11 de marzo de 2011

Michael Ballack y su particular gafe


Nadie pone en entredicho la calidad que atesora Michael Ballack. Ha formado parte de la plantilla de grandes clubes como Bayer Leverkusen, Bayern de Múnich y Chelsea. Eso por no hablar de que en la selección alemana es un jugador fundamental aportando pegada en el frente ofensivo. Sin embargo, la gloria parece haberle dado la espalda y no le ha dejado saborear el éxito en su totalidad.

En el año 2002, Ballack formaba parte de las filas del Bayer Leverkusen. Ese mismo año el conjunto teutón llegó a la final de la Copa de Europa en Glasgow donde el Real Madrid ganó al cuadro alemán por dos goles a uno con aquel soberbio e inenarrable gol de Zinedine Zidane. Dentro de las fronteras germánicas, ese año fue especialmente duro. El Bayer Leverkusen aspiraba a ganar tres títulos pero finalmente no pudo levantar ninguno. 

El Madrid le ganó en la final de la Champions, en la Copa de Alemania el verdugo fue el Schalke 04 y, para colmo, quedó subcampeón en la Bundesliga por detrás del Borussia Dortmund. Dicho sea de paso, en la última jornada de la temporada 1999/2000 al Leverkusen sólo le bastaba un punto para proclamarse campeón de la Bundesliga. Sin embargo, un autogol de Ballack implicó la derrota que le dio el título de Liga al SpVgg Unterhaching


Pero 2002 todavía le tenía guardadas más decepciones al jugador alemán. En el Mundial de Corea y Japón, la Mannschaft llegó a la final de Yokohama pero Ballack no pudo jugar dicho encuentro por una oportunista lesión. Como sabemos, Brasil ganó por dos goles a cero aquel partido que supuso el pentacampeonato de la canarinha. Otro gran título que se le escapaba a Michael...

Además, tambien se perdió la final de consolación contra Portugal en el Mundial de Alemania en 2006. Para Ballack, 2008 también fue un año para olvidar, al menos, en lo que a fútbol se refiere. Ya en el Chelsea, equipo donde llegó en 2006, perdió la finalísima de la Champions en Moscú ante el Manchester United, perdió la Carling Cup ante el Tottenham y, a comicios de temporada, perdió la Community Shield ante el Manchester United. Ese verano, Ballack jugó con Alemania la final de la Eurocopa en Viena donde España le privó de levantar el cetro europeo. Además, tuvo acaloradas discusiones con Luis Aragonés y el banquillo español en general.

En conclusión, éste es el caso de un grandísimo jugador que ha podido ganar los tres grandes títulos (Mundial, Eurocopa y Champions) pero algún gato negro o algún bote de sal derramado fueron los responsables de que fuera él quien viera levantar las copas a otros.

9 de marzo de 2011

El debate de siempre


Pasarán los años, tu equipo seguirá sin ganar la Liga, promulgarán leyes más absurdas si cabe y no habrán acabado las obras en tu barrio. Pasarán todas esas cosas y seguiremos oyendo la misma canción, a saber: ¿Messi o Cristiano?

Bajo mi punto de vista, esta pregunta es tan absurda como si alguien te pregunta: ¿a quién quieres más, a tu padre o a tu madre? Sencillamente, no hay color. Para entenderlo con claridad hay que echar un vistazo a los logros de cada jugador en los últimos tiempos. Para que el experimento funcione, en los últimos tres años.

El cénit de Cristiano Ronaldo en el Manchester United empezó en 2007, año en el que el equipo inglés ganó la Premier, llegó a las semifinales de Champions y consiguió unos registros realmente muy positivos. En realidad, su mejores días llegaron en la campaña 2007/2008. En ese mismo año el portugués conquistó de nuevo la Premier, ganó la Liga de Campeones en Moscú (aunque errara su penalti), ganó el Mundialito de Clubes y, por encima de todo, el Balón de Oro. A poco que observeis, os dareis cuenta que el periodo brillante del luso coincide con la etapa de las ovejas negras en el Barça.

