27 de diciembre de 2011

Equipos históricos: Croacia 1998

 

La tensión política había surtido sus efectos. La caída del comunismo en Europa era una realidad evidente. Los tanques comenzaron a desfilar por las calles, al otro lado de los Balcanes. Las diferencias étnicas en Europa del Este creaban una bélica atmósfera. En Yugoslavia, se temía por una fragmentación de sus territorios y, al mismo tiempo, el gobierno yugoslabo se negaba categóricamente a aceptar la secesión de Eslovenia y Croacia, sus zonas más importantes. La guerra estalló en 1991, dos años después de la Caída del Muro de Berlín, después de que Eslovenia demandara su independencia. Croacia entraría en el conflicto como culminación de sus pretensiones nacionalistas. Tras una dura y cruel guerra, Croacia se declara independiente en el año 1991 y se erige como estado soberano.

Para sentar los precedentes de esta gran generación de jugadores, no se puede concebir a esta magnífica selección sin hacer alusión al Mundial sub20 de Chile en 1987. De aquel torneo saldrían nombres como César Sampaio o Mathias Sammer. Esta aún unificada selección sub20 de Yugoslavia escribió con letras doradas su historia en el Mundial sub20 de Chile 1987. Esta cuna de talentos, formada por nombres como Davor Suker, Robert Prosinecki, Zvonimir Boban y Robert Jarni, romperían todas la apuestas proclamándose campeona del certamen, dejando en la cuneta a Brasil y Alemania Federal.

Con esta prometedora plantilla, tres años después Yugoslavia acude al Mundial de Italia 1990, el primer gran torneo que la selección balcánica jugaría desde la Eurocopa de Francia 1984. Harían un buen papel, llegando a los cuartos de final del campeonato. No obstante, todas las tensiones políticas acumuladas desde la caída del Muro de Berlín y el fin del comunismo en Europa del Este desembocan en una batalla campal que tiene lugar en un partido entre Estrella Roja y Dinamo de Zagreb, los dos equipos más importantes de Serbia y Croacia, respectivamente. El odio existente en esa sociedad entre croatas y serbios se materializa en un creciente un clima de crispación e insultos que termina en una invasión de campo en la que se ven involucrados en la pelea los aficionados, policías y los mismos futbolistas. De hecho, Boban patea a un policía que golpeaba a un aficionado. Ese hecho le impediría jugar el Mundial de 1990.



Un año después precisamente el Estrella Roja serbio se proclamó campeón de Europa, contra todos los pronósticos. Dicho esto, en esa plantilla se generaría el crecimiento de estrellas como Robert Prosinecki, clave en la selección croata que lograría el bronce en Francia 1998. Sin embargo, la leyenda de la mejor generación de la historia del fútbol croata vería la luz dos años antes, en la Eurocopa de Inglaterra 1996...

Un país aún desvalijado tras el sangriento conflicto armado acudiría al que sería su primer gran torneo desde su separación de Yugoslavia. Croacia ganó en su primer encuentro a Turquía por la mínima, perdió con la Portugal de Luis Figo y Joao Pinto por tres goles a cero y ganaría por el mismo resultado a la selección de Dinamarca, vigente campeona de Europa por entonces. Aquel encuentro en Sheffield es recordado por la exquisita vaselina que Davor Suker, estrella croata, le endosó a Peter Schmeichel, legendario portero del Manchester United, tras un desdichado contraataque a favor de Croacia.

Ese año la Eurocopa estrenaba su formato actual de 16 selecciones. Para el encuentro de cuartos de final, la suerte deparó un choque entre Croacia con una de las selecciones más fuertes del certamen y, a la postre campeona, selección de Alemania. El equipo balcánico cayó eliminado por dos goles a uno. Los tantos de Jürgen Klinsmann y Matthias Summer de penalti apearon a los Vatreni que no pudieron superar a los teutones pese al solitario gol de Davor Suker.


Tras la discreta pero encomiable participación en la Eurocopa, la selección arlequinada comenzó su fase de clasificación para el Mundial de Francia 1998. El camino hacia Francia no fue nada sencillo, pues Croacia acabó segunda del grupo de su zona y tuvo que jugar la repesca ante Ucrania, también segunda, que había dejado atrás a Portugal. En la ida disputada en Zagreb, los Vatreni impusieron distancia en la eliminatoria gracias a un esperanzador 2-0 con goles de Slaven Bilic y Goran Vlaovic dejando bien encarrilada la eliminatoria. En la vuelta celebrada en Kiev, un joven Andriy Shevchenko acortaría distancias en el global de la eliminatoria, gol que sería igualado por Alen Boksic. Los balcánicos decidirían esperar a Ucrania, lo que dejaría cerrada la clasificación de Croacia para el Mundial 1998.

