30 de junio de 2012

¡A por ella!


Se cumplen exactamente cuatro años de la consecución de la Eurocopa de Austria y Suiza en 2008. Aquella gloriosa noche en el Práter significó el comienzo de una generación dorada. Un sutil gol de Torres a pase de Xavi Hernández rompía en añicos el ostracismo al que España se había visto relegada durante un largo letargo de más de 40 años. Nada mejor que repetir el triunfo de otrora en Viena para celebrar aquella gesta.

A decir verdad, el juego de España ha sido muy intermitente en esta Eurocopa y poco exuberante como sí lo fue otras ocasiones. El primer partido ante Italia, como una final anticipada, dejó la sensación de que el equipo podría haber hecho mucho más si el partido se hubiera estirado varios minutos más. La polémica de Cesc Fàbregas y la idea revolucionaria del falso 9 dejó al de Arenys de Mar sentado en el banquillo para el partido ante Irlanda en el que Fernando Torres cerró bocas para firmar dos bellos tantos y Silva sembró su magia. Para concluir la primera fase, con Croacia se sufrió más de lo previamente establecido y, mediante un dubitativo juego con poca profundidad, Jesús Navas marcó un agónico gol que dejaba a España primera del grupo C.

De este modo, esquivamos a Inglaterra pero tuvimos que medirnos ante una siempre férrea selección de Francia. Era un partido para saldar cuentas con el pasado. La demoledora estadística de España nunca le ha ganado a Francia en partido oficial no fue más que una motivación añadida para superar fehacientemente a un desdibujado conjunto galo que ya no conservaba los galones de antaño. Xabi Alonso se consagró como el maestro de ceremonias del Donbass Arena en Donetsk.. Firmó un potente testarazo que no hizo más que ahogar a Francia entre el juego asociativo y combinativo de España. Ni el doble lateral derecho galo (Réveillère-Debuchy) pudieron frenar las acometidas de un agigantado Jordi Alba. El electricista Pedro Rodríguez se encargó de hacer trizas la cadera de Adil Rami y causó estragos en la recta final de partido. Sería también Alonso, de penalti en el descuento, quien mandaría a Francia a su casa para mandar a España a su cuarta semifinal consecutiva en los últimos cuatro años. Algo inédito.


En semifinales nos esperaría la siempre temible Portugal. Una selección lusa en la que figuran viejos conocidos de la afición madridista como Cristiano Ronaldo, Pepe y Coentrao protagonizó un encuentro en el que se hacía difícil establecer un dominador. CR7 no tenía su día. España no terminaba de finalizar las jugadas. La presión portuguesa era asfixiante y el centro del campo de España estaba muy congestionado. Así, se abrían de par en par las puertas de la prórroga en la que La Roja comenzó a parecerse a la selección que nos hizo campeones de Europa y del Mundo. No obstante, no fue suficiente. Nos aguardaban los penaltis.

En concreto, la lotería de los penaltis. En este maravilloso deporte, la suerte juega ese 50% que no obedece a términos racionales ni aparece en pizarras monitoras del juego. Obviamente, la suerte hay que buscarla y tener bajo palos al mejor portero del mundo, Íker Casillas, y unos jugadores de ensueño, facilita con creces la tarea. Xabi Alonso, héroe contra Francia, falló el primero. El Santo apareció en el momento y le detuvo el penalti a Moutinho. Iniesta con la clase que atesora firmó el segundo, aunque Sara Carbonero no lo viera y Pepe acertó.

