7 de septiembre de 2019

El día que Lopera la lió en Toledo


Dicen que el fútbol ya no es lo que era. Y algo de razón hay en esa frase. Corría el 27 de febrero de 1994 y el Real Betis Balompié, entonces equipo de Segunda División, visitaba un estadio mítico de la categoría: el Salto del Caballo de Toledo. En aquel encuentro correspondiente a la jornada 26, se vivió una anécdota poco conocida que tuvo como protagonista al entonces presidente del equipo verdiblanco: Manuel Ruiz de Lopera. 

Tanto el Toledo como el Betis vestían de verde, los manchegos con camiseta verde y pantalón blanco, mientras que los de Heliópolis con su clásica zamarra de rayas verdes y blancas. Cuando se da dicha circunstancia, el equipo visitante debe cambiar su indumentaria para no ser confundido con la escuadra local. Hasta ahí, todo correcto. Sin embargo, el Real Betis Balompié no llevó equipación alternativa y Lopera se negó en redondo a cambiar de colores.

A todo esto, hay que sumarle la catalogación de alto riesgo que recibió el encuentro. Durante los días previos, los presidentes de ambos clubes, Lopera y Carballo, habían caldeado el ambiente con declaraciones cruzadas. Las gradas del Salto del Caballo se llenaron con 5.500 espectadores, de los cuales más de 1.000 eran aficionados del Real Betis. Como una de esas batallas entre gladiadores romanos que, tras formarse en sus filas armados con lanzas y escudos, se ensalzan en una encarnizada batalla. Algo así ocurrió en Toledo, aunque con Manuel Ruiz de Lopera como particular emperador del Imperio Bético.

Recapitulemos. El Betis había viajado solo con la primera indumentaria y, además, Lopera rechazó a jugar con la segunda equipación del Toledo, consistente en una camiseta blanca, que los manchegos le habían cedido amablemente. Y se montó el lío. Con las arcas del estadio llenas —el Toledo llegó a afirmar que la recaudación del partido superó los diecisiete millones de pesetas—, tuvo que intervenir el Delegado del Gobierno de Castilla la Mancha que finalmente pidió a los locales que jugaran de blanco. El partido comenzó veinticinco minutos tarde y muchos aficionados toledanos creyeron que el presidente Emiliano Carballo había cedido a las peticiones de Lopera.

El motivo del enfado de Lopera vendría de la similitud de la segunda equipación blanca del Toledo con la primera camiseta del Sevilla, eterno rival de los verdiblancos. Ni de coña voy a vestir al Betis de palangana. El Betis tiene mayor antigüedad, que se vistan ellos de blanco y nosotros jugaremos con nuestra camiseta de toda la vida, manifestó el presidente del Betis a los medios de comunicación. Pero ahí no termina la cosa. Lopera fue expulsado del palco en la segunda parte por otro rifirrafe con Carballo. Así lo contó el presidente del Toledo: Me dijo que yo había bajado a los vestuarios para decirle al árbitro que nos pitase dos penaltis, ya no podía aguantar más su prepotencia y su incongruencia.

El partido terminó 2-0 para el Toledo, con goles de Dani y Paniagua para los locales. Al Betis aquella derrota lo dejó octavo en la clasificación. Aquel gran Toledo terminaría cuarto en la tabla. Lopera destituyó al entrenador Sergio Kresic y llegó Lorenzo Serra Ferrer que firmó un excelente final de Liga con diez victorias y dos empates en doce partidos que se saldó con el ascenso a Primera División.

Fuente: Juan Antonio Pérez (27/2/2019). Cuando Lopera la lió en el Salto del Caballo. Diario ABC.

1 comentario:

  1. Enhorabuena por el artículo, vaya gozada fue darle en los morros al prepotente de Lopera, recuerdo que les cantábamos: "Iros a pedir a la Catedral". Sólo una cosa, Toledo no es una ciudad manchega, es una ciudad castellana, no estaría de más corregirlo. Un saludo.

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