Los croatas concentraron su orgullo y miseria sufridas por la desoladora guerra para dejar claro que serían un duro rival a batir en el siguiente Campeonato del Mundo. Cuando el balón empezó a rodar con los Campos Elíseos como telón de fondo, esta selección de jugadores empezó a maravillar mientras arrasaban con goles todos los campos de fútbol franceses que pisaban e incluso plantándoles cara a las mejores selecciones del mundo. El fútbol de Croacia era alegre, directo, vertical, muy eléctrico, decorado por las genialidades técnicas de Boban, Asanovic y Jarni y perpetrado por la incuestionable capacidad goleadora de Davor Suker. Se trataba de una escuadra con una pegada demoledora, con un estilo muy definido de contragolpe en base a una solidez defensiva erigida en torno a Bilic y Simic.

Obviamente, el jugador más conocido de Croacia era Davor Suker. Campeón de Europa ese mismo año con el Real Madrid y conocido por su paso en el Sevilla, se trataba de un ariete completo, rápido en el desmarque, con una velocidad vertiginosa, un disparo demoledor, depurada calidad técnica e infalibre a balón parado. Respecto a su faceta goleadora, acabó proclamándose máximo anotador del Mundial con seis goles y es el goleador histórico de su selección con un registro de 45 goles.


Era un equipo muy joven y con muchas ganas de triunfar en Europa. La selección de cuadros también estaba integrada por jugadores que ya militaban en grandes equipos europeos como Boban, Jarni, Tudor, Prosinecki, Asanovic, Bilic, Stanic, Vlaovic y el mencionado Suker. Dicho sea de paso, Dario Simic, jugador croata con más internacionalidades (100, en total), es el único futbolista del combinado nacional que, además, jugó los Mundiales de 2002 y 2006. La sublime actuación de Croacia en la Copa del Mundo también destapó a grandes promesas que se consagraron con el podio como Soldo, Maric y Stimac, entre otros.

El secreto del equipo consistía básicamente en la línea ofensiva de delanteros que le aportaba una opulenta pegada en la zona de ataque. En efecto, Croacia jugaba con dos puntas: Davor Suker y Alen Boksic, al que una oportunista lesión lo apartaría del Mundial y sería sustituido en la fase final por Goran Vlaovic. Juntos, formaban un tándem explosivo. Mientras los dos arietes se repartían los goles, Robert Prosinecki estaba situado en la mediapunta, agotando sus días de fútbol, y Robert Jarni ejercía de incombustible carrilero por el costado izquierdo. Slaven Bilic, defensa histórico de Croacia, ejercía de mariscal de la zaga con Simic y Stimac.

Croacia queda encuadrada en el Grupo H del Mundial junto a Argentina, Jamaica y Japón. Dicho sea de paso, caribeños y nipones también eran debutantes en una Copa del Mundo. Cuando Croacia debutó en el Mundial en el estadio Félix Bollaert de Lens frente a Jamaica, todos eran conscientes de la calidad que atesoraban muchos jugadores del cuadro balcánico. Lo que pocos se podían atrever a soñar es que Croacia, ese país que se encontraba en una insultante niñez política, fuera a plantar cara a las grandes potencias como Argentina o Alemania en el encuentro de cuartos de final en el que le enchufó un indiscutible tres a cero a la Mannschaft. Incluso puso entre las cuerdas a la selección local, Francia, en las semifinales en Saint-Denis. Ésa es precisamente la grandeza del fútbol: hacer posibles cosas que en el mundo real se tornan verdaderamente complicadas de imaginar.


Croacia debuta ante Jamaica y, al descanso, el marcador campea un empate a uno con goles de Stanic para los europeos y Robert Earle para los centroamericanos. Una vez reanudado el segundo tiempo, los volantes del centro del campo croata fueron fundamentales. Un mediocentro de ida y vuelta como Prosinecki y la creatividad de Boban sentaron las bases del juego del equipo croata en la segunda mitad. De hecho, Robert Prosinecki anota el 2-1 y Davor Suker hace el 3-1 definitivo para los arlequinados. El próximo rival de Croacia sería Japón que había perdido por la mínima contra Argentina, un rival complicado al que una derrota los dejaba fuera del Mundial.

