16 de enero de 2012

La grandeza de Éric Abidal


La de hoy se trata de una nueva historia en la que se pone de manifiesto la grandeza de una persona como Éric Abidal quien, por cierto, ha firmado hoy su renovación con el Fútbol Club Barcelona hasta 2013, después de los manifiestos deseos del jugador francés de permanecer ligado al club azulgrana hasta el fin de su carrera futbolística. No obstante, la historia que esta vez el espigado lateral francés protagoniza es algo diferente.

García Serra es un lector del diario La Vanguardia que, en una carta, explicó cómo su hijo afronta la enfermedad. Tras contarle la historia del jugador, el chico no dudó en situar a Éric Abidal como máximo ejemplo de superación, lucha y confianza. El joven vio en el jugador galo un referente en el que fijarse en el arduo proceso de recuperación ante esta despiadada enfermedad.

El hijo padece una patología similar a la de Éric Abidal y, tras conocer la historia del francés en la que ascendió desde la cama del hospital a la grada más alta del estadio de Wembley, se contagió de fuerzas e ilusión al mismo tiempo que le pidió a su padre: Papá, cómprame la camiseta de Abidal. Lucharé como él y ganaré mi propia Champions.

Como acostumbra hacer el Fútbol Club Barcelona cada año, los jugadores visitaron numerosos hospitales de la ciudad condal el 5 de enero para dar ánimos a los niños convalecientes. El Dios del Fútbol quiso que, curiosamente, Abidal fuese uno de los designados para visitar la planta en la que el chico se recupera de su afección.

El chico, visiblemente emocionado, no pudo contener las lágrimas que le producían conocer a su ídolo en persona. El francés, simpático y familiar, abrazó constantemente al chico en una tierna escena, como así lo cuenta su padre, J. García Serra, en su carta. En un intento por colocarle una sonrisa en la cara, Abidal le dijo: Vamos, vamos, hermano, que yo estoy aquí para animarte. Yo también estoy peleando contra esta enfermedad y voy a montar una fundación que alegre y haga masajes a los chicos enfermos.

Lo realmente admirable fue el gesto de Abidal cuando se quitó su Rólex, seguramente tasado en una elevada cifra, y se lo colocó al chico en su muñeca. Toma, quiero que te lo quedes. Detrás está grabado mi nombre. No hubo forma de convencer al jugador de que no era necesario ese ostentoso ofrecimiento, pese a las tentativas de los padres del chico. Lo que vale ya no me importa. Quiero que él esté feliz.

En definitiva, los valores que el Barça inculca trascienden el plano estrictamente relacionado al fútbol. Éric Abidal fue testigo de otro acto chapeau cuando Carles Puyol le ofreció el brazalete y, con él, la oportunidad de ser el encargado de alzar la Champions en Wembley. Ha sido formidable el detalle de Éric Abidal que será azulgrana, como mínimo, una temporada más.

Fuente: V. Malo, Diario SPORT. 15/1/2012.

1 comentario:

  1. En la caverna mediatica podrian hablar un poquito más de estas cosas, aunque si lo comentan, estoy seguro de que dirán que Abi es un "falso modesto" y que hizo esto "de cara a la galeria, para ganarse adeptos". Asco de gente (los de la caverna, of course)

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