2 de junio de 2011

Dios existe y se llama Pep Guardiola


El Barcelona ha conquistado su cuarta Copa de Europa y la segunda desde que Josep Guardiola dirige al primer equipo. No obstante, semanas atrás el equipo azulgrana ganaba su tercera liga consecutiva y, allá por enero, el podio del Balón de Oro estaba compuesto por tres jugadores formados en La Masía (Messi, Iniesta y Xavi) siendo premiado el argentino. Por si esto fuera poco, varios son los expertos que catalogan a este Barcelona como el mejor equipo de todos los tiempos.

Correcto. Sin duda, estamos viviendo la mejor etapa de la historia del Barça en la que se ha superado en Copas de Europa al Dream Team de Johan Cruyff. El artífice del equipo de moda, Pep Guardiola, vive con delirio cada victoria del equipo. La razón es rotunda: ama el barcelonismo. Como él mismo dice: Este club ha perdido más que ha ganado. Para probarlo, basta con desempolvar la máquina del tiempo y retroceder exactamente diez años atrás. Corría el año 2001 y en el Camp Nou se vivía un ambiente muy distinto al de hoy día...

En esencia, el Barcelona era un equipo desdibujado al que llegaban jugadores prometedores que mostrarían un rendimiento muy mermado. Fue una temporada convulsa en la que Figo, amigo personal de Pep, se marchó al Real Madrid y no se ganó ningún título. Además, al frente del barco se situaba Joan Gaspart en la presidencia. En ese contexto, tras una sesión de entrenamiento, los periodistas de Barcelona fueron sorprendidos por un llamamiento en rueda de prensa de Pep Guardiola. 


El hoy entrenador del Barça sorprendió a los medios al anunciar su salida del club cuando finalizara la temporada. Las relaciones con el presidente anterior, Josep Lluís Núñez, no eran buenas y, dos años antes, sufrió una extraña lesión en los isquitibiales que lo mantuvo alejado del césped prácticamente toda la temporada. De hecho, se perdió el Mundial de Francia como consecuencia de su anomalía muscular.

Cosas del fútbol, el año que sufrió la lesión sirvió para que se extendieran rumores de todo tipo. Se cuestionó su sexualidad después de que desfilara para Antonio Miró e incluso se le llegó a llamar por el sobrenombre de El Mito porque leía Martí i Pol. De un modo más grave, muchos desaprensivos indicaron que sufría una enfermedad grave que era realmente la responsable de que no jugara, algo totalmente falso.

En un ambiente tan concentrado, Pep subrayó literalmente: Llegué aquí sin pelo y me voy padre de familia. El ambiente que vivió Guardiola era difícilmente respirable. Para una persona que ama al fútbol, acudir a los entrenamientos se convirtió en una tarea ardua más que placentera. Su rendimiento físico no le acompañaba pero todo el ambiente y la gestión del club, recordemos, con Gaspart como presidente, colmaron el vaso y desembocaron en la marcha de Pep.


Después de aquello, lo más indicado para despedir a un histórico jugador hubiera sido una manada de pancartas y consignas de agradecimiento. Nada más lejos de la realidad. En un partido en el que el Barça pierde frente al Oviedo, el Camp Nou llegó a gritar: Más Urrutis, menos peseteros. O sea, la afición culé le pitó a uno de los jugadores más importantes de los últimos años del club. Para colmo, en el último partido de Pep como jugador del Barça, corría el mes de mayo y el Barça caía eliminado en semifinales de Copa ante el Celta. Los silbidos continuaban como el canto de los pájaros al amanecer y parecía no haber forma de hacerlos cesar.

Fue en ese momento, cuando un ex-madridista como Luis Enrique lo cojió en brazos y generó un tímido aplauso del público. Si bien, no se vió ninguna pancarta de ánimo ni nada por estilo. Se iba Guardiola, un catalán de pura cepa, alguien que ama todo lo azulgrana, el yerno perfecto y las muestras de reconocimiento por los años de dedicación brillaban en aquel oasis de gratitud. 

Pasaron años sin que se supiera nada de Pep Guardiola. Se pensó que iría a algún equipo grande para terminar con éxito su carrera pero no. Su destino fue el modesto Brescia italiano y, posteriormente, Millonarios de Sinaloa.


En el plano personal, Pep lo pasó fatal porque fue testigo en primera persona de cómo el Barça cambió. El equipo que dejó no era ni la sombra del Dream Team que, con él, tocó el cielo del fútbol. En cambio, la presión le pudo, las calumnias vertidas hacia él le colmaron la paciencia y las habladurías sobre sus preferencias sexuales por el simple hecho de haber desfilado avivaron su discurso interno: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Ha llegado el momento de volver a los tiempos actuales. En la máquina del tiempo, ya hemos configurado la fecha exacta. Si viste Regreso al futuro, es importante saber que no debes operar ningún cambio brusco en el pasado que altere el presente. Pero, anécdotas de ciencia-ficción aparte, la realidad es esa: Guardiola salió del Barça por la puerta de atrás.

Aún hoy, Guardiola no ha olvidado eso. Los sentimientos tan negativos que vivió en sus últimos días como jugador del Barça siguen ahí. De hecho, en rueda de prensa ha indicado que sabe lo que pasa en el Camp Nou cuando las cosas no van bien y se mantiene ojo avizor. ¿Por qué? Porque sufrió mucho habiendo sido uno de los jugadores más emblemáticos del club y no obtuvo el reconocimiento merecido.

Afortundamente, el fútbol te devuelve lo que le das. Si has visto las tres últimas temporadas del Barça, sabes perfectamente a lo que me refiero y, diez años después de sus malas vivencias, Pep puede sentirse feliz por vivir unas diametralmente opuestas.

En su corta estancia en la Roma, jugó contra el Real Madrid en Champions en la temporada 2002/2003. En la ilustración, aparece en dicho encuentro junto a Raúl.

 Captura del momento en que Guardiola se despedía de la afición que lo disfrutó desde 1990 hasta 2001. La verdad sea dicha, no fue una despedida muy efusiva.

4 comentarios:

  1. Jóse Ángel, por favor, poner a Guardiola como un Dios, es solo fútbol, chaval.

    Un saludo

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  2. Para mi, un Dios es un cirujano que salva vidas, o gente que lo dan todo por los demás.
    Este es un entrenador de fútbol que ha tenido una plantilla inmensa, quizás la unión de jugadores mejor de la historia.
    Ya está bien de mitificar tanto a este hombre.

    Un saludo

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  3. perodona pero te dejo un video muy bonito =) http://www.youtube.com/v/Cy8AOGGLFag

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