y vosotras mis conocimientos futbolísticos siempre ha ido de la mano de aprender y disfrutar con todas y cada una de las líneas que he redactado y, si me lo permites, espero seguir haciendo durante más tiempo. Lo creas o no, los comentarios, sugerencias y felicitaciones que he recibido siempre me han motivado a seguir creciendo.

El diseño del blog, la cabecera y las opciones disponibles han ido evolucionando desde aquella rudimentaria plantilla predefinida en la que un joven de escasos 18 años empezaba a contar su particular modo de entender el fútbol. Hemos vivido buenos momentos, como el mencionado Mundial, la Copa de Europa del FC Barcelona de Wembley 2011, el segundo triplete cosechado hace apenas un mes, la Eurocopa de Polonia y Ucrania 2012 y otros de no tan grato recuerdo que os he intentado contar con más o menos acierto.

Dicho sea de paso, Mis peloteros favoritos es una forma de entender mi vida y algo que forma parte de ella indivisiblemente. Evidentemente, no puedo más que daros las gracias a todos y cada uno de vosotros por estos cinco años en los que me habéis seguido fielmente porque vosotros sois quienes habéis contribuido realmente al crecimiento de este humilde blog. No tengo más que palabras de agradecimiento para vosotros, especialmente para Jesús Núñez, un auténtico crack del fútbol y una verdadera enciclopedia andante del deporte rey sin el cual este proyecto, sencillamente, no hubiese sido posible. Pero, ante todo, un amigo. El apoyo e interés que, desde el principio, amigos como Mateo Vinagre, Raúl Lalo, Jorge Colmena , Jorge González, Abdalay Baba y Jenaro Infante depositaron en este blog han sido cruciales para que hoy leais estas líneas. Y sin olvidar a Germán Bordoy que un día me inculcó un sentimiento barcelonista que afortunadamente no tiene cura..

Sin más dilación, nuevamente os doy las gracias a todos y todas, fieles seguidores, por estas casi 400.000 visitas, un dato que jamás me hubiera atrevido ni a soñar. Y por supuesto, espero que dentro de otros cinco años, esté por aquí celebrando con vosotros toda una década. Un abrazo enorme a todos y miles de gracias. Nos leemos.

José Ángel Ríos Vélez.

Así lucía Mis peloteros favoritos allá por abril de 2012. Nótese el extinto fondo negro y mi juvenil foto de abajo a la derecha, por la que ya han pasado varios años.

5 de julio de 2015

Cuando Martín Palermo falló tres penaltis


En pleno transcurso de la Copa América de Paraguay 1999, tuvo lugar uno de los hechos futbolísticos más estrambóticos que se recuerdan en la competición. Corría el 4 de julio de aquel año y las selecciones de Argentina y Colombia se enfrentaban en la fase de grupos. En aquel encuentro, el colegiado guaraní Ubaldo Aquino señaló nada menos que cinco penaltis: tres para el combinado albiceleste y dos para el cuadro cafetero. Sin embargo, el protagonista de aquella noche no sería otro que Martín Palermo.

El delantero argentino protagonizaría una de las anécdotas más inverosímiles que se recuerdan en la Copa América al fallar los tres penaltis que el árbitro señaló a favor de su selección. Un hecho sin precedentes que traspasó fronteras y dejó a todos tan sorprendidos, como cabizbajos a los aficionados argentinos. El portero colombiano Miguel Calero se convirtió en la némesis del Loco en aquella noche de tan nefasto recuerdo para la albiceleste y, en especial, para el atacante de Boca Juniors.

El calvario de Martín Palermo comenzaría demasiado pronto, a los cuatro minutos del partido. El árbitro paraguayo señaló el punto fatídico tras una mano de Viveros dentro del área. Un penalti de manual que el delantero argentino se dispuso a lanzar desde los once metros. Con la pierza zurda, el disparo del Loco se estrelló en el travesaño, lo que supuso la antesala de una noche francamente para olvidar. Posteriormente, en el minuto 75 de juego, un cabezazo errado de Palermo volvió a parar a la mano de Viveros nuevamente. Palermo tenía en sus pies la oportunidad de resarcirse del anterior disparo malogrado. Lanzaría el segundo penalti de la selección de Argentina que hubiera supuesto el empate a un gol en el marcador. Sin embargo, su lanzamiento acabaría en las nubes.

Pero el tormento de Martín Palermo no acabaría en esa jugada. En el minuto 90, el colombiano Bermúdez derribó en el área al Loco, lo que significó el tercer penalti de la noche para la selección albiceleste. Y también para Palermo. En esa ocasión, Palermo decidiría colocar la pelota a la izquierda de la portería, con menos potencia que en sus dos lanzamientos anteriores. No obstante, Calero acertó el disparo del argentino y detuvo la pelota. Finalmente, Colombia ganó por la mínima aquel encuentro y ambas selecciones accedieron a los cuartos de final del torneo. La selección cafetera sería eliminada por Chile, mientras que Argentina perecería ante Brasil, a la postre, campeona del certamen.

11 de junio de 2015

Cuando Corea perdió el norte


Corea del Norte es uno de los países más herméticos y represivos del mundo. Su líder supremo, Kim Jong-un, es una especie de deidad con aura divina que no muestra ningún titubeo en erradicar cualquier atisbo de disidencia en el país del que es monarca. A nivel futbolístico, Corea del Norte cuenta con dos participaciones en la Copa del Mundo: la primera de ellas tuvo lugar en el Mundial de Inglaterra 1966 en el que la selección norcoreana tuvo una más que aceptable participación, superando a las selecciones de Italia y Chile y ser el primer combinado asiático en superar la primera fase. Una vez en cuartos de final, Corea del Norte volvió a dar la sorpresa al llegar a endosarle tres goles a Portugal. El partido acabaría 5-3, con cuatro goles de Eusebio que, a la postre, llegaría a proclamarse máximo artillero del certamen.

No obstante, la segunda participación de Corea del Norte en un Mundial tuvo otro tipo de consecuencias mediáticas. Era el Mundial de Sudáfrica 2010. El cuadro asiático fue encuadrado en el Grupo G junto a Brasil, Portugal y Costa de Marfil, en el que se llamó el grupo de la muerte del campeonato. En esta ocasión, el papel de Corea del Norte fue mucho más discreto, cayendo 2-1 frente a Brasil, recibiendo la mayor goleada del certamen a manos de Portugal por 7-0 para dar por concluida su aventura en Sudáfrica. Ya eliminados del Mundial, el conjunto Chollima caería 3-0 ante la selección de Costa de Marfil. Pero la eliminación no sería el único castigo que sufrió la selección de Corea del Norte.

