9 de marzo de 2011
El debate de siempre
Pasarán los años, tu equipo seguirá sin ganar la Liga, promulgarán leyes más absurdas si cabe y no habrán acabado las obras en tu barrio. Pasarán todas esas cosas y seguiremos oyendo la misma canción, a saber: ¿Messi o Cristiano?
Bajo mi punto de vista, esta pregunta es tan absurda como si alguien te pregunta: ¿a quién quieres más, a tu padre o a tu madre? Sencillamente, no hay color. Para entenderlo con claridad hay que echar un vistazo a los logros de cada jugador en los últimos tiempos. Para que el experimento funcione, en los últimos tres años.
El cénit de Cristiano Ronaldo en el Manchester United empezó en 2007, año en el que el equipo inglés ganó la Premier, llegó a las semifinales de Champions y consiguió unos registros realmente muy positivos. En realidad, su mejores días llegaron en la campaña 2007/2008. En ese mismo año el portugués conquistó de nuevo la Premier, ganó la Liga de Campeones en Moscú (aunque errara su penalti), ganó el Mundialito de Clubes y, por encima de todo, el Balón de Oro. A poco que observeis, os dareis cuenta que el periodo brillante del luso coincide con la etapa de las ovejas negras en el Barça.
Cristiano Ronaldo se caracteriza por su capacidad de desborde, velocidad, personalidad, infinidad de recursos técnicos, polivalencia, efectividad en el juego aéreo, es hábil con ambos pies, excelente lanzador de faltas, fortaleza física y su facilidad para marcar goles. Sin embargo, muchos medios le han otorgado el calificativo de individualista, en centrarse en su deleite personal y no hace jugar al equipo. Es un fantástico jugador pero le falta el ingrediente básico de los cracks: estar en los momentos importantes. Recordemos. Como se ha indicado antes, erró su penalti en la final de Moscú ante el Chelsea, tuvo un papel secundario en el último Mundial y en la anterior Eurocopa y no pudo hacer nada al ver como el Barça derrotaba al Manchester en Roma.
El ascenso a la presidencia del Real Madrid de Florentino Pérez llevó de forma inmedianta al portugués al Santiago Bernabeu. Con él, llegaron jugadores con grandes nombres como Kaká, Xabi Alonso o Benzemá. Su primera temporada en el conjunto blanco se saldó con ningún título. No estuvo cuando el Barça ganó los dos clásicos, no estuvo en la disparatada eliminación copera ante el Alcorcón y tampoco hizo lo que los cracks hacen ante el Lyon en Champions. No obstante, su rendimiento fue sobresaliente y marcó 33 goles entre todas las competiciones que jugó.
En cambio, Leo Messi es un delantero de dibujos animados. Parece una especie de katana capaz de atravesar a cualquiera que se ponga en su camino. Su capacidad de desborde y de marcar goles es sublime y sí está en los momentos decisivos. Ha contribuido en las victorias al Real Madrid en las últimas temporadas, marcó de cabeza en la final de Roma, él solo eliminó al Arsenal en la 2009/2010, hace jugar al equipo y tiene un galardón dorado más que el portugués.
CR7 es un jugador más mediático que causa furor por dondequiera que pase. También es conocido por sus exóticos gustos y la pasión que siente hacia los coches deportivos. Pese a todo ello, uno es un jugador extraordinario pero otro está a otro nivel donde sólo los más afortunados son capaces de llegar.
Por supuesto, el debate queda abierto y si opinais de forma diferente o quereis apuntar algo que no se haya mencionado, teneis total libertad para hacerlo y compartir impresiones.
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