14 de noviembre de 2014

Así afectó la independencia a otras selecciones europeas


Sin pretensión de entrar en cuestiones políticas, Cataluña se encuentra inmersa en un proceso que busca su secesión con respecto a España. Una pregunta que sobrevuela la cabeza de muchas personas sería el papel de la selección de Cataluña en relación con la UEFA y la FIFA. ¿Sería reconocida internacionalmente? ¿Podría el FC Barcelona y los demás equipos catalanes seguir jugando la Liga Española? ¿Podría la selección del nuevo estado catalán disputar un Mundial? ¿Y una Eurocopa? Muchos interrogantes planean sobre el incierto futuro del fútbol catalán.

Sin embargo, si echamos la vista atrás, muchos países europeos se han independizado, sobre todo, desde la caída del comunismo en 1991. Selecciones que tenían un nombre en Europa como Checoslovaquia, Yugoslavia y URSS se disolvieron por motivos políticos y dieron lugar a unos incipientes estados que aspirarían a todo. De este modo, aparecieron nuevos combinados nacionales para representar a recién estrenados estados como República Checa, Rusia y Croacia que, lejos de amilanarse, se encumbraron hacia lo más alto. Pero, ¿cómo afectó realmente la independencia a estas selecciones? ¿Les fue mejor formando parte de un estado más amplio o, por el contrario, consiguieron el éxito como país independiente?

Checoslovaquia fue uno de los equipos nacionales más importantes durante el siglo XX. Consiguió el subcampeonato del mundo en los Mundiales de Italia 1934 y Chile 1962, además de conseguir la Eurocopa de Yugoslavia 1976, recordada por el inenarrable penalti de Panenka. En 1993, Checoslovaquia se disolvió de forma pacífica. El país volvería a su situación histórica, cuando fue unido en 1918, tras la Primera Guerra Mundial como uno de los estados resultantes del extinto Imperio Austrohúngaro.


Se dividiría en República Checa y Eslovaquia y la FIFA consideraría unánimemente a República Checa como la sucesora natural del plantel de República Checa. De hecho, ambos estados mantienen la misma bandera. Erigido como estado soberano, el combinado checo alcanzaría la final de la Eurocopa de Inglaterra 1996 en la que contaba con jugadores de la categoría de Nedved y Poborsky y alcanzó las semifinales de la Eurocopa de Portugal 2004. Además, ha contado con futbolistas como Cech, Jankulovski, Smicer, Baros y Rosicky. Desde la secesión de Checoslovaquia en República Checa y Eslovaquia, los checos protagonizaron algunas actuaciones reseñables a nivel internacional, contando con grandes jugadores. Hasta la fecha, República Checa no ha conquistado ningún título internacional, mientras que, formando parte de Checoslovaquia, sí se hizo con la Eurocopa 1976. Por su parte, Eslovaquia sólo ha consumado un puesto en octavos de final en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Anecdóticamente, Bohemia, una de las regiones históricas del Imperio Austrohúngaro, tuvo una selección de fútbol que se inscribiría en los Juegos Olímpicos de 1908, aunque retiró su participación en dicho certamen. Tras la Primera Guerra Mundial, el equipo se disolvió en 1918 y se anexionó a la selección de Checoslovaquia. Sería refundado en 1939 durante la ocupación de Checoslovaquia por parte de los nazis en representación del Protectorado de Bohemia y Moravia, aunque disputaría únicamente dos partidos. Tras el conflicto mundial, la selección de Bohemia desapareció de forma definitiva.

En 1991, la Unión Soviética se desintegró tras la caída del comunismo en Europa. De ella, resultarían una gran cantidad de pequeños nuevos estados con sus respectivas federaciones y selecciones. No obstante, la FIFA reconoce a Rusia como la sucesora de la extinta selección de la Unión Soviética. El clima tras el desmantelamiento de la URSS fue bastante sórdido y controvertido. De hecho, el jugador ucraniano Andréi Kanchelskis continuó sirviendo a la nueva selección rusa.


