17 de septiembre de 2011

El paradigma de la humildad

 

La jornada inaugural de Liga de Campeones empezó con mal pie para el Barça que, pudiendo haber sentenciado, encajó un agónico gol de Thiago Silva. En general, fue una mala jornada para los nuestros con el empate del Valencia contra el modesto Genk y la derrota del Villarreal ante el Bayern de Múnich en casa en un gran partido de los alemanes. Sin embargo, el Real Madrid sí ganó aunque el partido de los blancos, vestidos de rojo, pasará al recuerdo por causas ajenas a lo futbolístico.

El encuentro fue más reñido de lo que muchos podían pensar a priori. El Dynamo de Zagreb le creó bastantes problemas a un Real Madrid que se emborrachó de ocasiones de gol y las rentabilizó con un solitario gol de Ángel Di María. Después del silbato final, el jugador del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, mostró su tobillo encharcado de sangre mientras arremetía duramente contra el colegiado, curiosamente, noruego al igual que Ovrebo.

No obstante, las palabras que han invadido los titulares en los últimos días han sido las que le dedicó Cristiano Ronaldo a nadie. En realidad, se las dedicó él mismo, preso de la furia y de la impotencia por el árbitro, pese a haber ganado. Textualmente, el astro portugués, haciendo gala de su narcisismo, sentenció: Soy rico, guapo, un gran jugador y me tienen envidia. No olvidemos que España, país donde reside en la actualidad CR7, lleva consigo una tasa de paro que ronda el 20%, una lacra para cualquier sociedad.

 

Obviamente, los medios de la Central Lechera Florentiana, o sea, la prensa afín al Real Madrid y a Florentino Pérez, no tardaron en magnificar la entrada de Leko, jugador croata del Dynamo de Zagreb, calificándola de agresiva y desmedida. Si echamos mano de hemeroteca y vemos la célebre entrada de Pepe a Alves, no será difícil encontrar analogías entre ambas infracciones. Aunque, eso sí, la patada de Pepe fue completamente legal y la de Leko una injuria salvaje propia de Chuck Norris o Steven Seagal.

Pero, no nos engañemos. Nos tienen donde nos quieren tener. Me explico. Cuando Mourinho le metió el dedo en el ojo de Tito Villanova, le dedicaron en Cuatro y demás medios de comunicación un sinfín de reportajes durante cuatro días. La acción del portugués no se podía defender desde ninguna posición u óptica posible pero la realidad es otra: Se vendieron periódicos a raudales, algo que querían hacer desde un principio. Espero que éste no sea el caso.

Otro punto a tener en consideración es el inexplicable motivo por el que a Cristiano Ronaldo se le pita en casi todos, por no decir todos, los estadios españoles. En una entrevista concedida, se le mostró al delantero luso una portada de SPORT en la que se le atribuían los adjetivos de provocador, agresivo y chulo. En esta ocasión, nos quedaremos con la última palabra: chulo.


De un modo presuntuoso, arrogante y vanidoso, Cristiano Ronaldo se autodefinió con los adejetivos anteriormente citados, a saber, guapo, rico, gran jugador y objeto de envidia por parte de muchos como consecuencia de los continuos abucheos que sufre en campos foráneos. De este modo, no sería nada improbable que los insultos al portugués se acrecentarán después de sus acertadas palabras, de nuevo, merecidamente, le pese a quien le pese.

Lo más probable es que Cristiano Ronaldo no fuera realmente consciente de lo que dijo, puesto que la soberbia lo inundaba, aunque esta posibilidad se diluye teniendo en cuenta que cuando se juega en un club como el Real Madrid, hay que pensar lo que se dice en lugar de decir lo que se piensa. La pregunta ahora es si los árbitros no son muy benévolos con CR7.

No quiero dar crédito a las palabras del portugués ni tampoco a la Central Lechera pero los jugadores que sobresalen en la conducción del balón como Messi, Xavi, Iniesta o CR7 están muy expuestos a entradas duras por partes de sus rivales y esto es así desde que el fútbol profesional existe como tal. ¿Será entonces por su riqueza, belleza y soberbia calidad, nunca mejor dicho? Parece evidente que si eres bueno y no precisamente George Clooney, no serás muy bien recibido en coliseos adversarios.

