22 de diciembre de 2011

A estas alturas...


La victoria del Fútbol Club Barcelona en el Mundial de Clubes ha salido cara. Pese al prestigioso honor que dicho título conlleva, el torneo se ha saldado con la oportunista lesión de David Villa. El Guaje se fracturó la tibia en la semifinal ante el Al-Sadd qatarí y estará de baja, según ha estimado el Doctor Cugat, de cuatro a cinco meses. En el horizonte acecha la inquietante posibilidad de que Villa no esté a punto para la Eurocopa.

No nos engañemos. Se trata de una lesión grave que le va a mantener alejado de los terrenos de juego por mucho tiempo y, con toda probabilidad, su nivel físico para disputar la Eurocopa de Polonia y Ucrania, que se celebrará el próximo junio, puede estar en entredicho. Ante esta disyuntiva, en España se ha abierto un antiguo, y muchos pensábamos que zanjado, debate sobre el de siempre: Raúl González Blanco.

No está de mas recordar la polémica surgida después de que Luis Aragonés apartara a Raúl para no jugar la Eurocopa de Austria y Suiza que, curiosamente, ganamos. Por si alguien anda perdido, España se dividió en dos y no fue por cuestiones políticas. Sencillamente, o Raúl sí o Raúl no. En fútbol, no se recuerda un revuelo parecido, que apareciera básicamente porque un jugador no fuera a la selección.

Mientras el Twitter de El Guaje se llena de comentarios deseándole una pronta recuperación, la falta de puntería de Fernando Torres con el Chelsea ha servido como enérgico estímulo para que los sectores extremadamente madridistas hayan reavivado este debate, un Mundial y una Eurocopa después. ¿Tan pocos delanteros hay en España?

Obviamente, no. En nuestro santo país hay grandes arietes como Fernando Llorente, campeón del mundo por cierto, o Álvaro Negredo y Roberto Soldado, que están logrando unos números fantásticos en el Sevilla y Valencia, respectivamente. Tras el último partido de Bundesliga en el que el ex-jugador del Real Madrid logró un espléndido hat-trick, estas voces de la caverna han vuelto a realizar presión mediática para la convocatoria de Raúl, evento patrocinado por Punto Pelota, Marca, Telemadrid y demás medios sesgadamente amarillistas o, mejor dicho, blanquistas.

Existe una paradoja. Cualquier persona que haya seguido el fútbol en los últimos años pensará lógicamente que la etapa de Raúl en la selección acabó hace mucho tiempo. No obstante, a estos sectores les interesa que, respecto a este asunto, exista más tensión que distensión con el fin de disparar las ventas de Marca y As o incrementar drásticamente la audiencia de Punto Pelota. Puede ser algo legítimo pero, sin duda, anacrónico.

Ni mucho menos, se trata de algo personal contra Raúl. Es un delantero fantástico, uno de los jugadores más grandes de la historia del Real Madrid y con una clase soberbia. Sin embargo, el eterno capitán blanco disputó tres Mundiales y dos Eurocopas en la farragosa época del Jugamos como nunca, perdimos como siempre. Dicho de otro modo, Raúl ya pasó de moda.

En resumidas cuentas, por esta regla de tres también deberían jugar en la Eurocopa, Totti con Italia, Shearer con Inglaterra, Trezéguet con Francia o Kahn con Alemania, jugadores que, francamente, han aportado más a su combinado nacional que Raúl en España y que, como suele ocurrir en esto del fútbol, los jubiló el carnet de identidad. Como dijo Luis Aragonés hace algún tiempo: A Raúl se le quedó grande la selección. El fútbol, como todo, es cíclico y, más que nunca, se trata de renovarse o morir.

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