Cristiano Ronaldo se caracteriza por su capacidad de desborde, velocidad, personalidad, infinidad de recursos técnicos, polivalencia, efectividad en el juego aéreo, es hábil con ambos pies, excelente lanzador de faltas, fortaleza física y su facilidad para marcar goles. Sin embargo, muchos medios le han otorgado el calificativo de individualista, en centrarse en su deleite personal y no hace jugar al equipo. Es un fantástico jugador pero le falta el ingrediente básico de los cracks: estar en los momentos importantes. Recordemos. Como se ha indicado antes, erró su penalti en la final de Moscú ante el Chelsea, tuvo un papel secundario en el último Mundial y en la anterior Eurocopa y no pudo hacer nada al ver como el Barça derrotaba al Manchester en Roma.

El ascenso a la presidencia del Real Madrid de Florentino Pérez llevó de forma inmedianta al portugués al Santiago Bernabeu. Con él, llegaron jugadores con grandes nombres como Kaká, Xabi Alonso o Benzemá. Su primera temporada en el conjunto blanco se saldó con ningún título. No estuvo cuando el Barça ganó los dos clásicos, no estuvo en la disparatada eliminación copera ante el Alcorcón y tampoco hizo lo que los cracks hacen ante el Lyon en Champions. No obstante, su rendimiento fue sobresaliente y marcó 33 goles entre todas las competiciones que jugó.

En cambio, Leo Messi es un delantero de dibujos animados. Parece una especie de katana capaz de atravesar a cualquiera que se ponga en su camino. Su capacidad de desborde y de marcar goles es sublime y sí está en los momentos decisivos. Ha contribuido en las victorias al Real Madrid en las últimas temporadas, marcó de cabeza en la final de Roma, él solo eliminó al Arsenal en la 2009/2010, hace jugar al equipo y tiene un galardón dorado más que el portugués.

CR7 es un jugador más mediático que causa furor por dondequiera que pase. También es conocido por sus exóticos gustos y la pasión que siente hacia los coches deportivos. Pese a todo ello, uno es un jugador extraordinario pero otro está a otro nivel donde sólo los más afortunados son capaces de llegar.

Por supuesto, el debate queda abierto y si opinais de forma diferente o quereis apuntar algo que no se haya mencionado, teneis total libertad para hacerlo y compartir impresiones.

7 de marzo de 2011

La intrahistoria de Guardiola y Mourinho


El amor es uno de los sentimientos que hacen cobrar de sentido a la vida. Y, no nos engañemos, el fútbol forma parte de ella. Sin ser conscientes de ello, en el fútbol nacen bonitas historias. Una de ellas toma escenario en nuestra Liga. Me refiero, cómo no, a Pep y a Mou.

En realidad, esta historia comenzó hace bastantes años. Concretamente, en 1996 cuando el portugués aterrizó en Barcelona acompañado de sir Bobby Robson para el que trabajaba de traductor. Anteriormente, Mourinho también desempeñó el papel de traductor del técnico inglés en el Vitòria de Setúbal. Por todo ello, en poco tiempo, Mourinho recibió el apodo de el traductor.

Paralelamente a ello, Guardiola jugó en el primer equipo desde 1990 hasta 2001. El Noi de Santpedor vivió en primera persona la era del Dream Team de Johan Cruyff y la decadencia del mismo a mediados de los noventa. Fue entonces cuando Guardiola y Mourinho se conocieron en el Fútbol Club Barcelona. Tras la salida de Robson del Barça al PSV y la llegada de Louis Van Gaal, Mourinho pasó a ser segundo entrenador del club y mano derecha del técnico holandés. Participaba en las sesiones de entrenamiento y, alguna vez que otra, dirigió al filial.

Sin embargo, en el año 2000 el luso decidió dar por concluida su etapa en el Fútbol Club Barcelona y se marchó al Benfica en recambio de Jupp Heynckes, destituido previamente. Guardiola permaneció en el club un año más y parecia que los caminos de ambos distaban en demasía.