El partido ante el cuadro nipón fue áspero, dificultoso y no se presenció un buen juego en absoluto, con muy pocas ocasiones de gol. Davor Suker avisó estrellando un balón en el travesaño y, minutos más tarde, mediante una gran jugada individual de Asanovic, el 9 croata volvió a aparecer para batir a Kawaguchi y, de ese modo, llevarse los tres puntos al casillero europeo. Croacia estaba en octavos de final de la Copa del Mundo.

El tercer partido tendría tan buen cartel como irrelevancia. Croacia y Argentina, ya clasificadas, se enfrentaban para dilucidar quién pasaba como primera y segunda de grupo. La albiceleste se había reservado a los titulares como Simeone, Piojo López y Sensini y se impuso por la mínima con un gol de Pineda. En consecuencia, Croacia accedía a los octavos de final donde le esperaría otra de las revelaciones del torneo: la Rumanía del mítico George Hagi que habían pasado de ronda de forma totalmente invicta.


Los jugadores rumanos formaron con su particular look oxigenado, fruto de una apuesta. Croacia salió a por todas desde el principio. Tanto fue así que Davor Suker tuvo dos oportunidades para batir la portería defendida por Stelea. Rumanía se veía perdida inmersa entre el armónico juego croata. Las ocasiones más peligrosas de los rumanos llegarían al final del primer tiempo, por parte de Adrian Ilie, en una ocasión que fue solventada por Ladic, y por George Hagi que mandó un lanzamiento alto. En el descuento, Davor Suker transformó un penalti de Popescu a Asanovic. Ya en el segundo tiempo, Croacia dominó el partido de cabo a rabo y se adueñó de él. De hecho, pudo haber puesto distancia en el luminoso. La única acción peligrosa de Rumanía fue un tímido disparo de Craioveanu que Ladic detuvo sin complicaciones. Tras haber dejado a Rumanía en el camino, Croacia seguía adelante en su sorprendente participación en el Mundial. En cuartos de final, el rival a superar sería uno de los más complicados del torneo, Alemania, verdugo en la Eurocopa dos años antes.

El equipo germánico, actual campeón de la Eurocopa de Inglaterra 1996, estaba dirigido por Berti Vogts y era uno de los favoritos del torneo en el que estaban invictos. El encuentro comenzó con claro sabor alemán poniendo a Ladic contra las cuerdas varias veces, hasta que el jugador Woerns fue expulsado. Fue ahí cuando Croacia tomó el mando del encuentro y dispuso de las ocasiones más claras. Davor Suker pudo estrenar el marcador del estadio de Gerland en Lyon. Lo haría Robert Jarni mediante un sublime disparo cruzado que doblegó a Kopke.

Ya en la segunda mitad, Alemania lanzó toda su artillería en búsqueda del gol. Croacia, por su parte, se mostró mucho más cauta con el balón y jugó al contraataque. Bierhoff, héroe dos años antes en la Eurocopa, rozó el empate pero se topó con un providencial Ladic. En el minuto 80, las tablas teutonas se tornan francamente complicadas cuando Vlaovic sella el 2-0. A modo de colofón, Davor Suker rubricó la goleada con el 3-0 definitivo. Croacia era semifinalista del Mundial.


Clasificada como uno de los cuatro mejores equipos del mundo, a Croacia le esperaría Francia en semifinales, que venía protagonizando un excelente torneo y había eliminado a Italia en la tanda de penaltis en París. La estrella indiscutible de la primera parte de esta frenética semifinal fue Zinedine Zidane que pudo batir hasta en tres ocasiones a un soberbio Ladic. Al empezar la segunda mitad, mientras los asistentes a Saint-Denis aún se estaban acomodando en sus butacas, Davor Suker sorprende a una despistada defensa francesa, recibe un magistral pase de Asanovic que vende a Lizarazu y bate a Fabien Barthez en la salida. Pero Francia no se amilanó y segundos después Thuram, que se había volcado en tareas ofensivas de presión, fue a atorar una salida de balón croata, robó la pelota, emprendió una pared con Djorkaeff y empató, resarciéndose de la jugada anterior del gol de Suker en la que había habilitado al delantero balcánico.

Vuelta a empezar. Croacia no se rindió, pero el gol de Francia supuso un auténtico hundimiento moral. Thierry Henry dispuso de una ocasión. Thuram, por entonces de lateral derecho, se sumó nuevamente al ataque y ejecutó un potente disparo muy ajustado al palo que se coló por la meta de Ladic. Los dos goles los anotó el poderoso defensor francés, curiosamente, los dos únicos que marcó en toda su carrera.

