Mi historia personal con el Fútbol Club Barcelona acompañada de ese sentimiento tan inenarrable comenzó hace poco. Si sois seguidores asiduos de mi blog, os sorprenderá saber que hace menos de lo que os imaginais, pero es algo igual de intenso y especial.
Desde pequeño, siempre me he identificado mucho con el Betis equipo al que he seguido durante los ultimos años de mi infancia y tambien he vivido algunos capitulos de triste recuerdo como la marcha de jugadores insignia (Joaquín u Oliveira), descensos a Segunda División y una pésima gestión deportiva e institucional. Tuve la suerte de conocer después a un amigo que me inculcó todo ello de forma más interiorizada.
Anecdóticamente, fui simpatizante del Real Madrid en la época de la segunda Liga de Capello, con aquella segunda vuelta increíble y esas épicas remontadas. Para que veáis lo que entendía de fútbol entonces...
Cuando comenzó la temporada del triplete, vi los primeros partidos del Barça sin prestar demasiada atención. Bueno, en cierto modo sí, porque jugaba mi jugador favorito: Thierry Henry que hizo la mejor temporada en el Barça, consiguiendo unos buenos registros goleadores, desempeñando un crucial papel táctico, batiendo el récord de DiStéfano en la Liga de Campeones y rindiendo a un nivel bastante favorable.
Al igual que ahora, el Barça del triplete encandilaba por su forma de jugar y todo ello se saldó con la consecución de tal gloriosa gesta. Pero lo dicho, era algo a lo que no prestaba demasiada atención y, por supuesto, no lo vivia con la intensidad y pasión con las que lo hago a dia de hoy.
Sin embargo, a partir de los meses de marzo-abril de aquel año mi vida sufrió numerosas modificaciones y muy positivas, dicho sea. Mi círculo social cambió y, de forma indirecta, también lo hizo el conjunto de personas con las que jugaba al fútbol, personas con la que tengo el honor de contar en estos momentos. La verdad es que, además de lo dicho, conocí a personas que hicieron que mi vida cambiara a mejor, después de una época gris con algunos desengaños.
No quiero engordar el artículo con temas que se alejan años luz de los aquí abordados porque, en realidad, se trata de muchas cosas, aspectos y detalles. Pero, en esencia, viví una época muy positiva que coincidió con los títulos del Barça. Durante el mes de mayo vi al Barça endosarle un inapelable 2-6 al Madrid en el estadio Santiago Bernabeu, derrotar al Bilbao en la final de Copa, certificar de forma matemática el titulo de Liga y ganar la Champions en Roma. Mientras me deleitaba con todo ello, viví en el plano personal emociones muy fuertes que jamás olvidaré. Todo ello me enamoró y el Barça también.
Además, en dicha época conocí a personas que me inculcaron el barcelonismo de forma espontánea e indirecta, a las que estoy realmente agradecido. En resumidas cuentas, lo que me pasa con el Barça es muy sencillo. Mi mente inconsciente lo asocia de forma automática con aquella época que me rememora un buen recuerdo, en una época en la que fui feliz. Por tanto, el Barça me hace feliz. En la actualidad, también lo sigue haciendo porque las consecuencias de esos recuerdos y las personas implicadas siguen muy presentes en mi vida.
Las personas de mi círculo íntimo saben perfectamente de lo que hablo aunque mantenga en tono en clave, para mantener una línea general de discreción. En los días de la Supercopa de España y de Europa, viví esas emociones de una forma aún mayor que hace que recuerde esos días de forma muy, muy especial.
Así que le doy las gracias al Futbol Club Barcelona por haber estado presente en momentos tan importantes a la par que me enamoraba de su forma de jugar. Gràcies!
Y tengo la fortuna de decir que todo ello sigue presente actualmente. Més que un sentiment, jamás estuve tan de acuerdo con una frase que expresa una idea.
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