1 de abril de 2012

Equipos de leyenda: Brasil 2002


En una calurosa tarde parisina de 1998, Mario Zagallo, director técnico de Brasil, buscaba revalidar el título de campeón del mundo que, cuatro años antes en Estados Unidos, habían levantado con Romario como maestro de ceremonias. Todo parecía seguir el guión establecido pero en fútbol las cosas no son tan sencillas. Así se lo harían saber Zidane y compañía que pospondrían la fiesta de la canarinha cuatro años después.

La tarde previa a la final en Saint-Denis fue algo sórdida en la concentración de Brasil. Ronaldo, estrella del equipo, sufrió convulsiones en el hotel e incluso se dijo que permaneció inconsciente durante dos horas. La moral del equipo estaba por los suelos a pesar del buen torneo que habían realizado. Realmente, Francia 1998 se convirtió en una pesadilla para Brasil. No obstante, los brasileños estaban convencidos de que volverían para conquistar el penta.

Zagallo, quien fuera campeón del Mundo con Pelé en los Mundiales de Suecia 1958 y Chile 1962 alineó a Edmundo pero finalmente la exigencia de los patrocinadores y la presión mediática sentaron a El Animal y le dieron la titularidad a Ronaldo, poniendo en peligro su vida. Ya en el partido, El Fenómeno tuvo un violento choque aéreo con Fabien Barthez que aceleró su debilitamiento físico. El resultado lo conocemos todos. Francia goleó a Brasil por tres goles a cero y hundieron en el abismo a la canarinha. En el horizonte acechaba una nueva oportunidad para conquistar el anhelado Pentacampeonato del Mundo: Corea y Japón 2002.


En la cita asiática, Ronaldo acudió formando una delantera temible junto a Rivaldo y Ronaldinho. Dicho sea de paso, se caldeó un debate público que le exigía al seleccionador, Luis Felipe Scolari, la aparición de Romario en la seleçao. Finalmente, el 6 de mayo Felipao anunció la lista de los 23 convocados en la que no figuraba O Baixinho. Antes de acudir al certamen, Ronaldo tuvo que lidiar contra las duras lesiones que lo asediaban. Con el Inter se desgarró el tendón rotuliano de su rodilla derecha, lo que desencadenaría un calvario para el jugador brasileño.

En aquella mítica plantilla destacaban sus laterales: Cafú y Roberto Carlos, ambos con gran recorrido y versatilidad ofensiva. La zaga del equipo la formaban Roque Júnior y Lúcio, del Milan y Bayer Leverkusen, respectivamente. El jogo bonito de la mitad de la cancha era perpetrado por Edmílson, Gilberto Silva y un todocampista de la talla de Kléberson. El famoso cuadrado ofensivo estaba formado por los citados Kléberson, acompañado de Ronaldinho, Rivaldo y con Gilberto Silva como guardaespaldas. Sobre este cuadrado con tanta movilidad se erigió todo el entramado ofensivo de la seleçao

Obviamente, hay que hacer mención a la espectacular delantera donde se hacía efectiva la magia gestada por los jugadores de la línea creativa anterior. Ronaldinho hacía las veces de falso delantero y conectaba el centro del campo con la delantera en la que la explosividad de Rivaldo y la contundencia de Ronaldo acometían el ataque. En efecto, un joven Ronaldinho y unos Rivaldo y Ronaldo más experimentados que en Francia formaban una peligrosa combinación en la que se aunaban clase y eficiencia goleadora. De hecho, Ronaldo se proclamó el máximo artillero del equipo con la incuestionable marca de ocho goles.


El equipo del Pentacampeonato estaba formado también por otros grandes nombres como Marcos; portero del Palmeiras, Denílson, Emerson, Vampeta, Luizao, Kaká y Belletti. Corea y Japón 2002 pasará a la historia, además, por ser el Mundial más controvertido en lo que a arbitraje se refiere. Las sonrojantes actuaciones en los partidos de Portugal, Italia y España fueron maquilladas con el alegría y atractivo juego brasileño que sumía a los espectadores en una sensación narcótica.

Brasil llegó a la final del Mundial tras vencer en la primera fase a Turquía, China y Costa Rica. En octavos de final doblegó a Bélgica para pasar a unos cuartos de final ante Inglaterra en los que la magia de Ronaldinho selló el pase a semifinales. En ellas, les aguardaría de nuevo la increíble Turquía de Hakan Sukur que llegó a las semifinales del certamen contra todo pronóstico.