Dicho país es una monarquía dictatorial totalitaria de tipo socialista. El culto exacerbado al líder supremo y su ideología oficial, juche, impregna todos los recovecos de la nación. Cuando los jugadores del plantel de Corea del Norte llegaron a casa, no se podían imaginar las consecuencias que tendría tan deleznable acto como caer eliminados en el Mundial sin haber conseguido ni un solo punto. Los jugadores seleccionados fueron colocados en fila india durante seis horas en los aledaños del Palacio de la Cultura Popular de Pyongyang para que fueran insultados y vejados por todo aquel que pasara.

Pero eso no es todo. El seleccionador nacional fue acusado de traición al por entonces líder supremo Kim Jong-il, padre del actual monarca Kim Jong-un. El castigo fue su conversión a obrero de construcción y obligado a desempeñar trabajos forzados, algo realmente inconcebible en pleno siglo XXI. Toda la actuación de Corea del Norte en el Mundial de Sudáfrica 2010 estuvo salpicada por hechos bizarros. Sin ir más lejos, todos los aficionados que acudieron a animar a la selección a Sudáfrica, en realidad, eran actores chinos que fueron pagados por el régimen. Además, algunos partidos fueron retransmitidos sin autorización de derechos de televisión y la goleada contra Portugal fue emitida sin sonido ante la vergüenza producida.

21 de mayo de 2015

Gracias por todo, Xavi


Hay momentos cuya llegada es tan inevitable como el desazón que se produce al vivirlos. La antesala de esos instantes llega precedida por una emblemática música celestial erigida por un inmarcesible maestro de orquesta. Una inequívoca melodía que nos anuncia que el momento de partir ha llegado. Son fracciones de segundo tan sutilmente perceptibles como la expectación que generan. En efecto, el día menos deseado para el barcelonismo pero de una inminencia desafiante llegó.

Resuena muy lejano en el horizonte aquel 18 de agosto de 1998 cuando Louis Van Gaal le dio entrada a un imberbe Xavi Hernández ante el Mallorca en la Supercopa de España. Con tan sólo 18 años, el de Tarrassa debutaría con gol ante el equipo bermellón. Pocos imaginaron que aquel tanto sería el preludio de una carrera fulgurante, de una trayectoria incomparable, de un jugador irrepetible. Su segundo gol ante el Valladolid poco tiempo después contribuiría a despejar las dudas sobre un jugador que marcaría la historia del barcelonismo.

El fútbol es tiempo. Casi tanto como el que ha pasado desde entonces. Tiempos en los que la estrella del barcelonismo por entonces, Pep Guardiola, le daría el relevo en el terreno de juego al que sería su sucesor natural. Un cambio que simbolizaría el paso de una generación a otra. Una reminiscencia que nos transporta a la lúgubre despedida del que fuera su mentor hace ya catorce años. Y probablemente un relevo que se proyectará hacia los banquillos en los próximos años. Tiempo como el que Xavi Hernández ha impreso en cada balón que pasaba por sus pies. Tiempo como esa milésima de segundo que marca la diferencia entre un pase de precisión quirúrgica y uno interceptado por un adversario. Aunque la segunda opción rara vez solía ocurrir. 

Si el azar es antojadizo, el fútbol no es para menos. Y si se le añade a la ecuación el ingrediente de la amistad, el cóctel puede resultar embriagador. La primera prueba fehaciente del prometedor talento de Xavi Hernández quedaría patente en el Mundial sub20 de Nigeria en 1999. Ahí estaría Casillas, muchos años antes de rebautizar la vetusta Furia Española por la legendaria Roja y aún antes de anteponer la amistad a los colores. Hoy ambos jugadores están a punto de dejar, respectivamente, los clubes de sus amores de forma casi paralela. Un adiós que puede significar el reencuentro que rememore aquellas tardes de adolescente.

Con el maestro de Tarrassa, el fútbol es una brújula con la que se puede medir el tiempo. Adelantado o retardado a su merced, del apacible aunque vertiginoso ritmo de la batuta comandada por el 6 han salido milimétricos pases que han encontrado destinatarios de la talla de Messi, Eto'o, Ronaldinho, Henry, Iniesta, Ibrahimovic, Raúl, Villa, Torres, Pedro, Suárez y Neymar. Imagino que con ello soñaría un joven Xavi repleto de ilusión mientras esperaba el metro de Barcelona para emprender su camino desde el andén de la estación, al entrenamiento y, a la vez, al Olimpo del fútbol.

Sería ese sendero el culpable de que Xavi Hernández invirtiera su primer sueldo de 4.000 pesetas en comprarle una tostadora a su madre. Diecisiete años y 23 títulos separan esa imagen con la vivida esta mañana en una abarrotada rueda de prensa que esperaba el adiós de su capitán. Su despedida era un secreto a voces. Custodiado por los tímidos flashes de las cámaras, el gran ideólogo sobre el campo del Barça de los últimos años comunicaba, con ojos vidriosos, su irrevocable decisión de dejar el club al finalizar una temporada que puede acabar con el triplete como broche de oro.

Ocho Ligas tras la conquistada el pasado domingo en el Calderón, dos Copas del Rey que pueden ser tres, seis Supercopas de España, dos Supercopas de Europa, dos Mundialitos de clubes, la posibilidad de conquistar su cuarta Champions League, la quinta en la historia del club, amén del Mundial de 2010 y las Eurocopas de 2008 y 2012 completan un palmarés inefable. Si es cierto que el fútbol te devuelve lo que le das, la deuda del deporte rey con Xavi Hernández está saldada y amortizada para la posteridad. Gracias por todo maestro. Buen viaje en tu nueva andadura y vuelve pronto a casa.

Me voy del Barça para volver, así se despedía Xavi Hernández de la que ha sido su afición las últimas diecisiete temporadas. Algo que en su día también dijo su mentor, Pep Guardiola, con resultado conocido por todos.

