Los últimos años de la década de los 80 dejaron a un lado emblemáticos vestuarios, kilométricos zapatos de tacón y características chupas de cuero lanzadas a la fama por Michael Jackson. Para abrir de par en par la puerta hacia los noventa, atávicos atuendos y estridentes estilismos fueron acompañados por el auge de equipos míticos como el Real Madrid de la Quinta del Buitre, un incipiente Milán de Arrigo Sacchi, un moribundo Nápoles de Maradona y un recién aterrizado Johan Cruyff en Barcelona. Otro grande de Europa, la Juventus, no aparecía en las listas de cocos del viejo continente. A orillas del Po se estaban atravesando horas bajas...
Los últimos grandes años de la Juve se remontaban a mediados de los ochenta. Comandados por el sempiterno director de orquesta Michel Platini, jugador más importante del club turinés junto con Alessandro del Piero, la Vecchia Signora protagonizó la época más memorable de su historia con la consecución de 2 Scudettos, una Copa de Italia, una Copa de Europa, una Recopa de Europa, una Supercopa de Europa y una Intercontinental. Sin embargo, la grandeza de un jugador se percibe cuando este se echa en falta y, tras la retirada de Platini, el cuadro bianconero sólo ganó títulos testimoniales como una Copa de la UEFA y una Copa de Italia en 1990.
La revolución tras Los Alpes fue llevada a cabo por el Milán de Sacchi. Los rossoneros junto a la fantástica Sampdoria de Gianluca Vialli, Roberto Mancini y el mítico cancerbero Gianluca Pagluica dominaron el cotarro europeo de los equipos italianos durante el primer lustro de los años noventa. Los proyectos cortoplacistas en la Juventus no esbozaban la senda de los triunfos. De hecho, un campeón del mundo en el Mundial de Italia 1990 como Thomas Hassler o el gran centrocampista portugués Rui Barros fueron contratados para reconducir a la Vecchia Signora en la lucha por el Scudetto y ganarse nuevamente un hueco en Europa, con resultados no deseados.
No sería hasta 1994 cuando se produce el punto de inflexión. Marcello Lippi, que desarrolló su carrera como jugador principalmente en los 70 en la Sampdoria, llega al banquillo del club tras una temporada en el Nápoles y con experiencia como técnico en modestos equipos: Atalanta, Lucchese, Siena y Carrarese entre otros. Por primera vez en su dilatada y venidera carrera, es encomendado con un grande, pese a encontrarse en horas bajas. El tiempo demostraría que la contratación del técnico natural de Viareggio sería una decisión correcta.
La escuadra piamontesa se vería drásticamente reinventada y llegaron grandes jugadores que se consagrarían como las figuras más importantes del panorama futbolístico de los noventa. Didier Deschamps, Robert Jarni, Angelo Peruzzi y Gianluca Vialli formarían parte de la plantilla que en la temporada 1994/1995 rompieron la sequía de la Juve en el campeonato doméstico. Una sequía que se prologó durante nueve largos años. A dicho título le acompañarían otra Copa de Italia y un subcampeonato de Europa ante el Parma de Dino Baggio, Gianfranco Zona, Stefano Fiore y Tomas Brolin, tras perder la final a doble partido.
De este modo, la pegadiza melodía de la Champions League sonaría de una vez por todas en el Stadio delle Alpi. Con una sola Copa de Europa de los años de Platini en sus vitrinas, la Juventus iría a por su segunda Orejona con esa rejuvenecida plantilla en la que figuraban algunos de los jugadores más relevantes de Europa. Robert Jarni fue traspasado al Real Betis y suplido por Gianluca Pessotto. El puesto de Roberto Baggio, fichado por el Milán, fue sustituido por el joven Alessandro del Piero y la marcha del gran central alemán Jürgen Kholer al Borussia Dortmund fue paliada con la contratación del italiano Pietro Vierchowod, subcampeón de Europa con la Sampdoria en 1992 y campeón del mundo con Italia en el Mundial de España 1982.