Así se abrían las puertas de la decimoséptima final de la Copa del Mundo disputada en el estadio de Yokohama en Japón. Al frente, estaba nada menos que la Alemania del omnipresente Oliver Kahn, caracterizada por una gran solidez defensiva comandada por Ramelow, Linke y Metzelder. Curiosamente, sería el primer partido entre Brasil y Alemania en la historia de la los Mundiales. La Mannschaft echó terriblemente en falta a su buque insignia, Michael Ballack, que no pudo disputar la final por sanción. Tras la ceremonia de himnos y los balbuceantes intentos de los jugadores por tararearlos, el telón se abrió con un ritmo frenético. Ambos equipos se lanzaron al ataque con un vertiginoso ritmo inicial para evitar perder balones en zonas comprometidas. Progresivamente, se asentó un ritmo de partido más comedido y comenzaron a llegar las jugadas más elaboradas y perpetradas, sobre todo, por Ronaldinho.


Alemania hizo honor a su idiosincrasia futbolística. Los teutones mostraban un juego muy sencillo, un riguroso orden táctico, estilo pragmático, simple y cuadriculado. El balón circulaba de forma fácil, abundaban los pases sencillos, no se excedían en aspavientos de calidad y las llegadas por la banda eran muy frecuentes. En resumidas cuentas, el juego alemán consiste en lo fácil, sin florituras ni bambalinas o, dicho de otro modo, lo opuesto a la efusividad combinativa y alegría táctica de Brasil. Hamann, primer jugador del Liverpool en jugar una final del Mundial en los últimos cincuenta años, junto con Frings y Schneider protagonizaron desbordes asediantes por las bandas.

La selección alemana defendía muy bien, de forma sistemática y ordenada aunque cometió algunos errores pueriles. Controlaba el balón, que no el juego, pero carecía de profundidad. A Jens Jeremies se le quedó grande la comparación con un mítico como Lothar Matthaüs. Los ataques de la Mannschaft eran realmente inocuos ante la brillantez de un insaciable Marcos. Brasil dominaba más los espacios. Los desplazamientos en largo de sus centrales Roque Júnior y Lúcio buscando a Ronaldo eran realmente precisos y saqueaban la estabilidad de los defensas rivales.

Dicho esto, en este Mundial se pudo constatar el nacimiento de un crack emergente. Lejos de actuar como estrella individual, Ronaldinho hizo un gran trabajo constructivo y elaborador del juego. Con tan sólo 22 años, se desempeñaba en una zona más lejana de la portería que en Barcelona. O sea, algo así como un pasador de ensueño, un asistente de lujo que actuaba sigilosamente desde segundas líneas constructivas, mermando la presión que los jugadores alemanes ejercían sobre él. De hecho, de un magistral pase del Gaúcho nació la primera ocasión de auténtico peligro de Brasil. Ronaldo la cruzó al segundo palo ante la salida de Kahn. Salió afuera rozando las astillas del palo.


El acoso de los alemanes era realmente asfixiante. La Tricampeona del Mundo atoraba con entereza las salidas de balón de Brasil. Pese a ello, no eran muy productivas las recuperaciones. Klose no se mostraba acertado de cara a la portería de Marcos, la puntería no acompañaba a Jeremies, tan sólo Neuville, jugador alemán de origen suizo, puso contra las cuerdas a Cafú en determinadas acciones individuales. Así concluyó el primer tiempo, en el que Brasil pudo adelantarse mediante un potente zapatazo de Kléberson que se estrelló en el larguero.

A la vuelta de los vestuarios, Alemania tuvo varias actuaciones tras las desbordantes acometidas de Schneider por banda. Ese año el jugador alemán fue subcampeón de todo con el Bayer Leverkusen y puso en aprietos a Lúcio, compañero de equipo. El ritmo del partido se ralentizó con el paso de los minutos. Collina bromeaba con algunos jugadores e incluso Edmílson tuvo sus desavenencias con su irreverente camiseta al enfundársela.

Pasaban los minutos y Ronaldo no entraba en juego. Recordaba por momentos a Pelé en la final del Mundial de México 1970 en la que tardó bastante en aparecer. Aunque este equipo distaba notablemente con el de Pelé en concepto de posesión y calidad individual. En los minutos sucesivos, una jugada condenaría a Kahn. Gilberto Silva cabeceó un centro y, después de que el guardameta alemán lo rechazara, el jugador brasileño pisó accidentalmente la mano del portero teutón. Así las cosas, minutos después llegaría el primer gol, obra de Ronaldo, precisamente en un mal despeje de Oliver Kahn.


Ronaldo previó el rechace de Kahn. Esa capacidad profética de anticiparse a lo que va a ocurrir es lo que hace grande a un goleador. Tras el desafortunado rechace, Ronie empujó el balón hacia el fondo de las mallas. A decir verdad, un gol a esas alturas y en un partido sin claro dominador rompió todos los esquemas de la final. El partido estaba roto y el seleccionador alemán Rudi Völler apostó por el cambio de Bierhoff por Klose, de lo que se arrepentiría después. El héroe de la Eurocopa 1996 era un delantero más finalizador y resolutivo. Völler buscaba con este cambio un ataque directo al área teutona. Ante esta tesitura, Alemania basó su juego en balones aéreos, un juego aún menos elaborado, pases sin receptor fijo, acciones por las bandas, centros al área y en un sinfín de jugadas con cuchillo en las que prevalece el corazón a la razón.