A quince minutos del final, Laurent Blanc fue expulsado por darle un manotazo a Slaven Bilic. Con superioridad numérica, Croacia vio la luz al final del túnel y la remota posibilidad de empatar ya no parecía tan lejana. Se lanzaron a cuchillo mediante un fútbol no muy elaborado. Primero lo tuvo Vlaovic, luego Suker que se topó con Desailly y en el descuento Barthez mandó a córner lo que hubiera sido el empate. Francia accedió a su primera final del Mundial que se acabó adjudicando y a Croacia le tocaba jugar el siempre descafeinado partido por el tercer y cuarto puesto, una final de consolación ante Holanda.


Croacia estaba dispuesta a luchar por un lugar en el podio ante la selección de Holanda que había sido eliminada por Brasil en la otra semifinal de Marsella. La selección oranje contaba con una prometedora generación de jugadores como Kluivert, Cocu, Seedorf, Davids, Bergkamp, los hermanos De Boer, Van der Sar o Blind, muchos de ellos campeones de Europa con el Ajax de Ámsterdam en 1995. Adicionalmente, uno de los alicientes de este partido era la posibilidad de que Davor Suker se proclamara máximo goleador del Mundial. El ariete del Real Madrid empataba a 5 goles con Christian Vieri y Gabriel Batistuta que ya habían sido eliminados obviamente, aunque Ronaldo con 4 goles podía seguir sumando.

Fue un partido atractivo, ante dos equipos con mucha dinamita ofensiva y pronto se comprobó que iba a ser un encuentro de ida y venida. Los croatas no mandaron al limbo su primera ocasión que nació de una proyección ofensiva de Robert Jarni que se la cedió a Prosinecki quien marcó un bonito tanto a la media vuelta. Los hombres de Guus Hiddink consiguieron empatar en el minuto 21 por mediación de Bolo Zenden. Todavía en el primer tiempo, Davor Suker volvió a adelantar a Croacia con un gran pase a la red. Croacia era tercera del Mundial y Davor Suker se consagraba con 6 goles en 7 partidos, además, todos ellos los marcó en encuentros distintos y le anotó a todas las selecciones con las que jugó excepto a Argentina.

La selección arlequinada había entrado en la historia de este maravilloso deporte, un país con apenas siete años de edad y sumido en un caos político. El inventor de esta máquina de fútbol fue el seleccionador Miroslav Blazevic. El equipo destacó por la seguridad y reflejos de Ladic en la portería, la robustez física y calidad de Bilic y Simic, el enorme trabajo tanto defensivo como ofensivo de Robert Jarni en la banda izquierda, el astronómico talento e indiscutible calidad de Boban y Asanovic en la medular y la gran capacidad resolutiva de Davor Suker en la delantera. El secreto del éxito de este equipo fue la gran cantidad de experiencia acumulada en cada partido, la excelente calidad individual de cada jugador, el compañerismo y el tratar de igual a cada rival sin importar la envergadura de este. En eso consiste el fútbol.


Dirigidos por Miroslav Blazevic, estos fueron los jugadores croatas que lograron el bronce en Francia 1998, en sus respectivos clubes. Sin duda, una formación para recordar:

Porteros: Drazen Ladic (Dinamo de Zagreb), Marijan Mrmic (Besiktas) y Vladimir Vasilj (Hrvatski Drago).

Defensas: Igor Stimac (Derby County), Goran Juric (Croatia Zagreb), Slaven Bilic (Everton), Zvonimir Soldo (Stuttgart), Igor Tudor (Hajduk Split), Zoran Mamic (Bochum) y Dario Simic (Croatia Zagreb).

Centrocampistas: Anthony Seric (Hajduk Split), Aljosa Asanovic (Nápoles), Robert Prosinecki (Croatia Zagreb), Zvonimir Boban (AC Milán), Silvio Maric (Dinamo de Zagreb), Mario Stanic (Parma), Robert Jarni (Real Betis) y Krunoslav Jurcic (Croatia Zagreb).

Delanteros: Petar Krpan (Osijek), Davor Suker (Real Madrid), Ardian Kozniku (Bastia) y Goran Vlaovic (Valencia).

 

Fuente: Blog El 9 de Croacia, Blog Putofútbol y Mariano Nocetti, Recordando grandes equipos: Croacia 1998, Blog Cultura Redonda.

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