Esta anécdota tuvo lugar el pasado 8 de febrero en Francia y dejó catatónicos a todos quienes la escucharon. Por su argumento, podría pasar por un largometraje de Martin Scorsese, su guión es exquisito, los personajes que participan en ella, especialmente David Trezeguet, son conocidos y, si toda esta amalgama de elementos la aderezamos con una buena dosis de irregularidad en las aduanas francesas e incluso la policía metida en el asunto, la historia podría suponer un rotundo éxito en taquillas. Sin más dilación, esto fue realmente lo que ocurrió.
Un conocido coleccionista francés de la región de Saboya llamado Olivier Démolis tiene predilección por las camisetas de fútbol. En su vasto repertorio, figuran las de míticos jugadores como Zidane, Desailly, Boghossian y Guivarch, además de algunas valoradas en más de 4.000 euros. No satisfecho con ello, su próximo objetivo era la adquisición de la camiseta de David Trezeguet con la que disputó la final del Mundial de Francia en 1998 en Saint-Denis contra Brasil.
En el año 2010 y, sin saber cómo, la elástica del ex-jugador de Juventus y Hércules estaba en manos de un vendedor brasileño autorizado que la subastó por el portal eBay. Olivier Démolis, pensando en sumar una pieza más a su mítica colección, comenzó a pujar por la camiseta que, pese a que en principio el precio de la misma oscilaba en torno a los 11.000 euros, finalmente consiguió regatear al brasileño y tasó la camiseta en unos 7.350 euros.
Pletórico tras el proceso de negociación con el distribuidor brasileño, Démolis se dirigió a la oficina de correos de Saboya con el fin de recoger su preciada transacción que regresaría a su pais de origen trece años después de ganar el Mundial. Una vez allí, se le comunica a Olivier que no puede proceder a recoger su producto porque la aduana francesa lo ha confiscado. De una pieza, permanece en la oficina durante una hora hasta que finalmente se le comunica que los funcionarios aduaneros han destruido su tesoro bleu por creer que se trata de una falsificación.
Pletórico tras el proceso de negociación con el distribuidor brasileño, Démolis se dirigió a la oficina de correos de Saboya con el fin de recoger su preciada transacción que regresaría a su pais de origen trece años después de ganar el Mundial. Una vez allí, se le comunica a Olivier que no puede proceder a recoger su producto porque la aduana francesa lo ha confiscado. De una pieza, permanece en la oficina durante una hora hasta que finalmente se le comunica que los funcionarios aduaneros han destruido su tesoro bleu por creer que se trata de una falsificación.
En ese momento me volví loco, manifestó Olivier Démolis. Era un vendedor muy experto y estoy seguro que la camiseta era oficial, prosiguió el collecionista francés en una entrevista posterior a los hechos. Este cazatesoros es electricista y narró que en 2010 tuvo que hacer numerosas horas extras para recaudar la cifra con la que pujar por el producto. La legendaria camiseta tomó un vuelo desde Brasil a través de la marca Chronopost, miembro de la conocida agencia La Poste, y finalmente nunca llegó a su destino.
Decepcionado y hundido, el francés ha barajado todo tipo de recursos para pedir explicaciones por lo sucedido y subsanar su cuantiosa pérdida económica. Escribió al mismísimo Nicolás Sarkozy, a la Federación Francesa de Fútbol e incluso al jugador David Trezeguet que lució la viajera camiseta con el dorsal 20 en el banquillo y en la celebración puesto que no disfrutó de minutos en la final ante Brasil.
Démolis acudió a la vía penal y tomó cartas legales en el asunto. Contrató a un abogado para conseguir una indemnización pero lo cierto es que de momento no ha obtenido ningún resultado satisfactorio. Por su parte, el director regional de las aduanas francesas Jean-Paul Balzamo explicó que el paquete no contaba con un destinatario y que las costuras de la camiseta eran de baja calidad. En cualquier caso, el vendedor brasileño se ha tomado una tardía revancha de la final de hace trece años y ha dejado a Démolis compuesto y sin camiseta.
La camiseta de la desdicha ha truncado los sueños del collecionista francés Olivier Démolis tras desembolsar por ella más de 7.000 euros. |
Vaya auténtica p....a le han hecho a Démolis.
ResponderEliminarSaludos desde http://elreydelgol.blogspot.com
Vaya! qué gran historia! Me imagino que el Démolis tiene todas las de ganar, si el vendedor le manda alguna especie de certificado de autenticidad la cosa parece de solución simple, no entiendo cómo la aduana puede destruir una camiseta así como así, vale que si llegan 10.000 camisetas de China y son de mala calidad sospechen, pero destruir una camiseta así como así me parece una metedura de pata, de todos modos, supongo que para un envío de algo tan valioso habrá otro tipo de métodos no?
ResponderEliminarLa historia es propia de un suspense en la gran pantalla. Sea como fuere, han hundido a Démolis que se quedará sin su preciada camiseta.
ResponderEliminarUn saludo a los dos ;)
Trezeguet fue un delantero prolífico, completo y talentoso, dotado de ritmo, poder, instinto y buen ojo para el gol.
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