14 de mayo de 2015

Barcelona - Juventus: Nos vemos en Berlín


Fútbol Club Barcelona y Juventus se verán las caras en la final de la Champions League el próximo 6 de junio en Berlín. El equipo turinés dio la campanada en el Santiago Bernabéu y eliminó al Real Madrid, vigente campeón del máximo cetro a nivel europeo. El gol del ex-madridista Álvaro Morata empató el tanto inicial, obra de Cristiano Ronaldo desde el punto de penalti para superar a los blancos que habían caído en el Juventus Stadium por 2-1 una semana antes.

Por su parte, el Fútbol Club Barcelona logró la clasificación al apear al Bayern de Múnich en la otra semifinal, pese a caer derrotado 3-2 en el Allianz Arena. Los hombres de Luis Enrique le endosaron al equipo teutón un inapelable 3-0 en la ida disputada en el Camp Nou. El doblete de Leo Messi y el tanto de Neymar certificaron el billete hacia Berlín. El Barcelona tiene la oportunidad de firmar una temporada histórica y conquistar su segundo triplete en seis años, un dato que ningún equipo se ha atrevido a igualar

De este modo, la Juventus de Turín se clasificará para su octava final de Copa de Europa, con la opción de ganar la que sería su tercera Orejona. El cuadro piamontés jugó las finales de 1973, 1983, 1985, 1996, 1997, 1998 y 2003 de las que se proclamó campeón en las ediciones de 1985 ante el Liverpool en Heysel con gol de Michel Platini de penalti en un partido recordado por la luctuosa tragedia que se cobró la vida de 39 aficionados. El otro título de los italianos fue conseguido en 1996, cuando el dirigido por Marcelo Lippi y comandado por Deschamps, Del Piero y Vialli se impuso al Ajax de Van Gaal, por entonces campeón de Europa.


De nuevo, la final española entre Real Madrid y Barcelona tendrá que esperar, al menos, otro año. Algo que, a buen seguro, la salud cardíaca de los aficionados madridistas y barcelonistas agradecerán. Será una cita inédita entre dos grandes de Europa que suman nada menos que seis Copas de Europa entre ambos. El estado de gracia del tridente azulgrana formada por Messi, Neymar y Suárez lidiará con la acreditada calidad de los jugadores de la Juventus como Pirlo, Vidal, Pogba, Tévez, Morata y Llorente.

Históricamente, dos han sido los precedentes entre FC Barcelona y Juventus en la máxima competición continental. El último de ellos data de la temporada 2002/2003 cuando azulgranas y bianconeros se enfrentaron en los cuartos de final de dicha edición. En esa ocasión, la Juventus de Marcelo Lippi en la que jugaban grandes nombres como Cannavaro, Thuram, Montero, Zambrotta, Nedved, Del Piero, Trezeguet, Del Piero, un viejo rockero como Gianluigi Buffon y Marcelo Zalayeta. El gol del uruguayo rompería en añicos todas las esperanzas azulgranas en el Camp Nou que de nada hizo valer el empate a un glo cosechado en el extinto delle Alpi.

No sería de tan nefasto recuerdo el choque entre culés y juventinos en el cruce de la temporada 1985/1986. Análogamente, ambos equipos se midieron en los cuartos de final de la Copa de Europa. El Barcelona solventó con eficacia el encuentro en el Camp Nou por 1-0 para luego empatar a un gol en el feudo italiano. Esa eliminatoria supuso un paso en firme para la clasificación de la final de Sevilla que no sería de tan grato recuerdo para el barcelonismo.


Pese a ser un equipo muy reconocido a nivel europeo y mundial, la Juventus sólo ha ganado dos Copas de Europa en sus más de cien años de historia. El conjunto italiano, donde jugaba un joven Fabio Capello, jugaría su primera final en la temporada 1972/1973 ante el Ajax de Cruyff y Neeskens en Belgrado, en la que caería derrotado por 1-0. Diez años después, en la temporada 1982/1983 la Vecchia Signora de Michel Platini, Zbigniew Boniek, Marco Tardelli y Paolo Rossi que habían sido campeones del mundo el verano anterior en el Mundial de España 1982 junto a Dino Zoff, caerían derrotados por el mismo resultado ante el rompedor Hamburgo en el Olímpico de Atenas. 

Dos temporadas después, la final de la Copa de Europa quedó relegada a un segundo plano. En efecto, la primera Orejona de la Juventus de Turín se vio eclipsada por la tenebrosa tragedia que tuvo lugar en el estadio de Heysel en Bruselas. En los prolegómeros del partido que enfrentó al Liverpool con la Juventus, una avergonzante batalla campal entre los hinchas más radicales de ambos conjuntos desencadenó una avalancha que se llevó por delante la vida de 39 aficionados y más de 600 heridos. La UEFA no suspendió el encuentro y el conjunto italiano ganó por 1-0 a puerta cerrada con gol de Michel Platini.

La segunda gran generación de jugadores de la Juventus de Turín llegaría en la temporada 1995/1996 de la mano de su segunda y, hasta la fecha, única Copa de Europa del cuadro piamontés. En una ya rebautizada Champions League, los hombres de Marcelo Lippi encabezados por Deschamps, Vierchowod, Peruzzi, Del Piero, Ravanelli, Pessotto, Sousa y Vialli se impusieron al Ajax de Van Gaal, campeón de Europa por entonces, donde militaban jóvenes jugadores que darían que hablar los próximos años como Davids, Finidi, los hermanos de Boer, Edwin Van der Sar o Patrick Kluivert, entre otros. Tras empatar 1-1 en el tiempo reglamentario, la Vecchia Signora se impuso desde los once metros para apear al Ajax de Ámsterdam por 4-2.


Pero la Juventus de Turín jugaría dos finales más. O mejor dicho, tres. La temporada siguiente, los de Marcelo Lippi se habían reforzado con creces para defender el título de campeones de Europa. La llegada de Edgar Davids, Alen Boksic, Christian Vieri y, por encima de todos, Zinedine Zidane, era la apuesta del club turinés para ser el primer equipo en revalidar el título, por primera vez desde el actual formato acuñado en la temporada 1992/1993. Sin embargo, enfrente tuvieron al sorprendente Borussia Dortmund que se impuso con facilidad por 3-1, con goles obra de Lars Ricken y de Karl-Heinz Riedle en dos ocasiones. Con prácticamente el mismo equipo, en la temporada 1997/1998, la Juventus de Zidane y del Piero sucumbió en Ámsterdam ante el Real Madrid de Mijatovic, Raúl, Morientes y Karembeu con la consecución de la séptima Copa de Europa de los blancos.