Piqué demostró que para jugar en España y en el Barça hay que ser bueno en cualquier posición. Para ser central, no optó por un disparo potente y solventó su lanzamiento con gran entereza. Nani no falló y metió un bonito tanto. El destino le tenía reservado a Ramos una jugada análoga a la del penalti errado ante el Bayern de Múnich. Se resarció de aquella fatídica noche firmando un gol a lo Panenka. El de Camas se armó de toda la sangre fría existente en el universo para ejecutar así el penalti, como hiciera Pirlo días atrás en la tanda ante Inglaterra. Además, Ramos fue elegido el mejor jugador del partido. Bruno Alves, por su parte, estrelló su lanzamiento en el larguero y, de nuevo, Cesc tenía en sus botas el pase de España. A modo de paralelismo emocional ante Italia en Viena hace cuatro años, le dio un derechazo al nerviosismo y volvió a marcar. ¡Volvemos a estar en la gran final!


En la final nos espera precisamente la selección de Italia, con quien ya nos enfrentamos en la fase de grupos. El equipo transalpino no conserva, ni por asomo, su pragmática filosofía del catenaccio. Nada más lejos de la realidad. Se trata de un atractivo bloque que lleva la iniciativa del partido y cuyo juego se basa en la figura incuestionable de Andrea Pirlo. En mi opinión, el jugador de la Juventus es, junto a Andrés Iniesta, el mejor jugador de la Eurocopa. Un punto importante en la escuadra azurra es la formidable delantera formada por Balotelli y Cassano con Di Natale y Giovinco como sustitutos de lujo.

Por su parte, España se encuentra a las puertas de hacer historia. En estos momentos, La Roja empata con Alemania Federal que ganó la Eurocopa de 1972, el Mundial de 1974 y fue finalista en la Eurocopa de 1976 en la que Panenka, con su particular penalti, le dio el triunfo a la extinta selección de Checoslovaquia. Curiosamente, en Polonia y Ucrania 2012 se ha revivido de un modo especial el mítico penalti de Panenka y por partida doble. Hubo quien dijo que Las finales son para ganarlas. Nunca se recuerda al subcampeón, sino que desaparece en las brumas del olvido. Pase lo que pase, pasarán muchos años para que alguna selección se atreva a igualar los éxitos recientes de España.

Italia acudió a esta a Eurocopa enturbiada por unas especulaciones sobre fraude deportivo en la Federación. Algo así ocurrió en 2006 con el famoso escándalo Moggigate e Italia se proclamó campeona del mundo ese año. Dicho sea de paso, el conjunto transalpino lleva doce años sin acudir a una final de Eurocopa cuando perdiera con Francia en 2000 con el inefable gol de oro de David Trezeguet y sólo ha ganado una Eurocopa. Fue en 1968, época en la que el catenaccio aburría al mundo con su especulativo fútbol. Estamos ante una irreconocible Italia que apuesta por el fútbol y eso es mérito de tener jugadores de la categoría de Andrea Pirlo. En cualquier caso, esta inédita final entre dos grandes de Europa a buen seguro pasará a la historia. ¡No hay dos sin tres!

El Santo en la tanda de penaltis y Cesc, autor del lanzamiento definitivo, celebran el pase a la final de Kiev. ¡Ya somos leyenda!

22 de junio de 2012

España - Francia: un plato que se sirve frío...


La actualidad de esta Eurocopa no puede ser más adictiva. Finalizaron los encuentros de la fase de grupos con un dato abrumador: salvo Alemania, ninguna selección ha pasado a cuartos ganando todos los partidos. Cabe destacar que en dichas selecciones se encuentran España, vigente campeona del Mundo y de Europa; Alemania, que se ha erigido como uno de los mejores equipos del torneo practicando un fútbol altamente ofensivo y Holanda, la subcampeona del Soccer City que, sin duda, ha sido la gran decepción no pudiendo cosechar ni un sólo punto.

Así las cosas, tras la irrelevante victoria de Suecia a Francia, con golazo incluido de Zlatan Ibrahimovic, y la polémica del Ucrania Ingleterra, ya quedaron resueltos los cruces de cuartos de final. Son cuatro partidos en los que figuran selecciones clásicas del viejo continente: Alemania Grecia, Portugal República Checa y en los que destaca un frenético Inglaterra Italia y un siempre emocionante España Francia.