Pep dio por finalizada su etapa como jugador en el Barça y probó suerte en la Roma, Brescia, Dorados de Sinaloa y en la liga qatarí. El portugués, tras su etapa en el Benfica, dirigió al Oporto con el que se proclamó campeón de Europa en 2004. De allí pasó al Chelsea donde más de una vez se cruzó con el Barça en Champions. En el equipo inglés demostró en más de una ocasión de carácter amigable y afable, nótese el sarcasmo. En 2008 pasó al Inter de Milán. En su segunda temporada en el club ganó la Champions, logrando un triplete precisamente un año después que el Barça. Y es ahora cuando sus caminos se cruzan...

Todo tuvo lugar en la semifinal de la Liga de Campeones de la temporada 2009/2010. El flamante Barça campeón de todo se las medía ante el Inter de Milán. En la ida en el Giuseppe Meazza, el Inter inflingió un inapalable 3-1. Dicho sea de paso, el partido causó polémica dado que el árbitro, el portugués Olegario Benquerença, poseía un local a medias con Mourinho y, además, ambos tenían una buena relación.

Pero, anécdotas aparte, en la vuelta Mou no paró de gesticular en la zona técnica, de hacer movimientos con las manos a la afición, protestar e incluso se acercó a la zona del Barça para decirle algo a Pep mientras le acariciaba la nuca. Cuando finalmente el Inter eliminó al Barça y accedió a la final de Madrid, el portugués salió disparado al campo cual bala de cañón para celebrar, entre aspersores, la victoria interista. Incluso mantuvo un enfrentamiento con Víctor Valdés y soltó alguna joyita en la sala de prensa.

El dia después de que el Inter ganara la Copa de Europa, se anunció el fichaje de Mourinho por el Real Madrid. Por tanto, los dos grandes de la liga española estarían entrenados por los mejores entrenadores del mundo, sin lugar a dudas. En las jornadas anteriores al gran Clásico en el Camp Nou, Mourinho no dejó de lanzar dardos envenenados al Barça. Acusaba la poca efectividad goleadora de David Villa cuando se le hablaba acerca de la ansiedad de Cristiano Ronaldo, hacía referencia a la poca dificultad del grupo del Barça en la Champions, etcétera.

En septiembre de 2010, se filtró una imagen en una ceremonia de entrenadores europeos en Nyón organizada por la UEFA en la que veíamos a Pep y a Mou dándose un cordial abrazo. Finalmente, el 29 de noviembre de 2010 se cerraron todas las bocas. La escandalosa goleada que el Fútbol Club Barcelona le endosó al Real Madrid calmaron los humos del portugués y, en los días sucesivos al choque, los chistes no dejaban de aparecer. La Mou cinco estrellas, cincomentarios, etcétera.

Guardiola y Mourinho en imágenes

Primero como traductor de sir Bobby Robson y luego como segundo de Van Gaal, el portugés dirigía algunos entrenamientos justo en los años en que Guardiola jugaba en el primer equipo. En esta imagen podemos ver a ambos en un entrenamiento.

Esta imagen es de abril de 2000. Fue la última temporada del portugués en el Camp Nou. Guardiola estaría un año más antes de poner rumbo a su periplo por el mundo.

 
 Se volvieron a ver las caras en las semifinales de Champions justo diez años después, en abril de 2010. Se vengó de haber salido del club por la puerta de atrás y fue artífice de esta curiosa imagen. ¿Qué le dijo? Quién sabe...

En el congreso de entrenadores europeos que tuvo lugar en Nyón en septiembre de 2010, pudimos ver esta imagen que disipaba las supuestas malas relaciones entre el portugués y el catalán.

 
Este apretón de manos tiene más salsa. Tuvo lugar en el Clásico donde el Barça aplastó al Madrid por cinco goles a cero. Todo ello mientras el Camp Nou coreaba: Sal del banquillo, Mourinho sal del banquillo...

Donde esté un Barça - Chelsea...


En los últimos años, la fortuna ha decidido que el Fútbol Club Barcelona y el Chelsea crucen sus caminos en la búsqueda de la Orejona. Aunque a veces la suerte haya caído del lado azulgrana o blue, es cierto que estos partidos se viven con especial intensidad y expectación a lo largo y ancho del viejo continente. Son, por así decirlo, clásicos europeos.

