Existe una frase hecha en el mundo de fútbol que afirma que sólo recordaremos a los ganadores y que los perdedores desaparecerán en las brumas del olvido. Sin embargo, la experiencia demuestra que esto no es necesariamente cierto. Equipos de pueblo como el Mirandés plantándose en todas unas semifinales de Copa del Rey o una novata selección de Croacia en Francia 1998 son buena prueba de ello. Obviamente, no hay que olvidar a la gran Bulgaria de Hristo Stoichkov y Emil Kostadinov que, análogamente a los balcánicos cuatro años después, también lograrían el acceso a unas semifinales en Estados Unidos 1994.
La caída del sistema soviético en Europa a principios de los noventa supuso un cambio en la infraestructura económica imperante en el viejo continente. Por si eso fuera poco, en Bulgaria concretamente se diversificó el mercado de jugadores foráneos. De este modo, cracks como Stoichkov, Kostadinov y Balakov recalaron en el Barcelona, Oporto y Sporting de Lisboa, respectivamente. Fue algo así como un escaparate de las grandes estrellas del este que se consagrarían años después en el certamen mundial.
A fin de sembrar la tragedia, Bulgaria acudió al Parc des Princes de París en noviembre de 1993 para plantar cara a toda una selección francesa de Cantona, Papin y Ginolá, entrenada por Michel Platini. Era el último partido de clasificación para el Mundial de Estados Unidos en 1994 y todo parecía de cara para que les Bleus comprasen el tícket mundialista. A fin de cuentas, en el fútbol las ideas preconcebidas no son relevantes y Kostadinov se encargó de recordárselo a todos los franceses. El jugador del Oporto volteó el marcador en el último minuto tras un clamoroso error de Ginolá. Bulgaria jugaría el Mundial.
Sin presiones de ningún tipo, Los Luvovete fueron encuadrados en el grupo D del torneo junto a Argentina, Nigeria y la cenicienta Grecia, debutante en una Copa del Mundo. Anecdóticamente, el hecho más célebre de este grupo fue la suspensión de Diego Armando Maradona. El Pelusa jugó su último partido con la selección de Argentina el 21 de junio de 1994, tras dar positivo en un rutinario control anti-dopping al cierre de un Argentina Grecia que la albiceleste ganaría por un cómodo4-0.
Dicho esto, el debut de Bulgaria en el Mundial no fue nada fácil. Los Leones recibieron una goleada por 3-0 a manos de la sorprendente Nigeria de Amunike en un abarrotado Estadio Cotton Bowl de Dallas. Pero esta dolorosa derrota motivó a Bulgaria que se resarció de la misma ante la comparsa Grecia por 4-0 en Chicago, con goles de Letchkov, Borimirov y Hristo Stoichkov con dos tantos transformados desde los once metros. Era la primera victoria de Bulgaria en una Copa del Mundo.
Catatónicos por el fútbol desplegado, los seguidores búlgaros esperaban temerosos que tarde o temprano su selección cayera eliminada. Sumidos en este placentero sueño, ese partido no llegaba y en el siguiente choque doblegaron a una desdibujada Argentina sin Maradona por 2-0. Dado que el formato actual del Mundial no llegaría hasta Francia 1998, se clasificarían los tres primeros de grupo, por este orden, Nigeria, Bulgaria y Argentina. Bulgaria accedía a los octavos del final del Mundial.
En los play-off del torneo, Bulgaria se veía las caras con México, en un partido en el que el frágil poste de una portería fue el protagonista al romperse inesperadamente. Stoichkov abrió el marcador por medio de un potente disparo que entró en la meta defendida por Jorge Campos, legendario cancerbero mexicano. García Aspe empató a un gol y el partido se tuvo que decidir a penaltis. Borislav Mihailov se consagró como el héroe bajo los palos para abrir las puertas de una eliminatoria de cuartos ante la campeona Alemania de Völler, Klinsmann, Riedle y Matthaus.
Klinsmann se dejó caer en el área búlgara y el colegiado señaló penalti. Con sangre fría, Lothar Matthaus transformó la pena máxima y adelantó a la Mannschaft en el marcador. Posteriormente, Hristo Stoichkov, fue derribado por el defensor bávaro Andreas Moeller a unos 23 metros de la portería defendida por Bodo Illgner. El sempiterno Stoichkov firmó un tanto de bella factura al materializar el libre directo. La sentencia la dictaminaría la alopécica testa de Lechtkov mediante un cabezazo de precisión anatómica. En sólo tres minutos, Bulgaria fue la artífice de una de las más grandes decepciones de un Mundial. La inquebrantable Alemania campeona del mundo había sucumbido ante un equipo de emergentes estrellas prácticamente desconocidas y Bulgaria se postulaba como uno de los cuatro mejores equipos del mundo.