La URSS fue una de las selecciones más grandes de todos los tiempos, participando en todos los Mundiales hasta 1990 excepto Alemania 1974 y Argentina 1978. Sería cuarta en el Mundial de Inglaterra 1966 y contaría con Lev Yashin, considerado por muchos como el mejor portero de todos los tiempos, y Oleg Blokhin. A nivel europeo, la Unión Soviética disputó cinco Eurocopas, ganó la edición inaugural del torneo en Francia 1960 y disputó las finales de España 1964, Bélgica 1972 y Alemania Occidental 1988. Por si fuera poco, el combinado soviético también se haría con la medalla de oro en fútbol en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 y Seúl 1988.

Tras la disolución de la URSS, aparecieron una cantidad ingente de nuevos estados postsoviéticos: Estonia, Letonia, Lituania (estados bálticos), Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Turkmenistán (de Asia Central), Georgia, Armenia, Azerbaiyán (de la región del Cáucaso), Bielorrusia, Ucrania, Moldavia (de Europa Oriental) y Rusia, considerada sucesora de la URSS. Todos estos países están reconocidos por la UEFA, a excepción de Kirguistán, Turkmenistán, Tayikistán y Uzbekistán, que pertenecen a la AFC. A medida que la URSS dejaba de existir paulatinamente, también se disolvía la Federación Soviética. En la Eurocopa de Suecia 1992, la Comunidad de los Estados Independientes, reconocida por la FIFA ese mismo año, participó en dicho certamen en sustitución de la URSS. Únicamente disputaría tres partidos, cosechando dos importantes empates ante Alemania y Holanda. Caería derrotada 3-0 ante Escocia, en el que sería el último partido de su corta existencia.

La selección de Rusia fue la más beneficiada de la extinción de la URSS, al menos, en lo que a nivel deportivo se refiere. Su papel más relevante fue en la Eurocopa de Austria y Suiza 2008 en la que alcanzarían las semifinales del torneo. Todo ello fue posible gracias a una joven generación de grandes jugadores comandada por Arshavin, Pavliuchenko, Zhirkov y Akinfeev, entre otros. El combinado ruso, además, participaría en los Mundiales de Estados Unidos 1994, Corea y Japón 2002, Brasil 2014 y las Eurocopas de Inglaterra 1996, Portugal 2004 y Polonia-Ucrania 2012.


De las demás selecciones resultantes de la Unión Soviética, Ucrania logró la clasificación al Mundial 2006 y la Eurocopa 2012, de la que fue coanfitriona junto con Polonia. El jugador ucraniano Andrei Shevchenko, ganador del prestigioso trofeo Balón de Oro, es considerado el mejor jugador de la historia del fútbol ucraniano, militando en clubes como Dynamo de Kiev, AC Milán y Chelsea. Por otro lado, Uzbekistán sí ha logrado varias clasificaciones consecutivas a la Copa de Asia. En resumidas cuentas, la gran beneficiada de la caída de la URSS, a nivel futbolístico, sería Rusia, considerada por la FIFA sucesora del inexistente combinado de la URSS. Al ser un país titánicamente grande y con más recursos económicos que los restantes, ha podido constituir un equipo fuerte y contar con los medios e instalaciones necesarios para formar grandes jugadores con los que asaltar el viejo continente. Sin embargo, no ha conseguido alcanzar ese nivel para ganar torneos, como sí lo hizo su predecesora, la URSS.

El caso de Alemania es distinto, pues se unificaron la selecciones Federal y Oriental. Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania se dividió en dos Estados y cada uno creó su propia selección de fútbol. Dichos equipos nacionales existieron entre 1949 y 1990, un año después de la caída del muro de Berlín y, por tanto, de la unión de ambos países. Sería entonces cuando las selecciones de Alemania Federal y Alemania Oriental se unieron en la actual selección de Alemania.

Análogamente, la selección de Alemania Federal es considerada por la FIFA como el seleccionado sucesor de la antigua selección de Alemania que existió entre 1912 y 1942, al mismo tiempo que es la predecesora de la selección alemana actual. De hecho, las Federaciones de Alemania Federal y de la actual Mannschaft, el escudo y las equipaciones son exactamente las mismas. El actual combinado germano mantiene todos los logros deportivos que consiguió el equipo federal.


La selección de Alemania Federal ha sido, con toda probabilidad, uno de los equipos más grandes de todos los tiempos. Disputaría diez Mundiales y se haría con el oro en Suiza 1954, Alemania 1974 e Italia 1990 y en las Eurocopas de Bélgica 1972 e Italia 1980, amén del segundo puesto en la edición de Yugoslavia 1976. Quedaría excluida del Mundial 1950 por prohibición de la FIFA, como castigo a los tenebrosos crímenes cometidos durante el nazismo. Albergaría a los mejores jugadores del mundo como Franz Beckenbauer, Gerd Müller, Matthaus, Rummenigge, Uwe Seller, Jürgen Klinsmann, Sepp Maier y Rudi Völler, de una extensísima lista.