En general, los cruces entre Barça y Chelsea son partidos muy intensos, a menudo con goles, atractivos, partícipes de un fútbol muy ofensivo y, por supuesto, están repletos de polémica. Además, en este tipo de partidos hay que destacar por norma alguna anécdota extradeportiva como tánganas o rajadas del entrenador. De hecho, en una eliminatoria en 2005 el entrenador del conjunto inglés por aquel entonces José Mourinho dio la campanada al pronunciar su famosa sentencia: Teatro y del bueno. Se me viene también a la cabeza el cruce en la liguilla de la Liga de Campeones en la campaña 2006/2007, en concreto, en el partido en el Camp Nou en el que el árbitro añadió nada menos que seis minutos de descuento. Aun se me hace cercana esa imagen de Frank Rijkaard en el centro del campo pidiendo explicaciones al colegiado.


Obviamente, el más reciente también desató la polémica en toda Europa. La segunda semifinal en Stamford Bridge en 2009 no sólo pasará a la historia por aquel glorioso y agónico golazo de Andrés Iniesta sino por ser uno de los partidos más polémicos y calientes que el hombre puede recordar.

Por todo ello, este post está dedicado a los partidos entre estos grandes clubes. Analizaremos todos con distinto nivel de profundidad pero fundamentalmente el encuentro de ambos clubes en el partido de vuelta de Liga de Campeones en la campaña 1990/2000 en el que el Barça le endosó un inapelable 5-1 a los londinenses tras perder 3-1 en Stamford Bridge. Vamos a ello:

Temporada 1999/2000: Como se ha indicado previamente, se trata de uno de esos encuentros en el que la palabra en mente no es otra que remontada. En la ida en Stamford Bridge, el Chelsea ganó al Barça por 3-1. Por tanto, el equipo culé estaba obligado a ganarle a los ingleses por 2-0. Y así rezaba la grada...

El partido de ida se saldó con un 3-1. Para el equipo del barrio acomodado de Londres valió el gol de Zola y los dos tantos de Tore Andre Flo. El Barça se conformó con el solitario gol de Figo. Dos semanas después la cosa fue bien distinta. El Camp Nou acogía una de esas mágicas noches europeas creyendo ciegamente en anotar dos goles al equipo inglés. Pero el partido nos tenía deparada más de una sorpresa...

Desde el principio, fue un encuentro vistoso. El Barça no se andaba con chiquitas y salió a por el partido desde el primer momento. Enfrente, se encontraba un Chelsea muy ordenado tácticamente con una defensa muy física. La formación inicial del conjunto de las ilas fue: De Goey, Ferrer, Lebouef, Deschamps, Babayaro, Wise, Di Matteo, Morris, Zola y Flo. Se observa que la defensa es muy rocosa y básicamente es el eje central de la selección francesa, campeona del mundo por entonces.


En esta misma linea, el Barcelona presentó el siguiente once de gala, destinado a la épica europea: Hesp, Puyol, Frank de Boer, Reiziger, Guardiola, Cocu, Zenden, Gabri, Rivaldo, Figo y Kluivert. El Barça fue muy superior al Chelsea y así lo demostraron las ocasiones que asediaban la portería de De Goey. Una de ellas la materializó Rivaldo para firmar el primero a través de un precioso libre directo. El segundo gol nació después de una jugada por banda de Patrick Kluivert que le pegó raso y el balón dio en el poste. Allí aparecería Luis Figo para anotar el segundo. Si teneis oportunidad de ver algun vídeo de dicho partido, aparece un viejo conocido celebrando el gol del Barça. Hoy, mañana y siempre...

En ese momento, el Barça tenía el billete para acceder a semifinales donde le aguardaba el Valencia que finalmente eliminaría a los culés. Sin embargo, las cosas se torcieron y Tore André Flo aprovechó un mal despeje de Hesp y un tropezón de Carles Puyol para recortar distancias. En el instante en que Louis Van Gaal empezó a dar instrucciones a Jari Litmanen que se disponía a ingresar en el terreno de juego, un centro de Pep encontró la cabeza de Dani que remató y firmó el tercero. Se había igualado la contienda y el Camp Nou, lleno, tuvo que acoger a un invitado: la emoción, acompañada de sus amigos nerviosismo y tensión.

