8 de agosto de 2013

¿Realmente "Bale" 120 millones?


Es verano. Entre los bosques de sombrillas que se vislumbran en la playas, el caluroso canto de la chicharra y cuerpos embadurnados de crema protectora, se erige una figura tan familiar en la época estival como las pelotas de Nivea. Mientras las calles de las ciudades interiores están desoladas y los jubilados acaban de ultimar su partida de dominó, la prensa madrileña, comúnmente conocida como prensa española, nos avalancha a declaraciones, pretensiones y antojos de uno de los personajes más conocidos y ¿dije carismático? del panorama deportivo nacional: Florentinino Pérez.

A riesgo de parecer previsible, hay quien dice que pagar 120 millones por un jugador es algo, cuanto menos, desorbitado. Esto es algo totalmente falaz. Si hay en el mundo un club capaz de desembolsar semejante e ingente cantidad, ése es el Real Madrid. No nos quepa ninguna duda. Digo yo, en algo habrá que invertir los billonarios contratos televisivos, las toneladas de camisetas vendidas y el dinero de las entradas de las tres últimas semifinales de Champions. Algo habrá que hacer, que está la cosa muy mala...

Máxime cuando jugadores como Kaká llevan haciendo esperar a toda la parroquia madridista para que muestre algún atisbo del nivel que maravilló al mundo cuando jugaba en el Milan dirigido por Carlo Ancelotti. Y si hay que pagar 38,8 millones de euros en un jugador de la Real Sociedad conocido hasta en Malasia como Illarramendi, pues se hace. Que no se puede descuidar el cutis en esta época del año.

Luego está Modric, jugador que, recordemos, llegó al Real Madrid la pasada temporada procedente del Tottenham, por, agárrense, 42 millones de euros. 42 millones de euros, como lo oyen y dos goles anotados en la campaña anterior: ante Manchester United y Mallorca. O sea, cada uno de esos goles del jugador croata se tasan, o mejor dicho, Florentino Pérez los tasa en la sugerente cantidad de 21 millones cada uno. Si el Real Madrid está dispuesto a gastar 21 millones, cantidad que excede el presupuesto de muchos clubes de Primera y, evidentemente todos los de las categorías inferiores, en un gol, ¿cuánto estará dispuesto a pagar por un jugador, con sus piernas, su cabeza, sus manos y todos los avíos?

El consejo de Administración del Real Madrid debe ser como la cuna de los caprichos de Florentino Pérez. El mandamás blanco, que tonto no es el hombre, no compra un jugador hasta saber a ciencia cierta que los ingresos obtenidos por camisetas y merchandising tripliquen la cantidad desembolsada por el susodicho. Sí, pero eso no excluye el hecho de que se realicen fichajes que realmente no necesita el Real Madrid, por ejemplo Isco, gran jugador con un futuro prometedor que tendrá que lidiar con Özil. Difícil lo veo. Concíbelo, si quieres, como el niño antojadizo que aborda todas las tiendas de juguetes y acosa con prerrogativas a sus adinerados padres. Sólo que en el caso del Real Madrid, los padres somos todos los españoles en forma de activos financieros en Bankia.

Y he ahí un dato tan suspicaz como realista: según un baremo realizado, el opulento fichaje de Cristiano Ronaldo (uno de los primeros antojos presidenciales de Tito Floren en 2009, aunque esa vez con fines presidenciales) le valió al Real Madrid la nada desdeñable cantidad de 95 millones de euros, milloncito arriba, milloncito abajo. Según esa tasación, dicho fichaje nos costó 4 euros a cada español, algo menos de lo que cuesta un cubata. Cantidad de dinero financiada por Bankia, entidad bancaria íntimamente relacionada con el Real Madrid, y que, recordemos, fue rescatada económicamente por nuestro siempre competente Gobierno. Todo ello no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de una inyección presupuestaria con el dinero de alguien. ¿De quién? Una pista: no fue del Real Madrid ni de Florentino Pérez.

La conclusión que se extrae de todo esto es: si Cristiano Ronaldo nos costó 4 euros a todos los españoles, ¿por cuánto nos va a salir la gracia de Bale?

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