En contraposición, la selección de Alemania Oriental no tuvo el éxito de su vecina. Sería un equipo de segundo nivel que sólo participaría en el Mundial de 1974 en el que alcanzaría la segunda ronda. Tras la unificación de ambos países, la selección de Alemania Oriental desapareció. El combinado teutón es uno de los equipos más importantes del mundo. Después de la unificación, lograría la Eurocopa de Inglaterra 1996, el Mundial de Brasil 2014, el subcampeonato del Mundo en 2002 y la medalla de plata en las Eurocopas de 1992 y 2008.

Por último, el caso más importante es el acaecido en Yugoslavia. A principios de los años noventa, se acrecentaron las tensiones surgidas en una Yugoslavia en la que convivían ortodoxos, católicos y protestantes. Todo ello fue aderezado con las crecientes disputas nacionalistas y una animadversión que pronto se trasladaría a los terrenos de juego. Así pues, Yugoslavia se fue disgregando progresivamente en Croacia (oficial desde 1992), Serbia y Montenegro (1992), Eslovenia (1992), Macedonia (1993) y Bosnia-Herzegovina (1993). Serbia y Montenegro sería la sucesora natural de la extinta Yugoslavia que jugaría oficialmente con el nombre de Yugolavia de 1994 a 2002, para pasar a llamarse Serbia y Montenegro de 2002 a 2006, año en que se separaron. Kosovo es un territorio en disputa dentro del territorio balcánico, especialmente por parte de Serbia y Albania. No está reconocida ni por la UEFA ni por la FIFA


La FIFA reconoce a la actual Serbia como la sucesora del combinado de Yugoslavia, al igual que considera a República Checa, Rusia y Alemania las sucesores de Checoslovaquia, URSS y Alemania Federal, respectivamente y mantiene todas las cifras logradas anteriormente por sus precursoras. De todas las selecciones resultantes de la desmembración de Yugoslavia, sin duda, la que más éxito ha cosechado ha sido Croacia que alcanzaría la medalla de bronce en el Mundial de Francia 1998 y se clasificaría, además, para los Mundiales de Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Brasil 2014. Serbia ha jugado tres Mundiales, uno bajo la denominación de Yugoslavia (1998), otro como Serbia y Montenegro (2006) y otro como Serbia (2010). Por su parte, Eslovenia sólo ha conseguido jugar dos Mundiales (2002 y 2010), mientras que Bosnia-Herzegovina sólo ha conseguido disputar el Mundial de Brasil 2014. Macedonia y la recién nacida Montenegro no han logrado clasificarse para ningún Campeonato del Mundo hasta la fecha.

Croacia fue una de las mayores revelaciones del mundo a finales de los noventa. Una selección de escasos seis años de historia se sobrepuso a grandes selecciones europeas de la talla de Alemania y Argentina para firmar un papel encomiable en su primera Copa del Mundo en Francia 1998. Allí se gestó una gran generación de jugadores formada por Davor Suker, Robert Jarni, Robert Prosinecki, Zvonimic Boban, Darío Simic y Slaven Bilic, entre otros. Muchos de estos grandes jugadores balcánicos formaron parte de la prometedora selección de Yugoslavia que se alzaría con la victoria en el Mundial sub20 de Chile 1987, como el montenegrino Pedja Mijatovic.

La selección de Yugoslavia fue un equipo que logró ciertos éxitos internacionales como las semifinales de los Mundiales de Uruguay 1930 y Chile 1962, así como los cuartos de final del Mundial de Italia 1990. A nivel de Eurocopa, lograría la medalla de plata en las ediciones de Francia 1960 e Italia 1968. Tras la paulatina disolución de Yugoslavia, surgieron grandes selecciones como Croacia que pronto demostraría al mundo que no se trataba de un rincón oscuro y aislado del este de Europa, sino un equipo joven, hambriento de triunfos y repleto de los mejores jugadores del este de todos los tiempos. Dicho esto, ¿Cataluña lograría más reconocimiento internacional como estado independiente o formando parte de la selección española?

