3 de septiembre de 2011

Lírica Pachanguera: Capítulo 16


Considera esta crónica como mi particular eslogan de La vuelta al cole, clásico de alguna empresa internacional en materia comercial, en estas fechas tan señaladas. No sólo eso sino que además se trataba de la puesta de largo ante nuestra siempre exigente afición de Los Salesianos. Además, la mayoría de nosotros, especialmente yo, arrastrábamos un nivel físico mejor que el exhibido días atrás en la jornada inaugural, sin huelgas federativas de por medio, de nuestra particular temporada 2011/2012.

Las condiciones meteorólogicas se portaron de forma muy caprichosa. La tromba de agua que arreció horas antes no hacía mas que prepararnos un campo anegado y borrar cualquier atisbo de posibilidad de poder jugar por la tarde. Afortunadamente, ese diluvio titánico sólo fue el preludio de un sol espléndido que acarició el transcurso de la tarde, evaporó los solitarios charcos y... paro de contar. Yo me quedé dormido, enredado entre las sábanas. Llamé por teléfono a Muros Rueda, dicho de otro modo, Manolo y me confirmó que fuera.

Llegué a unas solitarias pistas salesianas que otrora rebosaba música y el jolgorio típico de los jóvenes. A lo lejos, divisé a mis amigos y, dado que los equipos estaban hechos tuve que esperar unos minutos que aproveché para calentar. Después de ello, entré en el equipo de Cobo, Escudero, Fran Díaz y Diego en sustitución de Mateoli.

Nuestro rival era el equipo formado por Colmena, Luis, Jonatan, Manolo y Fran Montero. Creaban juego con más facilidad que nosotros, aprovechaban la gran capacidad de Luis para sacar el balón jugado desde la cueva y su gran eficacia en el juego aéreo, así como su pegada, nos pusieron las cosas muy complicadas en los primeros compases del encuentro.

Me sorprendió el gran liderazgo y seguridad que mostró Cobo desde la medular. Jugué con él dias antes en un partido que podríamos calificar de pretemporada pero no me fijé en sus características de forma precisa. Ejerció como guardián en la retaguardia y motivador del equipo, iniciaba las jugadas y mostraba seguridad. Escudero lo hizo muy bien como siempre aunque esta vez lo vi un poco más chupón que de costumbre, y no penseis mal. No obstante, su gran capacidad para encarar y salirse con la suya le hace merecedor de un notable alto. El dantesco pique entre Escudero y Cobo es propio de un gag de matrimonios sexagenarios.

Un amigo y compañero que se enfrentó cara a cara al poderoso bote del balón fue Fran Díaz. El Redbull abrió mucho el campo, de portero se mostró seguro, pasa el balón con regularidad y estuvo muy acertado en líneas generales. El balón más de una vez le hizo una burla. Al ser de fútbol 11, en la pista de cemento cogía mucha altura cuando botaba. En algunos momentos, llegó a recordanos al Jabulani del pasado Mundial de Sudáfrica.

Diego, que ya suma su tercer partido con nosotros, mostró su calidad en el campo. Participó mucho en las jugadas, sobre todo, se hizo notar cuando el equipo consiguió encadenar varios goles seguidos. Ello nos permitió tener confianza, empezar a triangular, driblar, hacer paredes y llegar con facilidad al área rival. Diego, en este sentido, fue imprescidible para nosotros y se lleva una buena nota por su actuación esta tarde.

Particulamente, yo encontré un estado de forma mejor que el del último día, como apunté previamente. Podíamos achacarle los excesos del verano, la poca continuidad de ejercicio que seguí y la calor imperante en el lugar aquel dia. Me vi más seguro, concernido en el juego, implicado con la forma de jugar que llevamos a cabo, más rápido e incluso salió mi faceta desconocida de portero. Marqué mi primer tanto de la temporada en una jugada en la que le intercepté el balón a Fran Montero para anotar en el ausente marcador.

Del otro equipo me gustó mucho Jorge Colmena al que ya empiezo a conocer por sus slaloms y diagonales características de él. Luis fue clave en la salida del balón de su equipo por su gran conducción del esférico. Aún así, podría pasarla más a menudo aunque supongo que con el tiempo lo hará de forma más frecuente. También estuvo bien Jonatan en el juego aéreo y en el desmarque así como Fran Montero que hizo de ideólogo del equipo aportando las cotas de fantasía y calidad. Un delantero de dibujos animados, sin temor a exagerar.

Manolo fue una referencia en el ataque de su equipo y como jugador de contención estuvo adecuado. El partido atravesó momentos. Al principio, nos costaba mantener la posesión y, sobre todo, sacar el balón jugado satisfactoriamente. Dicho sea de paso, nos costó encontrar nuestro lugar en el campo, combinar y, fundamentalmente, no perder la pelota en lugares comprometidos. Con el tiempo, encontramos más metros en el campo, el balón circulaba con más rapidez y marcábamos más goles. Ellos nos cojieron muchas veces a la contra y nos mataban en superioridad numérica.

Fue un partido interesante, entretenido en el que los tremendos botes del balón retumbaban con las discusiones de Superescu con Cobo. Con toda probabilidad, fue un partido para no aburrirse y desde luego que no lo hicimos. Cuando el partido llegaba a su ocaso, una repentina y escueta lluvia que nos llevaba acechando toda la tarde confinada en sus nubes, estalló a modo de sirena en el patio del recreo. Así nos despedimos hasta la próxima jornada...

Viernes, 2 de septiembre de 2011.

2 comentarios:

  1. Macnífica crónica Jose Angel. Mis felicitaciones, no tenía idea de la existencia del blog. Gran composoción y léxico. Prometo frecuentarlo a menudo y
    Comentar en nuevas entradas;-) un saludo,
    Fdo. Fran Montero.

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  2. Muchas gracias Fran. Por fin salió tu comentario. Un placer verte por aquí.

    Un abrazo ;)

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