4 de diciembre de 2010

Lírica Pachanguera: Capítulo 8


A medida que pasan las tardes, un invitado empieza a hacerse hueco entre nosotros. Sí, me refiero al frío. Y junto a él, todos sus colegas: la mucosidad, las sudaderas gordas, las tardes más cortas y alguna que otra braga. Para la cita del viernes también contábamos con la presencia del amigo Álvaro Torpedo Benamüller así como con la ausencia del colegui Germán por motivos amorosos.

Dicho esto, los primeros compases de la tarde estuvieron marcados por el calentamiento, el toque de balón y los pases para familiarizarnos con la pelotita y soltarnos las piernas. Fue en ese momento cuando constaté la calidad de Torpedo, sus dotes en la retaguardia, su facilidad para sacar el balón jugado y su calidad. La verdad es que Manolo tampoco pasó inadvertido. Marcó tres golazos y no somos pocos los que vemos que su rendimiento y técnica mejoran cada día de forma considerable.

No faltaron los piques, como siempre, en especial, entre Alberto y Álex. Pero esperamos que se imponga la madurez y todo ello se quede donde se debe quedar, en el terreno de juego y no trascienda a cuestiones personales. Mortadelín me pegó alguna patadita que después arreglaba con una sonrisa, muy pícaro el chaval. Rebollo también lo hizo muy bien aunque estaría bien que se relajara un poquito. Estoy seguro de que le beneficiaría. A Colmena, el terror de las nenas, cada día lo veo más parecido a Cesc aunque otros apunten a su comparación con el Pipita. Gran partido del colega.

Jorge no tuvo un buen día y a mitad del partido se colapsó. Un mal día lo tiene cualquiera y estoy convencido de que para la próxima vendrá al cien por cien y mucho más relajado. Como le dije, lo importante del fútbol es saber lo que hay que hacer y saber lo que no hay que hacer. Saber cuáles son tus posibilidades al mando del cuero y detectar que a veces lo más espectacular es lo más simple como un pase preciso. No es necesario comerse el tarro innecesariamente.

Dicho sea de paso, Mateo faltó por segunda vez consecutiva a su cita. Esperamos su pronto regreso. Capi me marcó un gol aunque yo le marqué dos y la calidad de Álex brillaba cual supernova en una constelación (no diré galáctica, para no ser gafe). Álvaro jugó de maravilla, es generoso con el balón e ideal para un equipo de posesión.

Para concluir, sólo decir que fue una buena tarde aunque acabamos más pronto de lo normal. Quizás porque la gente se enfrió o porque los continuos enfrentamientos e increpaciones enrarecieron el ambiente. Sinceramente, espero que haya tardes más pacíficas y de poder seguir rindiendo como lo hice el otro día.

Viernes, 3 de diciembre de 2010.

2 comentarios:

  1. Buena lirica amigo!!! y es cierto que uno debe templarse y saber que hacer en cada momento, pero tambien es verdad que fui cobarde llendome por mucho que fuera lo conveniente. Pasado mañana espero que sea otro dia =)

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  2. Esperemos. La clave está en que ante todo te relajes, te diviertas, y tengas claro qué puedes hacer y qué no.

    Hazte un favor y no te exijas tanto!

    Un abrazo!

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