 

Las palabras del portugués no tardaron en hacerse hueco en todos los huecos del fútbol español. Después del partido del Real Madrid en Croacia, los jugadores del Levante: Juanfran y Pallardó, fueron preguntados por las mediáticas palabras de Cristiano Ronaldo. De forma jocosa, Juanfran añadió: Creo que se refería a mí, entre las risas de los allí presentes. Por su parte, Pallardó afimó: Yo creo que aquí somos muy guapos también.

Para concluir, ésto no es más que otra prueba fehaciente de la decadencia de los valores implícitos en el Real Madrid: Primero con Mourinho, sus ruedas de prensa menospreciando a Pedro León, el día que ridiculizó al banquillo del Villarreal, la agria polémica con Manolo Preciado, la campaña antibarcelonista y un patético etcétera. Ahora es el turno de CR7, que no lo dudó ni un instante en seguirle la estela a su amo. 

A los antivalores como provocaciones, juego sucio, el hecho de escudarse en el árbitro para disimular el mal fútbol que practica su equipo e incluso la violencia, llegan la chulería, presuntuosidad, vanidad, arrogancia y, en última instanica, prepotencia, aunque éstos últimos eran un secreto a voces. La prepotencia perpetrada por Mourinho y predicada esta vez por Cristiano Ronaldo, otro exponente en la falta de valores que inculca el Real Madrid.

14 de septiembre de 2011

¿Qué fue de Sunday Oliseh?


Reabrimos la sección ¿Qué fue de...? para rendir homenaje a esos jugadores que, por acciones individuales o títulos conseguidos, fueron realmente conocidos en una determinada época pero que, sin saber cómo, cayeron presa del olvido hasta que leemos en una noticia su retirada, ya lejos de la élite mundial. El protagonista de hoy no es otro que Sunday Oliseh, estrella nigeriana del Mundial de 1998.

Retirado desde 2006, este trotamundos del fútbol recuerda con especial cariño aquella soleada tarde en Nantes. El potente misil que le enchufó a Andoni Zubizarreta en la fase de grupos del Mundial de Francia fue su carta de presentación en el mercado europeo y, dicho sea de paso, la reivindicación de la más brillante generación de futbolistas nigerianos de la historia como Daniel Amokachi, Mutio Adepuju y Jay-Jay Okocha que, además de participar en los mundiales de 1994 y 1998, se hicieron con el Oro Olímpico en Atlanta 1996.

Sunday Oliseh se desempeñó fundamentalmente en la posición de centrocampista de contención y, tras pasar por el Lieja de Bélgica, dio el salto a la Liga Italiana para enrolarse en las filas del Reggina. En ese mismo año dsiputó la Copa de África con las Águila Verdes y el nigeriano fue elegido mejor jugador de la competición. Tras pasar fugazmente por el conjunto italiano, Oliseh fue fichado por el Colonia en 1995, equipo donde se consagró y, de hecho, fue elegido mejor pivote defensivo de la Bundesliga.


Su gran actuación con el cuadro alemán, le avaló para recibir la llamada de un grande de Europa, el Ajax de Ámsterdam. Con los tulipanes, Oliseh ganó el doblete en 1998 y la Copa de Holanda al año siguiente. Cuenta el jugador que jugar en el equipo de Ámsterdam fue lo máximo porque, además de ganar, practicaban un fútbol de ensueño. El siguiente destino del nigeriano sería la Juventus de Turín, donde tuvo un efímero paso puesto que el entrenador no le confiaba muchos minutos.

Tras abandonar a los bianconeros donde sólo permaneció una temporada, Oliseh recaló de nuevo en la Liga Alemana, en concreto, en el Borussia Dortmund con el que llegó a ganar la Bundesliga en 2002 y, posteriormente, pasó al Bochum donde de nuevo fue elegido de los mejores pivotes en la posición de contención del campeonato doméstico alemán. El jugador todavía conservaba su estado de forma pero sus mejores años formaban parte del recuerdo. A principios de 2006 colgó las botas a la edad de 31 años.