Cinco años después, la última final jugada por la Juventus tuvo como verdugo al Milan en una de las finales más soporíferas de los últimos tiempos. Sería la segunda final de la historia entre equipos del mismo país. El Milan se deshizo del Inter en semifinales en un derbi lombardo, mientras que los bianconeros se desquitaron precisamente ante el Real Madrid a modo de revancha por la final de cinco años atrás en Ámsterdam. El equipo rossonero de Dida, Maldini, Costacurta, Nesta, Kaladze, Pirlo, Gattuso, Seedorf, Shevchenko e Inzagui se impuso en la tanda de penaltis tras un empate sin goles cosechado en Old Trafford.

Así pues, el Fútbol Club Barcelona ha disfrutado de más efectividad en las siete finales disputadas hasta la fecha. La final de los palos de Berna en 1961 ante el Benfica, con tantos de Kocsis y Czibor, sería el preludio de una espera que se prolongaría los próximos 31 años. No sin antes saborear efímeramente el éxito y el fracaso en la final de Sevilla en 1986 ante el Steaua de Bucarest con Duckadam coronándose héroe de la noche al parar cuatro penaltis ante el Barça de Schuster y Pizzi Alonso que le había endosado una concluyente goleada al Göteborg en semifinales.


La noche del 20 de mayo de 1992 tiene un protagonista: Ronald Koeman. El central holandés tiró por la borda más de treinta años de maldición barcelonista para llevar la primera Copa de Europa a las vitrinas del Camp Nou. Era la guinda del pastel del Dream Team y la consagración de Wembley como santuario eterno del barcelonismo por los siglos de los siglos. En el minuto 111 de la prórroga, el jugador tulipán se sirvió de un potente lanzamiento de libre directo para batir al portero de la Sampdoria, Pagliuca. Dos años después, en la temporada 1993/1994 la escandalosa goleada ante el Milan de Capello consumaría el ocaso del Dream Team. Los goles de Massaro por partida doble, Savicevic y Desailly hundieron a un lánguido Barcelona en Atenas. 

Doce años marcados por idas y venidas separaron a ese moribundo Barça de Atenas con la siguiente final con sabor culé. En 2006, el conjunto azulgrana dirigido por Frank Rijkaard y con Ronaldinho y Eto'o como maestros de ceremonias le darían al equipo catalán la segunda Champions ante el Arsenal de Henry, Ljunberg y Fàbregas. Lehmann se convirtió en el primer portero expulsado en una final de Copa de Europa y la magia de Andrés Iniesta y Larsson dibujaron un panorama propicio para que la Orejona volara hacia Barcelona. La contumacia goleadora de Samuel Eto'o y la improvisada heroicidad de Juliano Belletti, con sendos tantos, llevarían al barcelonismo al éxtasis.

Tres años después, el Barça de Pep Guardiola sublimaría la esencia de su maestro y mentor Johan Cruyff. Tras el júbilo del Iniestazo en la semifinal de Stamford Bridge, el conjunto azulgrana, ya campeón de Liga y Copa, podría hacerse con el triplete, siendo el primer equipo español en lograr tal distinción. El último escollo a batir sería el Manchester United de Cristiano Ronaldo. Thierry Henry, testigo directo de la derrota del Arsenal en su París natal tres temporadas antes, se había sumado al bando ganador. Y sería una acertada decisión. El 27 de mayo de 2009 en Roma, el Barcelona tocó el Olimpo del fútbol. Al igual en en París, Samuel Eto'o estrenó el marcador, tras un milimétrico pase de Iniesta. El camerunés quebró a Vidic y batió por bajo a Van der Ser. Ya en el segundo tiempo, el Manchester United se desmoronaría tras la sentencia de Messi, por medio de un magistral tanto de cabeza a centro de Xavi.


Pasarían dos años para que los Diablos Rojos se pudieran tomar la revancha. O al menos, lo intentaron. El protagonista de la derrota de dos temporadas tenía una ocasión de oro para resarcirse en Wembley, templo mágico del barcelonismo donde, diecinueve años atrás, se conquistara la primera Copa de Europa del club. En esta ocasión, la pegada de la delantera formada por Pedro, Villa y Messi devastarían al Manchester United. Pedro abriría la lata del marcador tras un pase de Xavi, Rooney igualaría para los ingleses y, ya en el segundo tiempo, Messi perforó la red de Van der Sar para que, en la recta final del partido, David Villa colocara un preciso disparo en la escuadra.

Y el 6 de junio en el Estadio Olímpico de Berlín, cuatro años después de la última gesta, el Barcelona puede lograr su quinta Champions League. El camino hacia Berlín no ha sido nada fácil, dejando en la cuneta a rivales de la entidad de Manchester City, París Saint-Germain y Bayern de Múnich, vigentes campeones de sus respectivas ligas. De derrotar a la Juventus de Turín, el equipo italiano sería el cuarto campeón de Liga al que el Fútbol Club Barcelona derrota esta temporada.

Será una cita con la historia, una final inédita que se podrá saldar con la quinta Copa de Europa para el Barcelona o la tercera para la Juventus de Turín. Sin duda, una edición de reencuentros, como el de Pep Guardiola ante sus ex-pupilos del Barcelona o el de Álvaro Morata ante el Real Madrid, con cuyos tantos el conjunto blanco quedó eliminado. Una Vecchia Signora que se ha tomado la revancha de la final de la Copa de Europa de 1998 en Ámsterdam, cuando el Real Madrid se deshizo de ellos y conquistó su séptima Orejona. Será una tarde en la que Buffon y Pirlo rememorarán viejos tiempos al recordar la victoria de Italia frente a Francia en la final del Mundial de Alemania 2006 que tuvo lugar en ese mismo feudo. Otro reencuentro como el de Evra con Luis Suárez no será tan agradable en la que será la quinta final del lateral francés. Y será la oprtunidad para que grandes jugadores como Buffon, Luis Suárez y Neymar conquisten su primera Champions. Sin duda, será una final en la que se respirará fútbol por los cuatro costados.

Fantástica exhibición de Leo Messi ante la Juventus en el trofeo Joan Gamper de 2005.

Fuente: Diario SPORT.