En una hipotética selección de Yugoslavia actual, se mezclarían los mejores jugadores de Croacia, Bosnia y Serbia, dando lugar a un equipo imparable.

Fuente: Wikipedia.

22 de octubre de 2014

La decadencia de Gerard Piqué


Muchos jugadores del FC Barcelona han bajado su nivel desde la última temporada, de tan nefasto recuerdo. Sin embargo, si hay uno cuyo rendimiento ha descendido considerablemente, ése ha sido Gerard Piqué. El central catalán ha pasado de ser uno de los mejores defensas del mundo a ser un simple sucedáneo de lo que un día se cotizó a precio de oro. Una joya de primerísimo nivel cuyo valor se ha visto reducido a una obsoleta baratija.

El caso de Gerard Piqué es bastante atípico. En general, un buen central se mide en función de su experiencia y veteranía. Cuando Piquenbauer tenía 22 años, ya era considerado el mejor central del mundo, en gran parte gracias al sublime papel desempeñado en la final de la Champions en Roma. Adicionalmente, el hecho de jugar en la retaguardia con un mariscal de la talla de Carles Puyol elevó de forma exponencial su nivel. En situaciones como estas, se valora la importancia de contar en el patio trasero con Puyi, capaz de mitigar cualquier error que un central más adelantado pueda cometer. Dicho de otro modo, no es lo mismo tener detrás a Puyol que a Bartra.

Piqué tocó techo. Con su inseparable compañero de batallas Puyol, se ganó el Mundial. El año siguiente llegó la Champions de Wembley, otra Liga, el segundo Mundialito y, más tarde, la Eurocopa. Quizá por ello se hizo cierto el aforismo Más grande será la caída. Salieron a la luz situaciones rocambolescas y extradeportivas, desde su adicción al smartphone hasta el reciente escándalo con la guardia urbana de Barcelona, pasando por los excesos, fruto de su relación sentimental con la cantante Shakira. En resumidas cuentas, ha sucedido una avalancha de episodios que no han contribuido precisamente a encumbrar el rendimiento de Piqué.

Salvando las distancias, se trata de un caso bastante parecido al de Ronaldinho. Es decir, un jugador que, en poco tiempo, pasó de tocar el cielo con la yema de los dedos a arrastrarse por los terrenos de juego. Probablemente, esta afirmación sea exagerada, pero lo único cierto es que ambos jugadores son irrecuperables a primer nivel. Obviamente, los errores de un central se pagan muchos más caros que los de un delantero, de ahí la evidente decadencia del zaguero catalán. Además, la posible autocomplacencia, producto de la resaca de títulos, puede haber supuesto una pérdida de hambre de triunfos.

Según diversos rumores, fue Pep Guardiola en su salida del club en 2012 quien pidió a la directiva que se efectuasen profundos cambios en la plantilla, cambios que nunca se produjeron. En concreto, dichas bajas eran las de Cesc Fàbregas, Dani Alves y Gerard Piqué. Guardiola, de forma visionaria, ya era consciente del bajo nivel físico que arrastraba el jugador y previó esa bajada de forma. En fútbol, el mejor analista siempre es el tiempo y, en este caso, se ha comprobado cómo efectivamente Guardiola no estaba equivocado.

A un jugador de la categoría de Piqué le ha afectado el bajo nivel de competitividad del Barcelona en la temporada anterior, las vacas flacas por la ausencia de títulos y ver cómo jugadores como Xavi o Iniesta sumaban años y descendían su nivel de forma paralela. Con todo, sería justo afrimar que, para ver a un jugador descender su nivel de forma tan drástica, antes hay que haberlo visto en lo más alto. Ese ha sido el lugar de Piqué durante mucho tiempo. Un lugar que, esperemos, vuelva a recuperar lo antes posible.

16 de octubre de 2014

¿Qué pasaría con el Barça si Cataluña se independizara?


La independencia es un paso transcendental en un pueblo e implica muchos cambios que es necesario conocer. Todo pueblo tiene derecho a la libre determinación, pero la mayoría de países que han luchado por su independencia han tenido que realizar enormes sacrificios para conseguirla. En el caso de Cataluña no sería diferente. ¿Qué pasaría con el FC Barcelona si Cataluña se independizara unilateralmente de España?