Aparece un dato cuanto menos inquietante y del que se hacen eco los medios de comunicación en los últimos días: España nunca le ganó a Francia en partido oficial. España le gana a Francia en partidos de carácter amistoso. De un total de 30 partidos, 6 han sido los encuentros oficiales entre rojos y bleus, en los que España ha perdido cinco y tan sólo ha empatado uno. El próximo sábado, España podrá poner fin a más de veinte años de pecaminosas derrotas frente al combinado francés. Menos mal que en fútbol, las estadísticas no marcan goles...


Parece evidente que entre España y Francia hay partidos en lo que se juega algo más que una simple victoria. España accede a los cuartos de final tras acabar primera de grupo y, no obstante, firmar un gris partido contra Croacia con gol de Navas en el último suspiro. Por su parte, el cuadro galo pasa como segunda del grupo D en el que ha tenido un papel muy intermitente, alternando dosis de gran juego y ratos de un fútbol lineal y monótono.

Se trata de un choque con un morbo especial. Los delirantes sketches de los Guiñoles hace varios meses han caldeado considerablemente el ambiente y, como suele ocurrir en España, han derivado muchas generalizaciones peyorativas hacia los franceses. El último precedente contra Francia data de marzo de 2010 cuando España ganó en Saint-Denis por 0-2 con goles de David Villa y Sergio Ramos. Con anterioridad, en febrero de 2008 España también doblegó a Francia en partido amistoso. En aquella ocasión fue en La Rosaleda por 1-0, con gol de Joan Capdevila. Será un encuentro en el que España demostrará cómo interpretar el papel de favorito, la fórmula ganadora del fútbol actual y la deportividad sin jeringuillas ni dopping al acecho.

El primer antecedente oficial de España y Francia data de 1984. Fue en la final de la Eurocopa, precisamente celebrada en el país vecino, ante un abarrotado Parc des Princes. Dicho encuentro es tristemente recordado por la pifia de Arconada tras un libre directo ejecutado por Michel Platini. Bruno Bellone sentenciaría el partido mediante un bonito tanto, suavemente picado ante la salida del guardameta de la Real Sociedad


Aquel encuentro marcó el inicio de una rivalidad vecina en la que Francia siempre ha apeado a España y condenó al ostracismo a una gran selección de Miguel Muñoz que había desplegado un buen fútbol para llegar a la final de París. Sin embargo, aquella selección es más recordada por la derrota contra Francia que por la gloriosa clasificación para dicha Eurocopa con la legendaria goleada a Malta en el Benito Villamarín.

Tuvieron que pasar ocho años para volvernos a cruzarnos el camino con les Bleus. En la fase de clasificación para la Eurocopa de Suecia 1992, españoles y franceses fueron encuadrados en el mismo grupo. Aquel torneo fue la última ausencia de España en una gran competición pese a contar con jugadores como Hierro, Flores o Zubizarreta. En Francia, entrenada por Michel Platini, destacaban Jean-Pierre Papin, Boli, Amoros, Cantona, Martini y Laurent Blanc, actual seleccionador francés. España perdió los dos encuentros: en la ida 3-1 y en la vuelta disputada en Heliópolis los franceses acabaron con la leyenda de Sevilla, territorio inexpugnable de La Roja, por 0-2. Los goles fueron obra de Luis Fernández y la estrella del equipo: Papin.

También fue la Eurocopa escenario del siguiente duelo oficial contra los franceses. En Inglaterra 1996, España compartió grupo con Rumanía, Bulgaria que había sido semifinalista dos años antes en el Mundial de Estados Unidos 1994 y Francia. En el equipo galo ya estaban Zidane, Deschamps, Thuram, Karembeu y Lizarazu que ganarían el Mundial dos años después en su propio suelo. Francia de adelantó por medio de un gol de Youri Djorkaeff y España empató la contienda a escasos minutos del final mediante el tanto de Caminero.


