16 de julio de 2011

¿Qué fue de Abel Xavier?

 

Nacido en Mozambique, este jugador portugués nació el 30 de noviembre de 1972 y jugó fundamentalmente de defensa central y de lateral derecho. Se trata de uno de esos trotamundos del fútbol mundial que, pese a no cuajar en los clubes en los que militó, es recordado por los extravagantes peinados que lucía.

Hace exactamente veinte temporadas debutó con el Estrella Amadora de Portugal, equipo en el que permaneció tres temporadas y que le sirvió de trampolín para ser fichado por un grande de su país, el Benfica donde jugó hasta 1995. Aquel año fue transferido al fútbol italiano, en concreto, a las filas del AS Bari. En el equipo italiano, tampoco terminó de adaptarse completamente y en 1996 fichó por un equipo español, el Real Oviedo.

En el equipo asturiano, jugó dos temporadas hasta que en 1998, el PSV Eindhoven lo fichó. En Holanda, cuarto pais en la andadura de este peculiar jugador, tampoco gozó de mucha regularidad y finalmente sólo estuvo una temporada, hasta 1999. En ese año, eligió como nuevo destino futbolístico el Everton de la Premier League. En el conjunto inglés, se mantuvo tres temporadas hasta que en 2002 fue vendido a los eternos rivales, el Liverpool.


No terminó de acoplarse al equipo red y, tras sólo una temporada en la ciudad de Los Beatles, fue cedido al Galatasaray turco. En el verano de 2003, tras las polémicas salidas de Vicente del Bosque, Fernando Hierro y Claude Makélelé del Real Madrid, el jugador portugués fue tentado por Carlos Queiroz. El equipo blanco buscaba un central de garantías que aportara robustez a la medular pero Abel Xavier había tenido realmente mala fortuna con las lesiones los últimos años pasando muy inadvertido por Liverpool y Galatasaray, obviamente, por su rendimiento porque, en cuestión capilar, no pasaba desapercibido.

Tras no concretarse su frustrado fichaje por el Real Madrid, el jugador portugués siguió vinculado al Galatasaray, aunque no jugó ningún partido con los turcos, y en la temporada 2004/2005 militó en dos clubes: el Hannover 96 y AS Roma. Poco después, estuvo durante un corto período de tiempo en paro y finalmente fichó por el Middlesbrough. La nota más turbia de su carrera tuvo lugar en noviembre de 2005 cuando le acusaron de usar esteroides. A modo de sanción, se perdió el curso futbolístico 2005/2006.

Dicho sea de paso, tampoco pudo disputar enteramente la temporada siguiente. En mayo de 2007 se oficializó su traspaso a Los Ángeles Galaxy, equipo donde coincidió con David Beckham que, al acabar esa misma temporada, se marchó del Real Madrid, tras haber contado verdaderamente poco para el entrenador por aquel entonces, Fabio Capello.


A nivel internacional, Abel Xavier no fue seleccionado para disputar la Eurocopa de Inglaterra en 1996 pero sí acudió a la cita de Bélgica y Holanda en 2000 y al Mundial de Corea y Japón en 2002. En su primer gran torneo internacional, la Eurocopa del año 2000, llegó con la selección de Portugal a las semifinales del torneo en las que el cuadro luso fue apeado por, a la postre campeona, selección francesa.

En aquel fatídico encuentro, es recordado por interceptar con la mano un disparo de David Trezeguet. Vítor Baia, guardameta portugués, no pudo blocar el disparo de Zinedine Zidane que los dejaba a las puertas de la gran final. Sin embargo, fue una pieza fundamental en la defensa de la selección lusa y se erigió como una de las estrellas del torneo.

En el Mundial de 2002, sólo disputó el último partido de la fase de grupos y cerraba así una carrera como internacional en la que jugó veinte partidos y anotó dos goles. No obstante, su retirada definitiva tendría que esperar hasta el 23 de diciembre de 2009. En esa fecha también anunció su conversión al islamismo según, en sus propias palabras, por profesar unos valores con los que se identifica. Dicho esto, se cambió su nombre a Faisal que le recomendó el jeque que apadrinó su conversión.

El jugador manifestó que, tras su dura etapa en el Galatasaray por lesiones de por medio, se consoló en el Islam bajo la paz, libertad y confianza que promueve esa religión. Después de todo lo dicho, lo que sí es seguro es que, aunque Abel Xavier no se contituyó como un jugador muy sonado, será recordado por su variopintos peinados.

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