Afincado en Bélgica donde vive con su familia, Sunday Oliseh no se ha desvinculado del mundo del fútbol. Ha dirigido al RCS Verviers, un pequeño equipo belga. Además de que su hermano entrena en primera división belga, Oliseh está relacionado con diversos medios de comunicación e implicados en muchas ediciones de la Copa de África. Así pues, un histórico jugador africano de ingrato recuerdo para España ha contribuido en el nacimiento del fútbol africano.

10 de septiembre de 2011

Lírica Pachanguera: Capítulo 17


Con unas condiciones meteoróligas más benevolentes, al partido de hoy llegué nuevamente tarde. La tradición sacrosanta de una reparadora siesta, fruto de una agitada mañana, tenía la culpa de ello. Por fin, hice acto de presencia en Los Salesianos repleto de una solitaria muchedumbre que tenía el excelente gusto de asistir a vernos jugar. Decir, además, que me alegré gratamente de la presencia de Alberto, básicamente, por el redondo amigo que venía acompañándole y que, sin saber cómo, nos había ahorrado gastarnos un euro en un balón novísimo.

Una vez allí, una calor adherente nos acompañó prácticamente durante todo el transcurso de la tarde aunque, por suerte, la escurridiza sombra también fue benevolente y nos ofreció una generosa penumbra a la luz del día que nos hacía cansarnos menos. No obstante, las pájaras, especialmente las mías, fueron frecuentes dado que las temperaturas no eran precisamente bajas pese a la sombra.

Ingresé en el equipo integrado por Muros Rueda, Ale el Niño, Luis, Alberto y un recién aterrizado Adalai cuyo paredero desconocia en los últimos meses a pesar de vivir muy cerca mía. Nuestros oponentes eran el equipo formado por Romo, Superescu, Colmena, Fran Díaz, el sin par Carlos Capi y un último fichaje como Alejandro, carente de seudónimo.

A poco que observeis, parece evidente que los equipos estaban compuestos por seis personas, de modo que un cambio por parte de cada equipo era indispensable para jugar un cinco vs cinco. Dadas las dimensiones de la pista, equipos de seis personas resultan inviables y, además, los cambios nos venían bien por si alguno de los nuestros se cansaba y deseaba ser sustituido.

Después de calentar, jugué en este equipo que, sin contar el final, no lo hicimos del todo mal. Fue entonces cuando presencié el arrebato de ira de nuestro Muros Rueda que tuvo como víctimas la pierna de Carlitos y la espalda de Colmena e incluso Superescu se encendió cual farola a la medianoche. ¿Las causas? Un disparo teledirigido de Carlos Capi que se estrelló en la malograda entrepierna de Muros Rueda que, afortunadamente, salió ileso ante tan suave caricia genital.

En el partido todos lo dimos todo. Hasta Manolo aportó su zona noble. En ocasiones, a los rivales les costaba llevar a cabo una salida de balón y cometían algunos errores clamorosos en zona peligrosa que aprovechamos para anotar o, en su defecto, mandarlo a un palo, directamente afuera o a alguna pista contigua cercana. Precisamente, fue a Muros Rueda al que lo vi más metido en el partido. Se le veía técnicamente mejor, encaraba, en ocasiones se iba e incluso marcó un gran gol tras un fuerte disparo.

Siguiendo en mi equipo, Luis hizo bien sobre todo la salida de balón aunque a veces se pasaba de vertical y no la pasaba. Lo vi un poco meno seguro que de costumbre en la retaguardia pero fue importante en el juego de nuestro equipo. Un jugador muy similar a él es Alberto que, pese a no tener suerte de cara a la portería, comenzaba a tocar el balón y de cabeza constituía un peligro a los oponentes.

Me gustó mucho Ale, nuestro niño, que si bien debutaba con nosotros en esta temporada 2011/2012. Lo hizo casi todo bien. Tiene una gran conducción de balón, visión de juego, desborde, regate y constituye una transición defensa-ataque importante para nuestro equipo. No obstante, a la hora de pasarla lo vi un poco reacio y en alguna ocasión perdió los nervios. De todos modos, en líneas generales, un notable para nuestro niño. Yo salí como un toro, vi portería con mucha facilidad, protagonicé al principio varias ocasiones fallidas, en el aspecto del control me vi mejor e incluso marqué un gol importante para nuestro equipo.