El enfrentamiento directo más famoso contra Francia fue en la Eurocopa de Bélgica y Holanda en 2000. Francia era el mejor equipo del mundo y contaba con Zidane como maestro de ceremonias. De hecho, fue elegido el mejor jugador del torneo. Zizou se encargó de adelantar a los suyos tras un espléndido libre directo que entró por la escuadra defendida por Cañizares. Minutos después, un penalti de Thuram a Munitis fue transformado por Gaizka Mendieta pero Youri Djorkaeff, bestia negra de España en las Eurocopas, adelantó de nuevo a Francia con un zapatazo de bella factura. En el descuento, Raúl mandó al cielo de Brujas un penalti que podría haber forzado la prórroga. Fue, sin duda, uno de los momentos más duros de su dilatada carrera y Francia ganó aquella Eurocopa, su último gran triunfo.

Tuvieron que pasar seis años de regueros de desgracias futbolísticas para volver a medirse a Francia en un campeonato oficial. Esta vez sería en los octavos de final del Mundial de Alemania 2006. De la mano de Luis Aragonés, España comenzaba a dibujar sus éxitos venideros y había completado una magistral fase de grupos en la que goleó a Ucrania por 4-0 y firmó buenos partidos ante Túnez y Arabia Saudí.

Por su parte, Francia no era ni de lejos la favorita del Mundial. De hecho, en las casas de apuestas era difícil ver el nombre de la selección gala. Zidane había anunciado su retirada del fútbol profesional a la conclusión del Mundial y Marca, fiel a su estilo, publicó una petulante y afanosa portada en la que proclamaba textualmente: Vamos a jubilar a Zidane. El equipo galo, espoleado por esa prepotencia, aún conservaba los galones que tantos éxitos les había dado años atrás y, aunque muy envejecido y más lento, contaba con un Thierry Henry en su mejor estado de forma y unas jóvenes promesas como Franck Ribéry y Florent Malouda.


Fue un partido más largo que atractivo. Francia se mostró muy especulativa y segura frente a una novata selección española que aún no contaba con un estilo de juego claramente definido. Villa se adelantó en el luminoso tras un penalti cometido de Thuram a Pablo Ibáñez. No obstante, al filo del descanso Ribéry firmó el empate. A diez minutos del final, Vieira remontó tras una polémica falta de Puyol a Henry. Fue un craso error subestimar a Zidane que, ya en el descuento, marcó el definitivo 3-1 que apeaba a España una vez más y resarcía a los galos. Esta vez ni se llegaba a cuartos...

En esta ocasión, las cosas serán bien distintas. Francia parece haber encontrado ese relevo generacional que tanto echa en falta. La grandeza de Zidane no se puede reemplazar pero el equipo francés parece haber arrojado algo de ilusión a su desencatada afición tras el escándalo de Sudáfrica 2010. A día de hoy, España es el mejor equipo del mundo, la dominadora del fútbol mundial en los últimos cuatro años y el que más convence por su juego y resultados obtenidos.

Francia cuenta con un equipo muy joven cuyo peligro básico es la aterradora delantera con la que cuentan. Benzema actúa sólo en punta respaldado por unos no menos peligrosos Franck Ribéry y Samir Nasri que pueden ser reemplazado en las rotaciones del equipo por Ménez y Ben Arfa. A grandes rasgos, es un equipo compacto en sus líneas a excepción de la defensa. Pese a contar con grandes jugadores (Rami, Mexès, Koscielny Evra, Debuchy) en la retaguardia, el equipo está desdibujado, es poco férreo e inestable en esa línea. En esta casuística, es posible que Blanc alinee un trivote defensivo formado por Diarra, M´Vila y Malouda, para así poder atorar la circulación del balón en el centro del campo español.

Fuente: Juan Blanco (20/6/2012) Del "Vamos a jubilar a Zidane" a los Guiñoles. 6cero.com y Página oficial de la UEFA Euro 2012.