16 de febrero de 2013

Golazos: La magia de Thierry Henry


Thierry Henry dejó grandes registros goleadores en el Arsenal durante las ocho temporadas en las que jugó, primero en Highbury, y más tarde en el Emirates Stadium. Vestido de gunner, se coronaría nada menos como máximo artillero histórico del club londinense antes de aterrizar en Barcelona en el verano de 2007. De los más de 220 goles que el elegante ariete francés dejó en el Arsenal, se encuentran goles de todos los colores y formas posibles. Hoy recordaremos, a fin de rescatar de su aletargo a esta sección Golazos, el inenarrable gol que le endosó al Manchester United en la temporada 2000/2001.

Esa sería la segunda campaña del francés en Highbury, después de recalar en el Arsenal tras su fallido fichaje por la Juventus de Turín en 1998. Nuevamente con Wenger como míster, Henry desplegaría su máximo potencial como futbolista. Con tan sólo 23 años, ya era uno de los delanteros más cotizados de Europa y en Manchester eran conscientes de ello. Ante esta vitola, un Arsenal muy rejuvenecido recibía al equipo de Sir Alex Ferguson, invicto en la Premier, el 1 de octubre de 2000. El extinto estadio inglés lució su mejor entrada, mostró un multitudinario aspecto y fue testigo de lo que ocurriría allí esa tarde.

Por su parte, el Arsenal había perdido a dos de sus buques insignia, Marc Overmars y Emmanuel Petit, fichados por el Barcelona el verano anterior en respuesta al doloroso fichaje de Luis Figo por el Real Madrid.  El equipo gunner estaba atestado de jugadores franceses por influencia de su técnico Arsène Wenger quien tiene en Francia un hervidero de prometedoras estrellas que dan el paso al viejo continente procedentes del país vecino: Henry, Parlour, Wiltord, Pirés, Vieira...

El partido fue realmente anodino y se desarrolló sin sobresaltos. David Beckham, por entonces la estrella de los Red Devils no brilló, Roy Keane estuvo desactivado en el frente ofensivo, a Sheringham le falló la puntería, mientras que Giggs y Scholes no tuvieron su partido soñado. El encuentro parecía condenado a acabar con empate sin goles, pero por allí militaba un tal Thierry Henry para lograr que eso no fuese así.

Gilles Grimandi le colocó a Henry un preciso pase en la frontal del área. Marcado por Denis Irwin, Tití elevó el balón para orientarse de cara a la portería y enchufó una imparable volea que describió una parábola tan perfecta como letal. Su compatriota y compañero de selección francesa Fabien Barthez, portero por entonces del Manchester United, no pudo hacer nada más que ver como ese disparo se colaba por su escuadra. El partido acabó 1-0 para los pupilos de Wenger. Aquel gol no sería sino la antesala de los antológicos chicharros que Henry marcó con los ingleses, alzándose a la categoría de leyenda del club. No fue un partido rico en goles, pero no hizo falta.


Fuente: Sergio García (18/1/2013). Thierry Henry, goles con elegancia. Grandes goles del pasado. Diario SPORT.

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