En una jugada siguiente llegó la polémica. Frank Leboeuf derribó por detrás a Patrick Kluivert que se encontraba sólo ante el portero. Aún así, el neerlandés marcó tras el rechace pero el colegiado no hizo un buen uso de la ley de la ventaja y pitó penalti. Rivaldo erró el disparo al salir el balón rozando el poste. En los compases final del juego, una acción similar implicó que el árbitro de nuevo señalase el punto fatídico. En esta ocasión, Celestine Babayaro derribó a Luis Figo y esta vez sí Rivaldo firmó el cuarto de la noche. El quinto lo anotó de cabeza patrick Kluivert, en una jugada calcada a la del anterior gol de Dani.

Los jugadores del Barça celebran un gol de los anotados aquella noche. Aunque al final no se llegó a la final de París, muchos culés recuerdan ese partido como apoteósico.



Este fue el once titular del Chelsea aquella noche en el Camp Nou. Se puede observar a la gran referencia goleadora blue encabezada por Tore Andre Flo y Gianfranco Zola, dos históricos goleadores de la historia del club inglés. En la retaguardia, la zaga estaba liderada por dos indiscutibles en la selección francesa como Leboeuf y Desailly, un pulmón africano como Celestine Babayaro y un mítico jugador rumano, Petrescu.

Temporada 2004/2005: Esa temporada el Chelsea llegó a las semifinales en las que cayó ante el Spanish Liverpool de Rafa Benítez. En el encuentro de ida disputado en el Camp Nou, los de Rijkaard ganaron por 2-1 con goles de Maxi López, Samuel Eto'o y Giuliano Belletti en propia meta. En la vuelta celebrada en Stamford Bridge, los blues le endosaron al Barça un inapelable 4-2 con goles de Gudjohnsen, Lampard, Duff y Terry. Por parte del Barcelona, Ronaldinho marcó los dos tantos. El primero de penalty, el segundo, un golazo.

El partido de ida fue favorable al Barça. Sin embargo, el Chelsea aprovechó el hecho de jugar en casa para doblegar a los azulgranas. De este modo, a los culés sólo les quedaba la Liga que fue el único titulo que lograron aquel año.

Temporada 2005/2006: En esta ocasión, la ida tuvo lugar en Stamford Bridge. Para dicho encuentro, Rijkaard organizó un planteamiento táctico muy inteligente. La temporada anterior sirvió de lección. Básicamente, esta vez se centrarían en no perder balones en el centro del campo que desemboquen en peligrosos contraataques de Robben. Deco, Edmilson, Motta y Márquez constituian el centro del campo y lo tuvieron muy claro. Los balones azulgranas perdidos se podian contar con los dedos de una mano.

La estrella de la noche fue Leo Messi. La Pulga desestabilizaba a Robben y a Asier del Horno. Tanto fue así que las duras entradas del vasco le llevaron a ser expulsado en el minuto 37. La verdad es que la última entrada del jugador blue no fue la más dura pero la decisión del colegiado fue acertada por el conjunto de entradas de lateral.


Para variar, Mourinho fue expulsado. Tras la expulsión del portugués, se rehizo la defensa y sustituyó a Geremi por Didier Drogba en la punta de ataque. En la segunda parte, el Chelsea no se echó atrás y, de hecho, encerró al Barça. De este modo, llegó el gol de los londinenses. Pero el Barça se puso las pilas y, fruto de la persistencia culé, se pudo remontar la contienda con goles de Eto'o y Terry en propia meta. En la vuelta el Barça sabía que no podía confiarse. El encuentro acabó 1-1. Para el Barça marcó Ronaldinho mientras que Lampard anotó de penalti en el minuto 92. El partido de ida fue vibrante. Allí se emprendió el rumbo hacia la segunda Copa de Europa del Barcelona. Ronaldinho y Messi brillaron con luz propia ante sus verdugos de la edición anterior.

