4 de mayo de 2012

Partidos históricos: Valencia - Bayern 2001


Hoy rendimos homenaje a dos equipos con cuentas pendientes con la historia. La final de la Copa de Europa del año 2001 es uno de esos partidos en los que un equipo llega a acariciar la Orejona con las yemas de sus dedos. El final de esta historia es el arrebatamiento de la brillante adquisición, justo en el momento que se empieza a ver muy cerca el preciado galardón europeo.

En realidad, la historia de esta final comienza dos años antes. En 1999, la final homóloga de la Liga de Campeones se celebró en el Camp Nou. El Bayern de Múnich dominaba cómodamente el encuentro ante el Manchester United gracias al gol de Mario Basler que sumía a los alemanes en una balsa de aceite. Nadie dijo que el fútbol fuera un deporte justo. Oliver Kahn contempló desde una óptica panorámica como los sendos goles de Ole Gunnar Solskjaer y Teddy Sheringham rompían en añicos las ilusiones del Bayern.

Sólo hay profundidad y vacío tras una derrota así, aseguró el guardameta Oliver Kahn. Por su parte, el Valencia de Héctor Cúper acudía a la final de San Siro como subcampeón de la edición anterior. En el año 2000, la primera final de Copa de Europa entre dos equipos del mismo país, Real Madrid y Valencia, fue testigo silencioso de la amarga derrota ché. Los valencianistas pagaron con creces su inexperiencia en finales de tan alto y nivel y el Real Madrid pasó por encima de ellos como una apisonadora.


Llegó 2001 y un legendario escenario europeo como San Siro acogía una envolvente final entre un coloso, el Bayern de Múnich, y un equipo más modesto dispuesto a hacer historia, el Valencia. De este modo, se abrió en el horizonte una oportunidad para ambos equipos de resarcir sus heridas con el pasado. Sólo puede ganar uno. Con toda probabilidad, sólo uno de ellos saldarán sus olvidables cuentas con un pasado no tan remoto.

Por su parte, el Valencia llegó a la inaplazable cita con más experiencia que el año anterior. La desoladora derrota ante el Real Madrid sirvió para unir un equipo que ganó en madurez y cohesión. El partido no pudo empezar de mejor forma. A los tres minutos de juego, Gaizka Mendieta transforma un claro penalti con tanta entereza como precisión. Una jugada análoga cambiaría el devenir del partido. El lateral derecho del Valencia, Jocelyn Angloma comete pena máxima sobre Stefan Effenberg. Mehmet Scholl disparó el balón al centro de la portería, encontrándose con un espléndido Santiago Cañizares. Serían los cinco minutos más vertiginosos de la historia moderna del fútbol con dos penaltis señalados.

Con una victoria por la mínima, el partido llegó al descanso con los narcóticos efectos sobre la motivación que ello suele implicar. Al reanudarse el partido, el Valencia jugaba con Baraja como pivote defensivo y Aimar en el vértice del rombo como mediapunta. Héctor Cúper sustituiría a Aimar por Albelda para así dar robustez al centro del campo ché. Se criticó al Valencia se colocar sus líneas muy retrasadas y de entregar el balón al conjunto alemán. Realmente, el Bayern de Múnich encerró al Valencia en su propia área.


El Bayern de Múnich iba por detrás en el marcador. Sin embargo, el espíritu de la desgracia futbolística acontecida dos años atrás en el Camp Nou retumbaba en las mentes de los jugadores. Había que consagrarse como un colectivo unido y luchar hasta el final. No se equivocaron. Nuevo penalti para el Bayern. Con más clase, esta vez Effenberg lo anotaría. El Bayern erigió un acosador juego que ahogó al Valencia con un pragmatismo alemán. El encuentro se tornaba muy lento y llegaría hasta sus extremos más finales.

El dramatismo lo colocarían las constantes acometidas del Bayern, dueño del balón. Zahovic dispuso de una clamorosa ocasión al final que no se aprovechó. Fueron 120 minutos de incansable lucha táctica. Diecisiete equipos eliminados por parte de ambos clubes y una angustiosa prórroga no fueron suficientes para que la Orejona tuviera nuevo dueño. El nuevo rey de Europa se dictaminaría desde la distancia fatídica.

