2 de septiembre de 2010

Equipos de leyenda: Real Madrid 1998


En 1997 se lanzó un anuncio televisivo de no sé cual todoterreno. Al término del mismo, salía un señor de avanzada edad que decía: ¿Y el Madrid qué, otra vez campeón de Europa? Un año después el Madrid se vengó y, treinta dos años después de que Gento levantara la última Orejona, consiguió el máximo cetro continental pero no fue una temporada sencilla.

Actual campeón de Liga por aquel entonces, el nuevo técnico del equipo blanco era Jupp Heynckes que había sustituido a Fabio Capello. El alemán, dicho sea de paso, formó parte de la selección alemana que en 1974 ganó la Copa del Mundo en Alemania, precisamente.

Fue una temporada dura en la que el equipo se descolgó de la lucha por la Liga, se cayó una portería en el Bernabeu y los jugadores tenían bien claro de que el sueño de La Séptima podía ser posible. Se eleminó a Oporto, Bayer Leverkusen y al Borussia Dortmund, vigente campeón de Europa en una eliminatoria de infarto en el Bernabeu. De este modo, el Madrid se plantó en la final de Ámsterdam. El rival era nada menos que la Juventus de Zidane, del Piero, Montero, Inzaghi, Deschamps, Davids... y entrenada por Marcelo Lippi.


Las últimas Copas de Europa del Madrid eran en blanco y negro. La última fue la de 1966, en la que el equipo ye-ye de Rial, Kopa, Gento y Puskas ganó 2-1 en Bruselas al Partizán del Belgrado. El 20 de mayo de 1998 podía ser esa fecha que el madridismo anhelaba para arrojar algo de color a sus recuerdos.

Como anécdota, cuenta Raúl que a la llegada del equipo al estadio y al ver bajar a los jugadores juventinos del autobús, ya les iban ganando uno a cero. Se trataba, básicamente, de uno de los grandes clubes europeos, por historia y grandeza, la Vecchia Signora. El presidente Lorenzo Sanz contó que dias antes del partido Pedja Mijatovic se presentó en su despacho diciéndole que no s eveía en condicionesde jugar. Los nervios le podían. La verdad es que el montenegrino arrastraba algunas molestias.

Así comenzó el encuentro. Los tifosi italianos abarrotaban el estadio junto con los ultras merengues, mezclándose con el nerviosismo que invadía las gradas. Era una final inédita entre dos grandes de Europa y la expectación de ver a Zinedine Zidane, uno de los mejores jugadores de la época que se podía consagrar.


También, fue el reencuentro entre dos amigos: Clarence Seedorf y Edgar Davids que defendían las camisetas de Real Madrid y Juventus, respectivamente. Ambos jugadores habían ganado la Champions con el Ajax tres años antes pero esta vez lo tenían claro. En el fútbol no hay amigos.

Un choque intenso. El Madrid tenía hambre de Europa. Salió a por el partido frente a una Juve muy ordenada. Férrea defensivamente, no tuvieron reparos a la hora de entrar sólo como los italianos saben. Aunque, Fernando Hierro y Manuel Sanchís, centrales madridistas, tampoco tuvieron inconveniente. En general, son unos partidos duros como el golpe que le propinaron a Roberto Carlos en el minuto uno que le causó un pequeño corte en la cabeza.

Llegaron las ocasiones por parte de los dos equipos y Raúl tuvo una en sus botas a pase de Mijatovic, héroe de la final. Minutos después de la segunda parte, Christian Panucci sacó de banda y el balón llegó a Roberto Carlos que le pegó a puerta. Un rechace en el área lo pilló Pedja Mijatovic que dribló al portero Peruzzi y picó el balón a puerta vacía. Cuenta el montenegrino que al marcar el gol vió pasar su vida entera a modo de diapositivas. Sin saberlo, comenzaba legítimamente el sueño de la Séptima.


Existe una jugada curiosa del partido. En un mano a mano entre di Livio y Mijatovic, éste cayó al suelo y el italiano deportivamente le dio la mano para levantarlo. Entonces, el madridista le vió algo escrito en la mano, algo como un 1-0. Años después en Fiorentina, le dijo que se trataba de una apuesta que perdió. Sirviéndose del humor italiano, le decía que le había robado dinero entre las risas de sus compañeros.

Y terminó el encuentro. El sueño se había cumplido. Sanchís había emulado la gesta de los Maldini, consistente en levantar la Copa de Europa padre e hijo. Esa noche Zidane lloró. Años más tarde en Glasgow, el francés sería el madridista más feliz del mundo. Más de la mitad de los madridistas no sabía lo que era ganar la Copa de Europa.
Formación del Real Madrid ante la Juventus de Turín. Ese once ya forma parte de la historia del madridismo por romper con una sequía europea de 32 años.

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