Nos suena lejano el término gol de oro, queramos o no. El de David Trezéguet a Italia en la final de la Eurocopa de 2000 es uno de los más recordados. No obstante, cuatro años antes en la Eurocopa de Inglaterra, la final ante la República Checa también se solucionó con un gol de oro. ¿Quién fue el encargado esta vez? El recordado es el alemán Oliver Bierhoff.
Nacido en Karlsruhe, comenzó su carrera en el modesto KFC Uerdingen. y después pasó a clubes con más nombre en el plantel europeo como el Hamburgo y el Borussia Mönchengladbach. Su gran altura (1,91 m.) le convertía en un extraordinario rematador de cabeza y goleador. De hecho, en la final de la Eurocopa de 1996, previamente citada, le marcó aquel sonado gol a la República Checa en Wembley.
Su carrera parecía estar sumida en el aletargamiento cuando fichó por el Salzburg austríaco en 1990. Su siguiente destino sería Italia, concretamente, el Ascoli de la Serie B. Allí permaneció cinco temporadas hasta que en 1995 fichó por el Udinese, equipo recién ascendido con el que se proclamó máximo goleador del campeonato doméstico italiano y con el que marcó 20 goles. De este modo, es el único jugador extranjero que ha sido pichichi en la Seria A y B italianas.
Sus grandes actuaciones con el Udinese captaron la atención del Milan que contrató sus servicios en 1998 para formar una dupla letal en ataque con el ariete ucraniano Andrey Shevchenko. Así pues, su primera temporada en el conjunto lombardo se saldó con el título de campeón de la Seria A y la nada desdeñable cifra de 27 goles con la camiseta rossonera.
En 2001 pasó al Mónaco. Sin embargo, en el equipo del Principado no llegó a cuajar del todo y fue de nuevo traspasado al Calcio, esta vez, al Chievo Verona. Su retiro le esperaría en la siguiente temporada pero se marchó a lo grande: le endosó un hat-trick a la Juventus en su último partido oficial con el Chievo.
También jugó el Mundial de Francia de 1998 en el que le marcó un gol a la selección mexicana, siendo imprescindible en la remontada alemana en los octavos de final y participó en la Eurocopa de Bélgica y Holanda en 2000. Su broche final en la Mannschaft tuvo lugar en la final del Mundial de Corea y Japón 2002 en el que se quedó a las puertas del triunfo tras perder con Brasil la final por 2-0.
Como datos curiosos, su padre fue portero en la década de los 50 y, además, su abuelo fue presidente del distrito de Düren. Existen rumores de que la mujer del seleccionador alemán en la Eurocopa de 1996, Verti Vogts le convenció para que se llevara a Bierhoff para dicho torneo. Ya verás cómo te lo paga. Ya lo creo que atinó...
Fue organizador del Mundial de Alemania de 2006 y ayudante en la Mannschaft. Al derrotar a Argentina en cuartos de final, se montó una tángana en la que Bierhoff se prestó para interponer paz. No conformes con ello, los argentinos lo acusaron de meter cizaña. Posteriormente, el ex-jugador alemán declaró que el temperamento de los argetinos era muy fuerte...
Fuera del campo, estudia Ciencias Económicas en Estados Unidos, además de ser mánager de la selección alemana junto con Joachim Löw. Su imagen formal le ha servido para anunciar cosméticos y ser contratado por instituciones financieras del mundo del fútbol. En su palmarés constan únicamente la Serie A con el Milan en 1999 y, a nivel internacional, la Eurocopa de 1996 con Alemania. Sin duda, siempre será recordado en Alemania por haberle dado a los teutones su último gran trofeo continental.
Junto con Löw, forma parte del equipo técnico de la selección alemana desde el Mundial de Alemania de 2006 en el que formó parte del comité organizador del mismo.
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