7 de mayo de 2015

Cuando el amor golpea dos veces


Dicen que los grandes cracks aparecen en los momentos decisivos. Dos jugadas bastaron al astro argentino para hacer justicia a dicho aforismo. Lo de anoche era una cita especial, un reencuentro con un antiguo amor de verano rubricado con un colofón memorable. Guardiola lo vaticinó: Messi es imposible de parar. Y acertó. Con toda probabilidad, el de Santpedor sería anoche el único culé de la faz de la Tierra que no exteriorizó sus sentimientos. Había que reprimirse o, mejor dicho, guardar las formas. Con absoluta entereza y estoicidad, Guardiola claudicó ante el que un día fue su pupilo. Y lo hizo como en los viejos tiempos: con clase, mucha clase.

Los amores dormidos siguen latentes a pesar de la erosión del tiempo y subyugando a lo que los antiguos llamaban Fatum, el destino, nos tenga deparado. Ni un alud de acontecimientos inesperados, ni un contrato con un equipo bávaro puede aletargar tales sentimientos que no se evaporan, presa del olvido. Los recuerdos permanecen adormecidos. Todo su esplendor de matices y sensaciones se despiertan al volver a ese lugar, ese espacio donde un día lo fuimos todo. Es ahí cuando toda esa amalgama de pequeños flashbacks resurgen y nos transportan en el tiempo. Tiempos en los que escribimos nuestra leyenda con letra dorada en la historia del fútbol.

Messi lo sabía. Y Boateng ni lo esperaba. Con música celestial dirigió una orquesta de ensueño para repetir un estribillo que ya empieza a ser pegadizo. Eran días de recuerdos, no sólo por el aniversario de la marcha de Pep tres años atrás, sino también por la bajada a los terrenos de juego del Dios del Fútbol. Fue en Stamford Bridge y personalizado en la figura de Andrés Iniesta. Esta noche mágica lo haría en la figura de Messi, con Guardiola, otrora mentor, ahora invitado de excepción como testigo hierático de la noche. La palabra rival es un error. Concíbámolos, mejor, como el reencuentro amistoso de dos personas que un día fueron una. Lejos de reproches o de fingir aspavientos de superioridad, es mejor disfrutar de la sensación de armonía que sigue el conocer que ambos caminos siguen un prometedor destino.

Resultó extraño ver salir a Guardiola del túnel de vestuarios y emprender camino hacia el banquillo visitante. Fue una noche de contrastes de sensaciones: competición, revancha, reencuentro entre hermanos y de evocar viejos sentimientos. Una noche de reencuentros también con el Bayern, que se volvería a reunir con la historia al recordar una de las páginas más negras de su historia en la final de la Champions de 1999. A citas inolvidables como las de Göteborg, Kaiserslautern, Milán, Chelsea y Real Madrid se le unirá a partir de hoy la de Bayern de Múnich. No sólo por casi certificar el pase a la final de Berlín, sino por el reencuentro con un antiguo amor que yacerá indeleble en la hemeroteca del barcelonismo por los siglos de los siglos.

27 de abril de 2015

Las cuatro grandes mentiras del fútbol brasileño


Al igual que la vida, el mundo del fútbol está rodeado de tópicos, aforismos y frases hechas. Forman parte de la esencia del deporte rey y contribuyen a crear esa atmósfera mágica que rodea el juego. En especial, el fútbol brasileño está invadido por una ingente cantidad de estos estereotipos que, lejos de distorsionar o dar mala imagen de cómo se entiende el fútbol en el país carioca, contribuyen a endulzar su idiosincrasia y edulcorar su vistosa filosofía. A continuación, se da una lista de los siete mitos más extendidos sobre el fútbol brasileño pero, no por ello, verídicos.

1. Los porteros brasileños son malos: Nada más lejos de la realidad. Brasil puede presumir de tener un portero campeón del mundo en dos ocasiones: Gilmar, que lograría los Campeonatos del Mundo de 1958 y 1962. Posteriormente, otros nombres como Taffarel, campeón del Mundial de Estados Unidos 1994 y finalista en Francia 1998, Dida, que se alzaría con el oro en Corea y Japón 2002 y Rogerio Ceni, famoso por sus goles de lanzamiento de falta.

2. El bajo nivel del Campeonato Brasileño. Es cierto que los grandes jugadores de Brasil triunfan en las grandes ligas europeas: Neymar, David Luíz o anteriormente Ronaldinho o Rivaldo, entre otros. Sin embargo, eso no significa que el Campeonato Brasileño tenga un bajo nivel. De hecho, la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (conocida por sus siglas en inglés, IFFHS) considera el torneo carioca como la cuarta mejor liga del mundo, tras la Premier League, la Liga Española y el Calcio.

3. Los laterales son ofensivos. En Brasil es muy conocida la demarcación del carrilero, es decir, del lateral ofensivo que actúa desde segunda línea y se incorpora al ataque como un extremo o un delantero. Jugadores como Roberto Carlos, Cafú o Carlos Alberto entran dentro de este perfil. En realidad, los grandes equipos brasileños de la historia como la selección campeona del mundo en México 1970 y la de Corea y Japón 2002 lo hicieron con laterales de este tipo y la canarinha de 2014, vapuleada en semifinales por la selección de Alemania, a la postre campeona del certamen, formó con Dani Alves y Marcelo, laterales eminentemente ofensivos. Sin embargo, tras la debacle del Mundial, Dunga está optando por alinear a Danilo y Filipe Luis, laterales de corte más defensivo que los anteriores.

4. El fútbol brasileño es técnico y espectacular. Así lo era en los años 70 con Pelé, Garrincha, Didí y compañía. Y también en los 80 con Rivelino, Tostao, Falcao, Zico y Éder. Lo cierto es que actualmente Brasil ha perdido ese toque mágico del jogo bonito y ha optado por un fútbol más táctico y menos técnico. La vistosidad del juego de la canarinha ha disminuido con creces y los jugadores brasileños son más expeditivos y menos espectaculares. Así pues, el mito del joven brasileño formado en las favelas bajo el abrasador calor de Brasil ha quedado obsoleto.

Fuente: ESPN.com. Siete 'ideas falsas' del fútbol brasileño (26/3/2015). Página ESPN FC Fútbol.

31 de marzo de 2015

Cuando Ryan Giggs se escondió en el armario


Permanecer veintisiete temporadas en el banquillo de un coloso del fútbol europeo como el Manchester United da para mucho. En efecto, Alex Ferguson guarda un recital de anécdotas y vivencias en su vasta trayectoria en los Diablos Rojos. Uno de los grandes damnificados del temperamental carácter del veterano técnico escocés ha sido sin duda Ryan Giggs, otro old boy que ha militado nada menos que veinticuatro temporadas en el club británico. 