Inmediatamente Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea y del espacio Schengen, ésto quiere decir:
  • Los productos catalanes tendrían que pagar aranceles para ingresar a la UE.
  • Los catalanes serían extracomunitarios, no podrían jugar en Europa, a no ser que adopten la nacionalidad española.
  • Se crearían puestos fronterizos en todos los accesos a Cataluña.
  • El FC Barcelona quedaría fuera de la Liga española y fuera de competiciones europeas.
  • La selección de Cataluña no podría competir oficialmente.

¿Podría el FC Barcelona jugar en la Liga española o Ligue 1 francesa? 
Sí, pero antes: 
  • Debe cambiarse la Ley del Deporte. Esto quiere decir que el parlamento español debe tener la voluntad de aceptar FC Barcelona en la Liga. Algo casi imposible debido al auge de las presiones ultranacionalistas españolas que surgirán como reacción a la independencia catalana. Y si España no acepta al Barça, Francia tampoco lo hará para no enemistarse con España.
  • Mónaco juega en Francia porque el fútbol monegasco, federativamente hace parte de Francia. Para que el FC Barcelona pueda jugar en Francia, tendría que afiliarse a alguna federeción francesa. Pero seguiría existiendo el problema de ser jugadores extracomunitarios y, según las normativas, sólo se aceptan 3 por equipo.
  • Si España o Francia aceptan la inclusión FC Barcelona, Cataluña seguiría siendo un Estado extracomunitario y habría que cambiar las leyes españolas (o francesas) y europeas para permitir que jugadores extracomunitarios (catalanes) puedan jugar en España o Francia. Es un asunto complicado que precisaría la aprobación de Bruselas.
  • Para que el FC Barcelona pueda jugar competiciones europeas, tendría que hacer desaparecer la Federación Catalana de Fútbol y afiliarse a una federación española o francesa y depender de ella (como Mónaco de Francia). Esto requiere la aprobación de España o Francia, sino, no podría hacerlo porque sería un club de fútbol de un Estado no reconocido por la UEFA.

¿Puede Cataluña ser miembro de la UEFA?
  • En 2001, la UEFA cambió sus estatutos, y desde entonces, sólo permite integrar Estados reconocidos por la ONU. El caso de Gibraltar es diferente, porque solicitó su admisión en 1997, antes de la entrada en vigor de dicha normativa.

¿Puede Cataluña pedir el reconocimiento de la ONU?
Sí, pero es poco probable que sea aceptada su inclusión rápidamente.
  • España, Francia, Alemania, Estados Unidos, Rusia, Reino Unido y China verán con recelo la inclusión de una comunidad autónoma que ha declarado su independencia unilateral. En esos países hay movimientos independentistas y el temor los llevarán a votar no. Incluso si algunos países decidieran reconocer a Cataluña, seguiría siendo un país no reconocido mayoritariamente, como Kosovo o la República de Osetia del Sur.
  • Al final, Cataluña sí sería reconocida internacionalmente, pero sería un proceso que podría tardar décadas.

¿Qué pasaría en Cataluña mientras tanto?
  • Las empresas instaladas en Cataluña tendrán que pagar aranceles para exportar a la Unión Europea. Esto las hará menos competitivas y llevará a muchas a la quiebra. Para evitarlo, las empresas y los capitales abandonarán Cataluña. El desempleo crecerá allí y también la pobreza.
  • Los ingresos por turismo disminuirán considerablemente. Viajar a Cataluña significará visitar un país extracomunitario como Marruecos o Albania, por lo que los gastos, impuestos y trámites serán mayores. Ésto beneficiará a regiones vecinas como Valencia, Andalucía y Algarve.

¿Qué pasaría con el FC Barcelona?
  • Al no poder jugar en Europa, Cataluña tendría que hacer su propia Liga Catalana con equipos como Girona, Lleida, Sabadell y Llagostera.
  • Los ingresos del FC Barcelona serían mínimos y sería imposible mantener la plantilla actual. Todas las estrellas extranjeras abandonarían el país, incluso la venta de abonos en el Camp Nou disminuiría debido a la grave crisis económica en Cataluña.
  • La selección de Cataluña sólo podría jugar amistosos.
  • La Liga española también se enfrentaría a una grave crisis económica al ver desaparecido su gran clásico Barcelona-Real Madrid, pero es una Liga mucho más grande. Tendría que hacer una reestructuración económica que beneficiaría enormemente a equipos como el Ahtletic, Valencia y Sevilla, haciéndolos rivales más poderosos y competitivos, siendo así, podría sobreponerse en un tiempo relativamente corto.