El juego de Alemania en el centro del campo comenzaba a hacer aguas. Las pérdidas de balones no hacían más que sucederse, los pases eran rápidamente interceptados por unos muy expeditivos Gilberto Silva y Kléberson hasta que nació la jugada del segundo gol de la noche. Una dejada de Rivaldo en la frontal del área habilitó a Ronaldo que se sirvió de un certero disparo raso para batir a Kahn.  El partido siguió su curso totalmente sentenciado por Brasil mientras los jugadores alemanes merodeaban vencidos y con los brazos caídos. Una de las figuras del encuentro fue Rivaldo, poco vistoso en la final, aunque desempeñó un gran trabajo táctico actuando desde segunda línea.

Cuando Collina pitó el final del partido, toda una nació estalló en júbilo. Se consagró un equipo que pulverizó aquel aforismo que incapacitaba a los defensas brasileños de poder defender. Tras el asentamiento de los zagueros de Brasil en las grandes ligas europeas, éstos adquirieron orden táctico. Fue el Mundial con el que Brasil arrojó algo de luz a las espinosas irregularidades arbitrales y con su quinto Mundial ponía distancia ante Italia con tres títulos. Ronaldo se reivindicó tras el calvario de las lesiones con sus ocho goles y Cafú participaría en su tercera final de un Mundial. Ganó Brasil. Ganó el fútbol.


De la mano del mítico Felipao Scolari, estos fueron los campeones del mundo en Corea-Japón 2002 en sus respectivos equipos. Sin duda, una escuadra para la historia moderna del fútbol:

Porteros: Marcos (Palmeiras), Nelson Dida (Corinthians) y Rogerio Ceni (Sao Paulo).

Defensas: Marcos Evangelista Cafú (AS Roma), Lúcio (Bayer Leverkusen), Roque Júnior (AC Milán), Edmílson (Olympique de Lyon), Roberto Carlos (Real Madrid), Juliano Belletti (Sao Paulo), Anderson Polga (Grêmio) y Júnior (Parma).

Centrocampistas: Ricardinho (Corinthians), Gilberto Silva (Atlético Mineiro), Rivaldo (Barcelona), Ronaldinho (París Saint-Germain), Kléberson (Atlético Paranaense), Vampeta (Corinthians), Émerson (AS Roma) y Juninho Paulista (Flamengo).

Delanteros: Ronaldo (Inter de Milán), Denilson (Real Betis), Edilson (Cruzeiro), Luizao (Gremio) y Kaká (Sao Paulo).

Formación de las selecciones de Brasil y Alemania en la final de Yokohama. La seleçao apostó por una defensa de tres mientras que Cafú y Roberto Carlos se desempeñaban como carrileros muy ofensivos. La Mannschaft contaba arriba con una abrumadora delantera Neuville, Schneider y Klose.

3 comentarios:

  1. Muy buena publicación, ame ese mundial, es mi favorito de los que he visto, gran jugadores, grandes partidos, grandes sorpresas.

    ResponderEliminar
  2. Brasil no jugaba a nada en ese mundial..el que hizo este articulo es muy visible que no vio aquel mundial...Marcos Arquero normal..ese Brasil jugo con 3 defensas...Roque Jr,Lucio y Edmilson...2 carrileros cafu roberto carlos...2 volantes de marcas gilberto silva y kleberson...y solo 3 arriba..ronaldinho rivaldo y ronaldo...Marcos arquero normal...Lucio defensa fuerte pero con poca tecnica y poca elegancia...Roque junior lo mismo...Edmilson lo mas aceptable,..Cafu y Roberto Carlos hacian lo que podian..Gilberto Silva el equilibrio...Kleberson o juninho paulista trataban de darle un poco de salida...Klebreson era medio torpe..juninho no era volante de marca y felipao lo sacrifico en esa posicion en los primeros 4 partidos...Ronaldinho le daba buen cambio de ritmo...Riveldo y Ronaldo ya estaban lentos..no fueron espectaculares pero si efectivos...en la primera fase no le tocaron rivales fuertes...belgica en octavos merecio ganar ante Brasil...Inglaterra peco de inosente en cuartos...en la semifinal en un partido aburrido Brasil aprovecho los errores de Turquia y lo mando a acasa...en la final Alemania domino...pero Brasi fue oportuno y gano 2 a 0...no me parecio gran cosa ese equipo.

    ResponderEliminar
  3. Emerson no jugo el mundial 2002...el que jugo fue Ricardinho el ex Corinthians,Santos y Sao Paulo.

    ResponderEliminar