Esa temporada, la Juventus se mostraría muy centrada en la Liga de Campeones y no pudo revalidar el Scudetto que se adjudicó el Milán de Weah, Savicevic y Baggio. Con una expeditiva defensa, sólida y con gran determinación (Torricelli, Verchowod, Pessotto y Ferrara), esta Juventus contaba en su andamiaje con un recuperador de balones y gran trabajador del equipo como el irreductible Didier Deschamps. Paulo Sousa, imprescindible en este esquema táctico, aportaba la visión de juego y se desempeñaba como el organizador del juego que abastecería de suculentas ocasiones a Del Piero, Ravanelli o Vialli en la delantera. Como interior, Antonio Conte aportaba llegada y disparo a media distancia.
La edición de la Liga de Campeones 1995/1996 sería la primera de la últimas temporadas en la que no se gestaron cambios significativos en su formato. Los primeros y segundos clasificados de los cuatro grupos existentes se clasificarían hasta cuartos de final. En esa fase de grupos, el conjunto piamontés superó al Glasgow Rangers en ambos partidos, ante el Steaua de Bucarest ganaría en Turín por 3-0 y empataría sin goles en Ghencea, ganaría el partido como visitante ante el Borussia Dortmund y perdería de local contra los teutones. Una vez en cuartos, la Juventus se mediría ante el Real Madrid contra el que perdió por la mínima en el Santiago Bernabéu para luego acabar remontando en delle Alpi con goles de Padovano y Del Piero. En semifinales, el Nantes de Karembeu, campeón francés, sucumbiría ante los italianos tras una frenética vuelta en La Boujoire. La Juventus se había clasificado a la cuarta final de su historia...
Una final en la que tendría que medirse nada menos que al vigente campeón: el Ajax de Ámsterdam de Louis van Gaal, probablemente, el equipo que mejor jugaba al fútbol en Europa. Alegres y efectivos, el equipo holandés contaba en sus filas con Finidi George, Jari Litmanen, Kiki Musampa, Michael Reiziger, Patrick Kluivert, Edwin Van der Sar, los hermanos de Boer, Danny Blind y Edgar Davids. Jugadores trascendentales en la victoria de la edición anterior ya no formaban parte del club. En efecto, Frank Rijkaard se había retirado, Clarence Seedorf se fue a la Sampdoria y Marc Overmars estaba lesionado. No obstante, no sería un rival exento de riesgos.
La cita de la Juve con la historia tenía fecha y lugar: 22 de mayo de 1996 en el Olímpico de Roma, cual advenimiento de la final de 1973 en la que el Ajax de Cruyff ganó su triple corona consecutiva superando a los italianos. Como todo equipo italiano, la seguridad defensiva, a veces exacerbada en la idiosincrasia transalpina, es un factor imprescindible. Aunque no amarrategui, esa Juventus de Lippi se erigió en torno a una férrea defensa y en la incansable recuperación de balones que ejercía Didier Deschamps en la medular. Allí, sirviéndose de ávidas transiciones, la Vecchia Signora fue superando las líneas de presión a la que se veía sometida por parte del Ajax, favorito en la final. Esta circulación de balón tan vertiginosa achicó los espacios existentes en el centro del campo y congestionó el siempre atractivo fútbol perpetrado por la escuela holandesa.
El tiempo reglamentario acabó con empate a un gol. Ravanelli adelantó a los italianos tras un error defensivo de Frank de Boer y Van der Sar. Ante un equipo tan versátil ofensivamente, la opción italiana de encerrarse y mantener el resultado hubiera sido un suicidio. Jari Litmanen igualó para el Ajax. Todo se solventaría desde los once metros. Edgar Davids erró su lanzamiento. Ciro Ferrara no lo fallaría. Litmanen, de nuevo, empataría. Gianluca Pessotto vuelve a poner en ventaja a los italianos. Arnold Scholten marca su lanzamiento. Michel Padovano ejecuta un disparo que no puede parar Edwin Van der Sar. Sonny Silloy falla o, mejor dicho, Angelo Peruzzi hizo una excelente parada y dio la oportunidad a Vladimir Jugovic de conseguir la victoria. El centrocampista yugoslavo, llegado el verano anterior procedente de la Sampdoria, marca. La Juventus conseguía la segunda Copa de Europa de su historia y última hasta la fecha.