José Mourinho, fiel a su estilo discreto, protagonizó en la rueda de prensa un curioso comentario. El luso dijo textualmente. ¿Cataluña es un pais de cultura? Vosotros sabeis perfectamente lo que es... teatro y del bueno. Asimismo, tambien dejó claro que el Barça, por aquel entonces con más de cien años de historia sólo tenía una Copa de Europa como él en pocos años entrenando. Se vio patente el amor que siente hacia el barcelonismo.

Temporada 2006/2007: El Barça, vigente campeón de Europa, compartió grupo con el Chelsea. Los catalanes no supieron hacer uso de su papel de favorito para caer derrotado por 1-0 en Stamford Bridge con un gol de Drogba de media vuelta. En la vuelta el partido acabó 2-2. Marcaron Deco y Gudjohnsen para el Barça. Para el Chelsea anotaron Frank Lampard un precioso gol casi sin ángulo y Drogba aguó la noche de Halloween en el descuento para empatar.

El incidente curioso lo protagonizó Frank Rijkaard en el descuento cuando el colegiado añadió seis minutos. El técnico holandés salió escopetado hacia el centro del campo para pedir explicaciones. Para el caso, hubiera sido igual jugar un tercer tiempo suplementario.

El marfileño fue la bestia negra del Barça aquella noche para empatar a dos cuando el partido parecia finiquitado y favorecía al Barça.

Temporada 2008/2009: El último Barça Chelsea hasta la fecha. Fue de los más emocionantes y, por qué no decirlo, de los mas polémicos. Se trataba del cruce en semifinales entre ambos clubes. El Barça atravesaba uno de sus mejores momentos de los último años que culminaron en la consecución del Triplete aquella temporada. El Chelsea cayó en la final de Moscú la temporada anterior ante el Manchester United.

La ida, en tierras catalanas, se saldó con un resultado gafas. No obstante, fue un partido en el que los ingleses se centraron más en no dejar jugar que en jugar. Podemos recordar un codazo de Drogba a Dani Alves sin balón de por medio, un manotazo de Ballack a Iniesta, o un penalty de Álex sobre Henry que el colegiado no señaló. En ese encuentro, el jugador de Costa de Marfil, Didier Drogba, la volvió a liar. Mostró su faceta menos noble, simuló una lesión inexistente, agredió a Alves y, en definitiva, no hizo gala de Fair Play.

Víctor Valdés fue de los mejores del partido y fue el responsable de que los ingleses encabezados por Drogba como killer no se adalantaran. Las paradas del de Hospitalet fueron bárbaras y soberbias. El árbitro perdonó bastante y el número total de tarjetas para el Chelsea no fue tan alto como realmente debería haber sido. Paradójicamente, el Barça fue más sancionado de lo que se merecía. De hecho, la agresión de Ballack a Iniesta hubiera supuesto su segunda tarjeta amarilla y su consiguiente expulsión pero el árbitro se la perdonó y le dejó jugar en Stamford Bridge.
 

La vuelta sí fue mucho más interesante y, obviamente, más polémica. Esta vez le tocaba al Barça vestir de amarillo y, en contra de lo que muchos piensan, no les trajo mala suerte. Los londinenses se adelantaron en los primeros compases de partido por mediación de un impresionante gol de Essien justo donde van las telarañas. El Barça acabó con diez jugadores por la expulsión de Abidal tras un piscinazo de Anelka que le hizo perderse la final. Drogba simuló una lesión que en realidad no tenia, las patadas y el juego duro de los ingleses no terminaba de sucederse y la polémica no dejaba de abrirse paso.

Al final el Dios del Fútbol bajó a Stamford Bridge buscando justicia y encontró a Andrés Iniesta que marcó aquel increíble gol que certificó el pase hacia la final de Roma. El gol de Andrés Iniesta rubricó aquella dificilísima eliminatoria con aquel gol agónico que entró por la escuadra de Petr Cech. El partido sirvió para demostrar que el Barça tambien puede ganar jugando mal, con ayudas arbitrales y en el último minuto.