Hoy da comienzo una nueva sección en Mis peloteros favoritos en la que, como su propio nombre indica, se reunirán los mejores goles de la historia de este deporte. Así pues, no hay mejor modo de afrontar esta nueva aventura que con uno de los goles más recordados y aclamados de la afición culé, así como uno de los momentos de más éxtasis que se han vivido en el Camp Nou. Corría un lejano 17 de junio de 2001. La última jornada de Liga traía como invitado al Valencia que, con tres puntos de ventaja sobre los azulgrana, tenía un pie en la fase de previa de la Champions de la temporada siguiente.
Por su parte, al Barça únicamente le valía la victoria para empatar a puntos con los ché y, por medio del favorable goal average, lograr la cuarta plaza. Sólo de ese modo, tendría derecho a disputar la máxima competición de clubes la temporada siguiente. En Can Barça se respiraba un ambiente muy diferente al actual. Joan Gaspart, en la directiva, intuía el camino de un equipo sin rumbo, instaurado en la autocomplacencia y sumido en una etapa gris, que contaba con Carles Rexach en el banquillo y con Rivaldo, Guardiola y Kluivert en el campo.
No sería algo fácil. Enfrente, el Barça tenía nada menos que al mejor Valencia de la historia, con los pupilos de Héctor Cúper como Aimar, Ayala, Angloma, Kily González y Mendieta, entre otros. El equipo taronge venía de perder sus dos finales de Champions las dos últimas temporadas contra Real Madrid y Bayern de Múnich ese mismo año. No obstante, el Barça no se conformaba con quedar relegado a disputar la UEFA y, con una plantilla inferior a la del Valencia, buscaba arreglar una turbulenta temporada.
Esa noche sería para Rivaldo. Nombrado Balón de Oro en 1999, el brasileño nunca pareció encontrar el cariño unánime de la afición culé. Tras ganar con el club dos Ligas (1998 y 1999) y una Copa del Rey (1998), el carácter apático y su poca capacidad para adaptarse al esquema táctico del equipo no le situaron entre los más queridos de la siempre exigente afición del Camp Nou.
Corría el inicio del partido cuando Rivaldo adelantó al Barcelona por medio de un potente lanzamiento de falta. Poco duraría la alegría de la parroquia barcelonista cuando, minutos después, Rubén Baraja empataba la contienda. Con el empate campeando en el luminoso, Rivaldo cazó un balón en la frontal del área y dribló por medio de una finta a Mauricio Pellegrino para conectar un inapelable disparo raso que se coló en la meta defendida por Santiago Cañizares.
Con la expectación servida en el Camp Nou, se reanudó el encuentro tras el descanso. Nuevamente sería Baraja, de cabeza, el que igualaría el choque. El Barça veía como una plantilla realmente reforzada el verano anterior con la llegada de Marc Overmars, Alfonso Pérez, Emmanuel Petit, Richard Dutruel y Gerard López naufragaba estrepitosamente.
Era el minuto 43 de partido y los extenuados seguidores culés se mentalizaban para ver a su equipo disputar la insípida Copa de la UEFA la temporada siguiente. El Barça atacaba con tesón a un Valencia replegado en la parcela defensiva para mantener el resultado. Fue entonces cuando Frank de Boer colgó al balcón del área un inocente balón que encontró como objetivo a Rivaldo. El canarinho se acomodó sutilmente el esférico con su pecho y lo impulsó hacia arriba. Se lanzó de espalda, mientras contemplaba el cielo de Barcelona y enganchó una dinamitada chilena. El disparo de su vida entró en el palo izquierdo de Cañizares.
La apoteosis estaba servida en bandeja de plata. Mientras el Camp Nou estallaba en el más profundo júbilo, Rivaldo celebraba con sus compañeros el gol más importante de su carrera. Es complicado concebir a un jugador que, asediado de defensas rivales, intente una inverosímil chilena en el último minuto de partido con tanto en juego. Rivaldo sí lo hizo. Es más, lo bordó.
La celebración del celebérrimo, valga la cacofonía, gol de Rivaldo es bien recordada. Mientras Rivo se quitó la camiseta, Joan Gaspart en el palco agitaba sus puños en el aire, a sabiendas de que su cabeza en el club estaba a salvo. Es uno de los tantos de más bella factura de la historia del Barça, de la Liga y, por extensión, de este maravilloso deporte. Es lo que tiene llevar el 10 en la camiseta del Barcelona...
Fuente: David Rubio (14/3/2012) Goles con historia: La chilena de Rivaldo frente al Valencia. Servifútbol.com
El Barça no ganó la Copa del 99. Ganó las del 97 y 98. La del 99 la ganó el Valencia :)
ResponderEliminarTiene razón JOrdi, eso misma te iba a decir pero ya te lo dijeron :). Golazo el de Rivaldo, fue fantástico.
ResponderEliminarSergio, www.futbol-internacional.net
Muchas gracias por vuestras correcciones, chicos. Ya está todo arreglado. Celebro que os guste mi artículo. Estáis invitados a pasaros por aquí cuando queráis.
ResponderEliminarA propósito, Sergio, voy a incluir tu blog, que está francamente bien, en mi lista de blogs. Desde aquí, te invito personalmente a que hagas lo mismo con el mío.
Un saludo.