¿Y qué pasaría después?
  • Pasados unos cinco años, Cataluña ya podría haber firmado varios acuerdos comerciales y políticos con la Unión Europea. Los primeros que se firmarían serían para permitir el libre tránsito de personas y un arancel especial para que puedan exportar sus productos a la Unión Europea. Aunque no sea un Estado reconocido internacionalmente, ya podría solicitar la adhesión a la UE, proceso que tardaría años.
  • Pasados unos diez años, Cataluña ya sería reconocida por varios estados de la ONU, pero sin ser reconocida por los más importantes, lo que implicaría que seguiría sin poder participar en competiciones europeas.
  • Pasados unos veinte años, Cataluña ya obtendría el reconocimiento internacional. La Liga catalana podría jugar en Europa y la selección catalana ser miembro de la FIFA. Conseguirlo antes sería prácticamente imposible. Palestina ha tardado 26 años, Kosovo y Osetia del Sur lo están pidiendo hace 23 años. Lo más probable es que Cataluña lo consiga pasadas dos décadas. Luego de eso podrá solicitar su adhesión a la Unión Europea y a UEFA.
  • Y bueno, ese FC Barcelona que lo ganaba todo en Europa, será un lejano recuerdo. Ahora formará parte de una Liga mucho más modesta de un pequeño país europeo y con muchos menos ingresos económicos.

@raulalosfc

3 de octubre de 2014

La particular venganza de Roy Keane


En el mundo del deporte, es mucho más correcto usar la palabra revancha que venganza. En tanto que la primera hace referencia a redimirse de una derrota deportiva mediante una victoria, la segunda lleva implícita connotaciones personales que desvirtuan la esencia del deporte. En cualquier caso, es bastante probable que Roy Keane, quien fuera jugador del Manchester United entre 1993 y 2005, no estuviera demasiado de acuerdo con la definición anteriormente dada.

Remontémonos a los hechos. Corría el año 1997 y Manchester United y Leeds se enfrentaban en un partido de Premier League con aparente normalidad. Roy Keane intentó zancadillear al defensa noruego Alf-Inge Haaland, con tan mala suerte que, al realizar el movimiento, el jugador irlandés se lesionaría el ligamento cruzado anterior. Haaland reaccionaría riéndose de forma jocosa de Roy Keane, acusándole de fingir esa dolorosa lesión para que no ser amonestado.

Evidentemente, esa acción no haría más que enfurecer a Roy Keane, un jugador especialmente recordado por su turbulento carácter y que había practicado boxeo en su juventud. Completamente recuperado de su lesión, el irlandés no olvidaría la cara de su verdugo y cuatro años después volverían a cruzarse las caras, o mejor dicho, las piernas en un terreno de juego. Era el año 2001 y Haaland militaba en las filas del Manchester City, el rival doméstico de los Diablos Rojos.

La ira de Roy Keane saldría desbocada en el derbi de Manchester. Tanto fue así que, en el primer lance del juego, en la primera oportunidad que tuvo, Roy Keane propinó una escalofriante patada en la rodilla a Haaland. Retorcido de dolor en el suelo, el defensa noruego no sabía que Keane se había servido su particular vendetta. El irlandés se acercó y gritó: Jódete cabrón, ya no volverás a reírte de mí.

Haaland no lo pasaría bien después de esa horrible entrada. Se sometió a numerosas operaciones de rodilla de las que no se recuperó satisfactoriamente y colgaría las botas poco después. Por su parte, el conflictivo jugador irlandés fue suspendido con tres partidos y tendría que hacer frente a una multa de 5.000 libras. Posteriormente, Keane publicó su biografía en la que aseguraba sin titubeos su intención de lesionar a Haaland: El que la hace la paga. Él tuvo su recompensa. Me lesionó y mi actitud es de ojo por ojo.

Aquí se puede observar la horrible entrada de Keane a Haaland. Jugadores así no deberían desempeñar la práctica del fútbol a nivel profesional.

Fuente: Münk (31/1/2014). Imágenes con historia: La venganza de Roy Keane. Página Munkshop.