En el equipo contrario, me gustó mucho Superescu que marcó la friolera de cinco goles. Nos endosó una manita que haría callar hasta al mismísimo Mourinho mientras masticaba un refrescante Trident Five. Estuvieron muy acertados Colmena y Fran Díaz que forman un tándem de lujo, son generosos en el pase, marcan goles, desbordan y hacen jugar a su equipo. A Romo no lo vi mucho, en primera instancia, porque con esa curiosa mata de pelos cada vez le distingo menos los rasgos faciales. Ya en serio, estuvo bien, tranquilo en el pase, hábil y simpático en el ficticio vestuario de su equipo. Al que realmente no vi mucho fue a Alejandro que me dejó buenas sensaciones, corría y parece un buen compañero.

Ahora bien, me dejo lo mejor para el final. Para mí, el mejor del partido, además de Superescu que metió cinco chicharros, fue Adalai. Partía de la concepción de que el balón tenía que pasar por su poder para que el equipo siguiera la senda del triunfo. Sus pases eran milimétricos, pasaba cuando tenía que pasarla, regateaba con éxito cuando así lo creía conveniente, corría y, por si esto pareciera poco, incluso marcaba goles. Chapeau para Adalai. Espero que siga así aunque sólo sea para que le dedique un extenso párrafo en mis solicitadas crónicas.

En el aspecto táctico, el encuentro no dio mucho más de sí. Ellos aprovecharon su gran pegada para marcarnos aunque a veces les costara sacar el balón. Cuando nuestro juego no se basaba en un balón alto, teníamos más facilidad para empezar la jugada y crear ocasiones que un inspiradísimo Adalai marcaba. A grandes rasgos, así transcurrió este partido.

En definitiva y, para concluir, lo que no me gustaría pasar por alto es algo que tristemente nos acompaña casi todas las tardes, por no decir todas. Hablo, simplemente, de esos malos rollos generalizados que suele haber por alguna acción concreta. Es cierto que las patadas son gajes del oficio pero enfrentarse con amigos por algo tan inútil como el fútbol es una de las cosas más opuestas a la inteligencia que mi mente puede concebir. Espero por el bien del deporte que estas faltas de respeto se transformen en buen rollo y, a su vez, derive en un envidiable ambiente de buen rollo y compañerismo.

9 de septiembre de 2011

Pep Guardiola, el Noi de Catalunya


Este jueves el entrenador del Fútbol Club Barcelona, Pep Guardiola fue condecorado con la Medalla d'Or del Parlament de Catalunya, reconocimiento individual que se lleva otorgando anualmente desde el año 2000. El entrenador catalán fue a la ceremonia acompañado por su mujer, Cristina Serra, y sus tres hijos.

El acto de entrega fue presidido por el President de la Generalitat, Artur Mas, y por Núria de Gispert, presidente del Parlament. Tras recibir la medalla que le acreditaba en categoría de oro, Guardiola pronunció un extenso discurso que subyugó a los allí presentes, llenando cada rincón del auditoria de expectación, emoción y admiración por el técnico azulgrana.

Después de haber ganado nada menos que doce títulos en los escasos tres años que lleva al frente del Barcelona, Pep Guardiola se anota un merecido premio a nivel individual por encarnar valores como la humildad, el esfuerzo, la ilusión, el compromiso, la valentía y la exigencia tal y como dijo su amigo y valedor Evarist Murtra.

El elenco estuvo presidido por diputados del Parlament, así como por el presidente del Barcelona, Sandro Rosell, y por los padres de Pep, Valentí y Dolors a quienes se le pudo observar repletos de emoción en todo momento. Respaldado por dichas presencias, Pep Guardiola dejó inmortalizadas algunas citas made in Pep como No soy ejemplo de nada; Lo que he hecho lo he aprendido de mis entrenadores, compañeros y jugadores que tengo e hizo especialmente énfasis en: Hago mi trabajo con mucha pasión.

Por último, Artur Mas y Núria de Gispert llevaron a cabo la clausura de tan nombrado acontecimiento con sendos parlamentos que coincidieron en catalogar a Pep como un ejemplo de seny y valentía muy necesario en estos tiempos que corren.