O si no, que se lo digan a Lee Sharpe. Este fantástico extremo inglés vistió la camiseta de los Diablos Rojos desde 1988 a 1996, aunque su calidad fue eclipsada por la de Ryan Giggs, que comenzó a hacerse con la titularidad  en la banda izquierda de Old Trafford. Precisamente, esta anécdota tiene como protagonistas a Giggs y Sharpe. Se comenta que tras los festejos del Manchester United en Blackpool al ganar la Liga en 1992, Alex Ferguson irrumpió en el domicilio de Lee Sharpe quien había organizado una fiesta para celebrar tal acontecimiento. El entrenador escocés echó a todos los jugadores de allí y montó en cólera hacia Sharpe a quien culpó acaloradamente de todo lo ocurrido. Según muchos rumores, Ryan Giggs, quien también había acudido a dicha fiesta, se libró al esconderse en un pequeño armario de la cocina.

La versión oficial de esta hilarante historia ofrecida por Ryan Giggs guarda ciertas diferencias. Según comenta el mítico jugador galés, cuando Ferguson se enteró de lo que estaba ocurriendo, su irá comenzó a tomar niveles estratosféricos. Tanto fue así que fue al barrio de Lee Sharpe en su propio coche y comenzó a aporrear todas las puertas del vecindario. Con cada casa que no acertaba, la ira de Ferguson iba a más hasta dar con la casa del extremo inglés. Al llegar al domicilio de Sharpe, echó a todos, excepto a tres jugadores que se escondieron en un armario, comenta Giggs, sin incluirse en la propia historia. Como diría Christoph Waltz en la película Malditos Bastardos: Los hechos pueden ser engañosos; los rumores, ciertos o falsos, son muy reveladores. Así pues, ¿qué versión de esta historia, sospechosamente muy parecida a la fiesta de Halloween del Betis, es más verosímil?

Fuente: Fabio Marchi (8/5(2013) Ferguson colecciona títulos y anécdotas en el Manchester United. Diario Mundo Deportivo.

25 de marzo de 2015

El día que Thierry Henry alucinó con Leo Messi


En una ocasión, Lionel Messi comentó que no pudo más que deshacerse en elogios hacia Thierry Henry cuando el astro francés llegó al Barcelona en el verano de 2007. Cuando entró al vestuario no podía mirarlo a los ojos, sabía todo lo que hizo en Inglaterra, afirmaba el argentino. Parece que el sentimiento de admiración entre Thierry Henry y Leo Messi es recíproco. Quienes fueran compañeros del primer equipo azulgrana entre 2007 y 2010 se profesan una admiración mutua. El ex-jugador del Arsenal no ha mostrado titubeos en afirmar en numerosas ocasiones la supremacía de la estrella argentina. Y esta vez lo ejemplifica con una anécdota muy ilustrativa.

Así le contaba Henry una anécdota a Rio Ferdinand sobre Messi para intentar zanjar el debate sobre quién es el mejor jugador del mundo en la actualidad: No sé si alguna vez viste hacer a Ronaldo lo que te voy a contar sobre Messi... y he jugado con muchos grandes jugadores. En una ocasión se dio una de las típicas situaciones en una sesión de entrenamiento donde te hacen una falta y el entrenador te dice que sigas, que te pares. Eso ocurrió durante un partidillo de toda la plantilla, cuando Messi reprochó una falta. Sin acabar la discusión se fue corriendo hasta el portero y le quitó el balón ¡como en la escuela! y se dribló al equipo entero hasta marcar, argumentaba Henry ante un sorprendido Ferdinand en BBC Sports.

El francés continuaba: No sé si muchos jugadores pueden lograr eso. Y esto no era como en la escuela. No eran niños. Tenía que pasar por encima de Puyol, Touré Yaya, Busquets, Rafa Márquez. Y lo hizo: marcó el 1-0. Y luego siguió marcando uno tras otro, hasta que se relajó. Messi quiere ganar siempre, en los entrenamiento supera a todo el mundo. Messi es un fenómeno. Es como un regalo, no sé si volveremos a ver algo similar. La clave para ser el mejor en algo o alcanzar un notable nivel de excelencia consiste en la naturalidad, en el talento innato. Precisamente por ello, Messi es superior a cualquier jugador habido y por haber.

12 de marzo de 2015

Miguel Iborra Gracie, el Anna Allen del fútbol


El rocambolesco caso de la actriz Anna Allen ha incendiado las redes sociales. La intérprete mostraba en sus perfiles fotos con auténticas celebridades de la industria del cine hasta que se filtró la mentira y se hizo viral. En el mundo del fútbol, ocurrió recientemente un caso análogo que guarda en común tantas estridencias que resulta inquietante. En diciembre de 2012 salió a la luz una peculiar anécdota que no dejó indiferente a nadie. Es la historia de Miguel Iborra Gracie, el joven que jugó a ser jugador del París Saint-Germain y de paso consiguió que miles de personas le creyeran.

Pese a lo que pueda parecer, el protagonista de esta historia no guarda parentesco con el actual jugador del Sevilla, Vicente Iborra. A Miguel Iborra Gracie le duró bastante la resaca del día de los Inocentes. Tanto es así que consiguió tener más de veinte mil seguidores en Twitter haciéndose pasar por jugador del París Saint-Germain. Para ello, no dudó en subir fotos con estrellas del primer equipo como Zlatan Ibrahimovic, ex-jugadores del club como Claude Makélelé y mostrar las instalaciones del Parc des Princes. De hecho, llegó a crearse un perfil falso en la Wikipedia que fue eliminado poco después. El jugador comentaba datos de la actualidad del París Saint-Germain, posa con la camiseta del club y no muestra titubeos al responder a los piropos que le profieren. Sin embargo, ningún miembro del club parisino asegura conocer al joven canario ni consta en las fichas de la plantilla.

Dice el refrán que Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, aunque en el mundo del fútbol mejor no ser de los segundos. Para articular tan bizarra historia, Iborra comentaba en redes sociales su procedencia del fútbol español, concretamente de los escalafones inferiores del Universidad de Las Palmas, de Segunda División B, y luego llegó a jugar en el Valencia, donde incluso metió un gol en una eliminatoria de Copa del Rey. Posteriormente, aterrizaría en la cantera del París Saint-Germain. Datos que, evidentemente, no figuran en ninguna crónica, ficha ni hemeroteca.

