A lo largo de la historia del fútbol, ha habido una gran cantidad de juguetes rotos, al igual que en la vida. Personas que pasaron de la gloria y la fama al oprobio más tenebroso. Wilfred Agbonavbare (Lagos, 5/10/1966), conocido cariñosamente por la afición del Rayo Vallecano por Willy, podría protagonizar una historia análoga. La vida le ha jugado varias malas pasadas al que fuera portero del equipo franjirrojo desde 1990 a 1996. Wilfred decidió gastar todos sus ahorros conseguidos a lo largo de su carrera profesional para costearle el tratamiento de una larga y dolorosa enfermedad a su mujer que, lamentablemente, falleció. Ahora se debate entre la vida y la muerte mientras lucha contra un cáncer.
Ha sido su amigo, el también nigeriano Augustine Igbinobaro, quien ha anunciado a los medios de comunicación el estado de salud de Wilfred. Siempre fue un jugador carismático en el fútbol español, hasta el punto de que en los futbolines de los bares de Vallecas, los niños le pintaban al portero la cara de negro, como homenaje al guardameta nigeriano. De este modo, su amigo y ex-compañero de selección ha reclamado ayuda económica para que Wilfred pueda recibir el tratamiento que le permita recuperarse satisfactoriamente de su seria enfermedad.
Wilfred representa la cara más humana del fútbol, lejos de todo el ruido mediático, ostentosos contratos millonarios de varios ceros y márketing desmesurado. Tras retirarse en las filas del modesto Écija Balompié, Willy, desprovisto de los ahorros que empleó para intentar salvar la vida de su mujer, se vio obligado a trabajar como repartidor y más adelante en el aeropuerto de Barajas. Las últimas noticias que teníamos acerca de él fue la mención que tuvo en al canción Odio eterno al fútbol moderno, del popular grupo gaditano Frac.
Según las últimas informaciones, el Rayo Vallecano no ha hecho oídos sordos ante esta conmovedora historia. El equipo rayista ha abonado el coste de los billetes de avión para que el que fuera portero de la selección de Nigeria en el Mundial de Estados Unidos 1994 y sus hijos se puedan trasladar desde Florida, donde permanecía ingresado, al Hospital Príncipe de Asturias en Alcalá de Henares. Un gesto de incalculable valor humano del equipo con menos presupuesto de Primera División. Wilfred supone un ejemplo de lucha contra la adversidad, de honestidad y valor humano, sin perder la sonrisa. Tras intentar salvara su esposa, ahora es él quien necesita urgentemente donación económica. Desde Mis peloteros favoritos, esperamos que, al hacernos eco de esta noticia, podamos contribuir a ayudar a que la sonrisa de Wilfred siga iluminándonos durante muchos años.
Fuente: Jorge A. Moreno (21/1/2015). Un cáncer, el último obstáculo en la dramática vida de Wilfred Agbonavbare. Diario ABC.
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