20 de noviembre de 2013

El déjà vu de Didier Deschamps


Francia ha superado a Ucrania y se ha logrado clasificar para la fase de grupos del Mundial de Brasil de 2014. Los galos cayeron derrotados por 2-0 en Europa del este y tenían pie y medio fuera del próximo campeonato del mundo. La remontada en París sonaba a épica, al mismo tiempo que reabría heridas del pasado. La no clasificación de Francia para el Mundial hubiera sido una auténtica hecatombe nacional. Que una de las mejores selecciones de Europa no acuda al certamen sería algo inusual para mucha gente, excepto para alguien.

En realidad, no era una situación tan bizarra. Hay alguien a quien esta situación le sonaba familiar. En efecto, Didier Deschamps, seleccionador galo,  tuvo que presenciar como, hace justamente 20 años, un equipo francés repleto de estrellas como el actual se quedó fuera de la cita de Estados Unidos 1994 y fue precisamente en el último minuto del último partido ante Bulgaria posible para comprar el billete hacia el Mundial. Lo de hoy se trataba de una auténtica cita con la historia. Algo que realmente tambaleaba truculentos recuerdos del pasado.

Corría el 17 de noviembre de 1993 y Francia contaba con una gran generación de futbolistas, entre los que cabe destacar Eric Cantona, Jean-Pierre Papin, Franck Sauzée, Paul Le Guen, Marcel Desailly, David Ginolá y el propio Didier Deschamps. A Francia le bastaba con un solo punto, mientras que Bulgaria, por su parte, necesitaba dos puntos para clasificarse y contaba, además, con una gran selección formada por Hristo Stoichkov, Emil Kostadinov y Luboslav Penev, entre otros. Dicho plantel lograría el cuarto puesto en Estados Unidos 1994.

Francia se confió y aprovechó su condición de favorita como local para bajar el ritmo del partido. Lo pagaría caro. Un error del denostado David Ginolá le entregó el balón accidentalmente a Emil Kostadinov, conocido por su paso por el Deportivo de La Coruña, y anotó ante Martini dejando a Les Bleus fuera del campeonato del mundo. La imagen de Didier Deschamps, afligido, con las manos en la cabeza dio la vuelta al mundo. Era el segundo Mundial consecutivo al que Francia no conseguía acceder y todo aquello desencadenó una auténtica crisis interna dentro del fútbol internacional francés.

Esta noche todo parecía condenado a repetirse. Francia ha dado el salto generacional y cuenta con un equipo insultantemente joven, excelso en calidad individual pero que no logra adquirir un estilo determinado que marque la diferencia. Ribéry, Sakho, Varane, Matuidi, Benzema, Nasri, Kondogbia, Pogba, Evra, Abidal y Koscielny juegan en los mejores clubes europeos y cabía la posibilidad de que presenciaran el Mundial a través de la televisión. En esta ocasión, Didier Deschamps no se encontraba en el campo vestido de corto, sino en el banquillo bleu como seleccionador nacional. Saint-Denis, que tantas tardes de gloria ha dado al fútbol francés, fue nuevamente estadio talismán y Francia ha doblegado por 3-0 a Ucrania en la vuelta de la repesca con doblete de Sakho y otro tanto de Benzema. Son buenas noticias para el fútbol. Francia viajará a Brasil. El Aux armes citoyens! se coreará por tierras brasileñas...

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