El origen de Gracie Iborra es incierto y está cubierto bajo una capa de misterio. Muchos dicen que la inverosimilitud de esta estrambótica historia esconde grandes dosis de narcisismo y megalomanía. Otros afirman que es un chico normal que amasó una gran fortuna al tocarle la lotería y se pudo costear varias sesiones de entrenamiento con el PSG y otros, simplemente, dicen que es un joven aburrido y hambriento de diversión. Tras descubrirse esta titánica trola, Iborra siguió manteniendo su actual perfil en Twitter, donde comenta la actualidad futbolística con relativa asiduidad. Lo cierto es que las redes sociales constituyen un escenario ideal para la proliferación de este tipo de historias. Así pues, cobra sentido el célebre aforismo: París bien vale una misa...

Fuente: Nacho Labarga Adán (11/12/2012). Iborra, el 'fake' que se hace pasar por jugador del PSG. Diario Marca.

3 de febrero de 2015

La mala suerte de Éver Banega con los coches


Hablar de Éver Banega es hacerlo de calidad futbolística, aunque también significa hablar de anécdotas inverosímiles y de historias estrambóticas. Su llegada a Valencia, procedente de Boca Juniors con tan sólo 19 años, vino acompañada de un curioso vídeo grabado por webcam en el que el actual jugador del Sevilla FC aparecía haciendo apología del onanismo o, dicho de otro modo, proporcionándose placer sexual mientras era grabado a través del extinto Messenger. Así pues, esto sólo fue la antesala de una retahíla de acciones que rozaron lo extraño.

En febrero de 2012, Éver Banega no viajaría a Barcelona para disputar el partido que su equipo por entonces, el Valencia CF, disputaría con el Barça al estar recuperándose de unos problemas en la rodilla derecha. Cuando el exjugador de Boca Juniors volvía a casa tranquilamente en su Audi R8 blanco protagonizaría una historia propia de una hilarante comedia negra. Banega se detuvo en una estación de servicio a repostar gasolina y se bajó de su automóvil sin haber puesto el freno de mano. El futbolista argentino, cliente habitual de esa gasolinera, se dirigió a la caja para abonar el servicio cuando se dio cuenta de que su coche empezó a moverse hacia atrás debido a la pendiente en la que estaba.

Banega corrió a toda prisa para intentar detener el vehículo, cometiendo el craso error de tratar de pararlo con su pie izquierdo, en lugar de entrar en el coche y accionar el freno. El flamante Audi R8 del centrocampista argentino no cogió demasiada velocidad pero sí la suficiente para atropellarse el pie izquierdo con el bordillo, produciéndose una dolorosa fractura de tibia y peroné. Al presenciar la dantesca escena, los empleados de la estación de servicio llamaron rápidamente a urgencias. El jugador fue ingresado en el hospital donde le confirmaron su grave lesión: Banega estaría de baja seis meses y se perdería toda la temporada.

Pero ahí no acabaría la historia de amor de Éver Banega con los coches. Meses más tarde, el argentino, ya recuperado de su absurda lesión, volvió a protagonizar otro incidente con su automóvil, del que afortunadamente salió ileso. Cuando Tanguito llegaba a la ciudad deportiva de Paterna en su flamante Ferrari 360 Módena que había adquirido horas antes, observó por el retrovisor cómo empezó a salir fuego y humo del motor del vehículo. El argentino salió rápidamente del malogrado coche y se dirigió a la ciudad deportiva para avisar a los bomberos. El fuego afectó parte del bosque y la vegetación contigua a Paterna, aunque los servicios de emergencias lograron controlarlo eficazmente.

Según fuentes policiales, la causa del incendio se provocó por un calentamiento del motor o un cortocircuito del mismo. Banega había comprado su deportivo la semana anterior y esa era la primera ocasión que lo conducía, sin ser consciente de la efímera vida que le esperaba a su ya carbonizado Ferrari. No obstante, no sería esta la última vivencia de Éver Banega con los coches. Después de ello, en abril de 2013 el entonces centrocampista del Valencia fue cazado in fraganti por la Guardia Civil mientras hablaba por su teléfono móvil, lo que le costaría una correspondiente multa. De este modo, es más que evidente que Banega y los coches no son grandes amigos. 

Así quedó el Ferrari 260 Módena de Éver Banega tras un grave incendio del que afortunadamente salió ileso.
Fuente: P. Calabuig y P. Fuster (20/2/2012). El coche que atropelló a Banega. Diario Superdeporte; Vicente Fuster (3/8/2012), Banega había estrenado su Ferrari pocas horas antes de incendiarse. Diario ABC.

26 de enero de 2015

Guardiola sobre el fútbol sala


Las concepciones futbolísticas de Pep Guardiola no han caído en saco roto en los últimos años. Tanto es así que el entrenador de Santpedor tocó el cielo en su etapa como técnico del Fútbol Club Barcelona y, en la actualidad, en el Bayern de Múnich. Las influencias de Guardiola abarcan desde su maestro y mentor Johan Cruyff hasta la escuela argentina de Marcelo Bielsa, pasando por ilustres entrenadores españoles como Juanma Lillo. No obstante, el fútbol sala le ha brindado ex-técnico del Barça una amplia amalgama sobre cuestiones tácticas.

El primer paso es el patio de colegio, llevan años jugando a lo mismo. Tras esto y lo valores del juego de la calle, la reducción del fútbol once a fútbol sala. Quien no domine este deporte nunca entenderá el método Guardiola, así se expresa Pep Guardiola en relación con el fútbol sala. Básicamente y, por razones de espacio, todos comenzamos practicando este deporte. Las pistas de fútbol habilitadas en los barrios y en los colegios no permiten un partido de fútbol once y sus dimensiones se ajustan perfectamente para jugar a fútbol sala, cinco contra cinco.

El técnico catalán comenta: El fútsal es de escuadra y cartabón, de diagonales y paralelas. Se juega a dos toques porque la pausa es necesaria para fijar al adversario y provoca que un pase sirva para superar una línea o dejar tirado a un rival. En dicho deporte, las diagonales son constantes para superar líneas de presión y llegar a la portería en pocos toques. Sin embargo, el método Guardiola se sirve de infinidad de toques para desestabilizar al rival y provocar agotamiento físico, algo inconcebible en el fútbol sala. La inferioridad numérica con respecto al fútbol once permite que las diagonales para llegar a la portería contraria sean mucho más sencillas.