Gianluca Vialli levantaría la Copa que no pudo levantar cuatro años antes contra el Barça de Johan Cruyff en Wembley. Tras ganar la Orejona, unos provectos Vialli, Ravanelli y Vierchowod se marcharían del club. También lo haría Paulo Sousa para volverla a ganar con el Borussia Dortmund la temporada siguiente. No obstante, ese año llegarían al club Paolo Montero, Alen Boksic y, cómo no, Zinedine Zidane. Al año siguiente, recalarian en el cuadro turinés Edgar Davids y Filippo Inzaghi. El club ganó varios títulos más: 2 Scudettos, una Supercopa de Europa y una Intercontinental.
El colofón a 1996 sería el título mundial cosechado en Tokyo ante River Plate que, análogamente, ganó la Copa Libertadores ese mismo año ante el América de Cali con dos goles de Hernán Crespo. En aquel River Plate jugaban Bonano, Juan Pablo Sorín, Celso Ayala, Eduardo Berizzo, Burrito Ortega, Julio Cruz, Enzo Francescoli y Marcelo Salas. Anecdóticamente, este partido hizo coincidir sobre el terreno de juego a Zinedine Zidane y al ídolo confeso de su infancia: Enzo Francescoli.
La Juventus ganaría por un gol a cero, obra de Alessandro Del Piero. El nivel mostrado por los bianconeros fue óptimo en los años siguientes y se lograron más títulos. La llegada de Zidane reforzó la creatividad e ingenio en el centro del campo, el equipo ganó en madurez y todos se sumieron en el relajante bienestar que implica la condición de favorito. Sin embargo, los juventinos perderían la final de 1997 y 1998 contra Borussia Dortmund y Real Madrid, respectivamente. El equipo nunca más volvió a ser lo que fue otrora.
Lippi dejó el banquillo de la Juventus en 1999 y volvió en 2001, año en que su estrella Zinedine Zidane fue traspasado al Real Madrid tras el exorbitante desembolso de 72 millones de euros. Ya con nuevas estrellas como Gianluigi Buffon, Lilian Thuram, David Trezeguet, Pavel Nedved, Igor Tudor, Gianluca Zambrotta y otros más veteranos como Edgar Davids, se quedarían nuevamente a las puertas de la gloria ante el Milan en Old Trafford en 2003. El escándalo Moggigate, acaecido en 2006, acabó con la evicción de su último Scudetto y el club sería descendido administrativamente a la Serie B. La recompensa fue corta para el que fue, posiblemente, el mejor equipo de Europa en el último lustro de los noventa.
Ficha técnica del partido:
Juventus 1:1 Ajax (4-1 en la tanda de penaltis). Goles: Ravanelli 12' y Litmanen 40'. Partido: Final Copa de Europa 1995/1996. Fecha: 22 de mayo de 1996. Estadio: Olímpico de Roma. Asistencia: 67.000 espectadores. Árbitro: Manuel Díaz Vega (ESP).
Juventus: Peruzzi; Pessotto, Ferrara, Vierchowod, Torricelli; Deschamps, Sousa (Di Livio 57'), Conte (Jugovic 46'); Del Piero, Vialli y Ravanelli (Padovano 77'). Entrenador: Marcello Lippi.
Ajax: Van der Sar; Bogarde, Frank de Boer (Scholten 68'), Blind, Silooy; Ronald de Boer (Wooter 90'), Davids; Litmanen; Musampa (Kluivert 46'), Kanu y Finidi. Entrenador: Louis Van Gaal.
Fuente: Jesús Núñez González (13/2/2013). La Juventus de Lippi. Blog Rondo Mágico, Martín Gorojovsky (25/7/2012). El mundo a sus pies: Juventus 1996. Blog La Redó.
Sin duda lo de Alessandro Del Piero es entrañable. Saludos!
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