En Nueva York les esperaría la temible Italia de Baggio y Maldini, entrenada por Arrigo Sacchi. Precisamente sería Baggio quien adelantaría a los italianos, sirviéndose de un saque de banda de Roberto Donadoni. La temperatura en la ciudad de los rascacielos rozaba los 35 grados, algo que no impediría ver un partido frenético y con unas altas cotas de emoción. Tras unas jugadas fallidas por parte de la Azurra, Roberto Baggio volvería a marcar. Esta vez era su quinto gol en el Mundial.
En cinco minutos, Italia había hundido a Bulgaria, dicho sea de paso, con un juego realmente vistoso. Maldini, reconvertido a centrocampista en la selección, pudo hacer el tercero. No obstante, al borde del descanso, Pagliuca derriba a Sirakov que regatea hasta a tres adversarios. Penalti claro que Hristo Stoichkov aprovecharía para igualar a Salenko como máximo artillero del Mundial con 6 dianas. Bulgaria persistió hasta el final e incluso pudo empatar gracias a una mano de Costacurta en el área que el árbitro no pitó.
Italia rompió en añicos el sueño búlgaro de plantarse en la final. Los transalpinos certificaron en Nueva York el pase a su cuarta final. Fue en Nueva York, a modo de paralelismo emocional en la ciudad a la que miles de italianos emigraron durante el siglo pasado para alcanzar el deseado Sueño Americano. La Suecia de Brolin, Dahlin y un joven Larsson, equipo que también merece mención propia, cayó ante Brasil en la otra semifinal. Suecos y búlgaros, cansados y decepcionados se enfrentaron por el tercer puesto en Pasadena (Los Ángeles). El incombustible portero Ravelli no tuvo demasiado trabajo y Kostadinov que jugó en el Deportivo de La Coruña anotó un tanto que fue anulado por fuera de juego. Bulgaria fue vapuleada por el gran talento escandinavo.
A pesar del cobre, Bulgaria es recordada por el gran fútbol que desplegó. Aunque anárquico y ácrata, fue un equipo que controló realmente bien los egos. Luboslav Penev, bien recordado por la afición del Atlético de Madrid y sobrino del seleccionador Dimitar Penev, no pudo asistir al torneo al estar recuperándose de un cáncer testicular. En resumidas cuentas, es la historia de cómo un equipo clasificado in extremis llegó a las semifinales de un Mundial. Pese a contar con una buena plantilla, caer en octavos hubiera sido una sensación reconfortante para los atónitos aficionados búlgaros. Timbas de póker, suculentos licores y voluptuosas azafatas fueron también los acompañantes de los pupilos de Penev en la cita mundialista. Fue en Estados Unidos 1994, tierra de oportunidades. El sueño americano se quedó en eso: en sólo un sueño.
En la clasificación de la Eurocopa de 1996, Bulgaria encadenó un considerable número de
victorias e incluso volvió a ganar a Alemania en Sofía. No obstante, el
equipo había perdido la punta de lanza ofensiva. El impago de algunos jugadores
por parte de los clubes europeos se evidenció y terminó desgastando a los
futbolistas. Todo terminaría en la Eurocopa de Inglaterra 1996 en la que Francia eliminó a Bulgaria en la primera
Bajo la batuta de Dimitar Penev, he aquí la lista
de los jugadores que lograron el cuarto puesto en USA '94 con sus respectivos equipos entonces.
Porteros: Borislav Mikhailov (Levski de Sofía) y Plamen
Nikolov (Levski de Sofía).
Defensas: Emil Kremenliev (Levski de Sofía), Trifon
Ivanov (Neuchatel Xamax de Suiza), Tsanko Tsvetanov (Levski
de Sofía), Petar Houbchev (Hamburgo), Nikolai Iliev (Stade
Rennais) e Ilian Kiryakov (Mérida).
Centrocampistas: Zlatko Yankov (Levski
de Sofía), Iordan Letchkov (Hamburgo), Daniel
Borimirov (Levski de Sofía), Ivaylo Yordanov (Sporting
de Lisboa), Boncho Genchev (Ipswich Town), Georgi
Georgiev (Mulhouse FC) y Krassimir Balakov (Sporting
de Lisboa).
Delanteros: Emil Kostadinov (Oporto), Hristo Stoichkov (FC
Barcelona), Nasko Sirakov (Levski de Sofía), Petar
Mikhtarski (Pirin Blagoevgrad), Petar Aleksandrov (Aarau
de Suiza), Velko Yotov (RCD Espanyol) e Ivaylo
Andonov (CSKA de Sofía).
Vídeo que sintetiza la aventura de Bulgaria en Estados Unidos 1994. Fue un Mundial memorable en el que destacaron selecciones pequeñas como Rumanía, Nigeria, Arabia Saudí y Suecia en un país en el que el fútbol no goza de mucha popularidad.
Fuente: Víctor Romero (17/7/2010). Bulgaria 1994, Blog Futbolistas con Karma
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