Cuenta Kahn que los penaltis fueron un lastimoso y oscuro túnel. El Valencia no era un equipo con un balance muy positivo en el cómputo global de los penaltis. El ensordecedor ambiente y la demora del árbitro en marcar el inicio de la tanda agilizaba el nerviosismo de los guardametas, Cañizares y Kahn. Todas las miradas del mundo estarían puestas en los guantes de los mejores arqueros del planeta entonces. Se lanzaría el primer penalti. Todo lo demás es historia negra en la historia del Valencia.


Cañizares afronta cada penalti como una batalla psicológica. Paulo Sergio falla. Mendieta coloca el primero del ValenciaSalihamidzic empata. Marca John Carew. Anotan Zickler y erra Zlaovic que deja la tanda totalmente equilibrada. Dos aciertos y un fallo para ambos equipos. Quedan dos penaltis para cada club. No se puede fallar. Anderson lo hace y es en ese momento cuando el Valencia roza por primera vez la Copa de Europa. Sin embargo, Carboni realiza un potente lanzamiento al centro de la portería que encuentra la desdicha en la mano de Kahn y en el travesaño. Sería el penalti que condena al ValenciaEffenberg Baraja  marcan sus respectivos disparos. La tanda llegó a la muerte súbita.

Anota Lizarazu y Kiy González. El Valencia ya no contaba con garantías desde los once metros. Djukic y Angloma no eran lanzadores de penaltis. El equipo ché se temió lo peor. Se dispone a lanzar Linke. Cañizares pensaba que, al tratarse de un central, ejecutaría un lanzamiento fuerte y centrado con el empeine. Pero el defensor bávaro dispara un frío disparo ante el estupor de Cañizares. El penalti decisivo saldría de las botas de Pellegrino. No se puede fallar. Fallaría. Lanzó un tiro cruzado que fue hábilmente atajado por Oliver Kahn. Terminó la tanda. La alegría del Bayern se combinaría con la desgracia del Valencia.

Kahn estaba tan concentrado en el partido que tuvo que mirar a sus compañeros para saber que era el último penalti. El Bayern de Múnich ganó su cuarta Copa de Europa después de 25 largos años de sequía. La última gesta en la competición de los alemanes contaba con Franz Beckenbauer y Gerd Müller como artífices. El Valencia aglutinó todo el sufrimiento deportivo que puede albergar un equipo con dos finales consecutivas perdidas. El Dios del Fútbol se apiadó del Bayern y recompensaría al Valencia en 2004 con la consecución de la Copa de la UEFA y la Liga.

Valencia: Cañizares; Angloma, Ayala, Pellegrino, Carboni; Mendieta, Baraja, Kily González, Aimar; Carew, Sánchez. DT: Héctor Cúper.

Bayern de Múnich: Kahn; Lizarazu, Linke, Andersson, Kuffour, Sagnol; Scholl, Effenberg, Hargreaves, Salihamidzic; Élber. DT: Ottmar Hitzfeld.


Fuente: Crónica del partido en Ciberche.net

4 comentarios:

  1. Son muy intensos los partidos, llenos de gran emoción, pero lo que me sorprende es cómo consiguen registros tan viejos, es excelente el trabajo

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  2. Gracias José Lorenzo. Me alegro mucho de que te guste. La verdad es que fue un partido intenso y digno de recordar. Un saludo.

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  3. Creo q se ha escrito muy poco de este partido, Carboni estuvo a un centimetro de la gloria, una verdadera lastima q este Valencia no haya conseguido la copa, personalmente siempre le reproche a Cuper haber sacado a Aimar creo que allí se perdio el juego... Me entristece ahora en lo que quedo Cuper, tomo este valencia que era una banda y la convirtió en orquesta, q manera de contragolpear sobretodo en la Champion del 2000 con Gerard, Mendieta y los viejitos Angloma y Carboni en las bandas y el Piojo que no perdonaba. Jose te recomiendo dos juegos que tambien me quitan el sueño: Aquel Atletico-Barca del macanudo Pizzi, y la final Liverpool-Alaves tambien del 2001 Copa UEFA partidazoo!!

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  4. Muchas gracias, Jose.

    Fue un partido apoteósico y dramático para todos los valencianistas. Tengo en mente escribir varios reportajes sobre partidos épicos, en los que figura, como no podía ser de otro modo, el Atleti-Barça que mencionas y la final de la UEFA de 2001.

    Un saludo, compañero.

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