No hay ataque ni defensa, todo es lo mismo. El principio de todo es no perderla, tirar a puerta no siempre es la mejor opción, antes hay que desequilibrar al rival para que la finalización sea imparable, matiza. Al haber pocos jugadores, las transiciones defensa-ataque son constantes y vertiginosas. Así pues, añade: Eso hace posible que la línea entre atacar y defender sea muy fina. Todo empieza en un rombo o un cuadrado, en ofrecer al poseedor una línea de pase de seguridad. Esto asegura la continuidad del juego y el castigo en las piernas del adversario que corre tras ella.

En esta misma línea, asegura: Toque más toque, juego en corto, los pases largos están prohibidos ya qye son un regalo para la anticipación del defensor. No hay defensores ni atacantes. Si no defiendes al máximo nivel, eres carne de banquillo, salvo que te llames Paulo Roberto. Los constantes cambios de juego de banda a banda, como eran tan frecuentes con Dani Alves y Abidal no tienen cabida en el fútbol sala. Aquí prevalece la rotunda afirmación de Pep Guardiola en su presentación como entrenador del Barcelona: Somos defensores que atacamos y atacantes que defendemos.

El técnico de Santpedor también enumera las claves del fútbol sala que ha implementado en su filosofía y método deportivo: Tras la sucesión de pases, la invasión territorial y la llegada de segunda línea para hacer la superioridad, 2x1 a los que defienden, una profundidad tras una paralela sobre el que tiene el balón, un corte del pasador y un apoyo para dibujar ese triángulo equilátero que es la base del fútsal. Y, a decir verdad, también la clave del sistema de juego de Guardiola. El juego se fundamenta en las circulaciones, formadas por los vértices de un triángulo para superar las líneas de forma paulatina. En cuanto a los jugadores, Guardiola afirma: Jugadores totales; técnica, un físico explosivo en la distancia corta, centro de gravedad bajo para jugar con ventaja y pelota al ras. Tras mil cortes del rival y veinte pases sin recuperar, terminas tirando la toalla, es gol seguro. En fútbol sala, el desgaste físico es agotador, de modo que las condiciones físicas son cruciales. Jugadores de poca estatura como Messi, Xavi e Iniesta aseguran un dominio del balón.

¿Qué ocurre entonces? Estás acabado, aunque puede ser que la recuperes por casuliadad, afirma el técnico del equipo muniqués. Una de las diferencias más notables entre el fútbol once y el fútbol sala es la cantidad de metros recorridos. Al desempeñar un deporte, en el que hay que atacar y defender continuamente, el desgaste físico es más rápido. Guardiola comenta al respecto: Un final sin salida. Lo único que te pide el cuerpo es agua y un tiempo muerto.

La facilidad está en la suela, la que permite pisar. El balón más pequeño y un parque que permite jugar con la mirada alta, así como la utilización del portero para ser uno más. Sin entrenador, no ganas, concluye Pep Guardiola. Unas reglas de uso cotidiano que los niños practican en la calle y en la escuela han aportado muchos matices en la construcción del modelo del técnico catalán. Las analogías entre el fútbol sala y el sistema de juego de Pep Guardiola son más que claras. Un sistema que llevó al Barça al Olimpo de los Dioses del fútbol.

22 de enero de 2015

¡Todos con Wilfred! Tu lucha es nuestra lucha


A lo largo de la historia del fútbol, ha habido una gran cantidad de juguetes rotos, al igual que en la vida. Personas que pasaron de la gloria y la fama al oprobio más tenebroso. Wilfred Agbonavbare (Lagos, 5/10/1966), conocido cariñosamente por la afición del Rayo Vallecano por Willy, podría protagonizar una historia análoga. La vida le ha jugado varias malas pasadas al que fuera portero del equipo franjirrojo desde 1990 a 1996. Wilfred decidió gastar todos sus ahorros conseguidos a lo largo de su carrera profesional para costearle el tratamiento de una larga y dolorosa enfermedad a su mujer que, lamentablemente, falleció. Ahora se debate entre la vida y la muerte mientras lucha contra un cáncer.

Ha sido su amigo, el también nigeriano Augustine Igbinobaro, quien ha anunciado a los medios de comunicación el estado de salud de Wilfred. Siempre fue un jugador carismático en el fútbol español, hasta el punto de que en los futbolines de los bares de Vallecas, los niños le pintaban al portero la cara de negro, como homenaje al guardameta nigeriano. De este modo, su amigo y ex-compañero de selección ha reclamado ayuda económica para que Wilfred pueda recibir el tratamiento que le permita recuperarse satisfactoriamente de su seria enfermedad.

Wilfred representa la cara más humana del fútbol, lejos de todo el ruido mediático, ostentosos contratos millonarios de varios ceros y márketing desmesurado. Tras retirarse en las filas del modesto Écija Balompié, Willy, desprovisto de los ahorros que empleó para intentar salvar la vida de su mujer, se vio obligado a trabajar como repartidor y más adelante en el aeropuerto de Barajas. Las últimas noticias que teníamos acerca de él fue la mención que tuvo en al canción Odio eterno al fútbol moderno, del popular grupo gaditano Frac. 

Según las últimas informaciones, el Rayo Vallecano no ha hecho oídos sordos ante esta conmovedora historia. El equipo rayista ha abonado el coste de los billetes de avión para que el que fuera portero de la selección de Nigeria en el Mundial de Estados Unidos 1994 y sus hijos se puedan trasladar desde Florida, donde permanecía ingresado, al Hospital Príncipe de Asturias en Alcalá de Henares. Un gesto de incalculable valor humano del equipo con menos presupuesto de Primera División. Wilfred supone un ejemplo de lucha contra la adversidad, de honestidad y valor humano, sin perder la sonrisa. Tras intentar salvara su esposa, ahora es él quien necesita urgentemente donación económica. Desde Mis peloteros favoritos, esperamos que, al hacernos eco de esta noticia, podamos contribuir a ayudar a que la sonrisa de Wilfred siga iluminándonos durante muchos años.

Fuente: Jorge A. Moreno (21/1/2015). Un cáncer, el último obstáculo en la dramática vida de Wilfred Agbonavbare. Diario ABC.