23 de mayo de 2011

La final de la cuarta

 

Faltan tan sólo cinco días para que el fútbol vuelva a casa. En efecto, Barcelona y Manchester United volverán a verse las caras en una final de Copa de Europa tras la inolvidable cita de Roma hace ahora dos años. Ambos equipos son los únicos que, junto al Inter de Milán, cuentan con tres Champions en sus vitrinas. El próximo sábado desde Wembley, culés o red devils romperán el empate y uno de los dos sumará su cuarta Orejona junto a Bayern de Múnich y Ajax de Ámsterdam.

Sin lugar a dudas, ambos equipos se encuentran sumidos en su época más gratificante. En el siglo XXI el Manchester United ha ganado diecisiete títulos y el Barça ha sumado nada menos que catorce. Dos estilos de juego completamente diferentes se verán las caras el próximo sábado 28 de mayo para aumentar su cuenta. Entre tanto, esta es la andadura de culés y diablos rojos en finales continentales.


El Manchester United ganó su primera Copa de Europa en 1968 en Wembley, precisamente. Esa histórica plantilla entrenada por Matthew Busby y que contaba en sus filas nada menos que con Sir Bobby Charlton y George Best doblegaron al Benfica del gran Eusebio. Los ingleses ganaron por 4-1 y la final supuso el final de ciclo de un glorioso equipo al que siguió una etapa de sequía en la que no se ganó nada durante más de veinte años.


El Barça también empezó su particular contador de títulos en el mítico estadio londinense. En la final de 1992, el deslumbrante Dream Team derrotó a la Sampdoria con el recordado gol de Ronald Koeman. En contraposición, esta final no supuso ningún fin de ciclo. Al revés. Johan Cruyff ganó dos ligas más con el equipo barcelonista y sentó las bases para que su filosofía y sello personal siguieran latentes en el club.


El Camp Nou acogió la segunda Copa de Europa del Manchester United. El 29 de mayo de 1999, el equipo de Álex Ferguson derrotó al Bayern de Múnich en aquella apocalíptica final al estilo Hitchcock. Los red devils remontaron a los bávaros mediante los goles de Solksjaer y Sheringham en los dos últimos minutos de juego. En esa temporada, el Barcelona no tuvo un gran papel en la competición dado que no superó la fase de grupos en la que fue encuadrado, precisamente, con Manchester y Bayern.


Siete años después de la mítica hazaña del United, el Barcelona de Ronaldinho y Rijkaard escogió la Ciudad de las Luces para reescribir su romántica leyenda. En Saint-Denis, el 17 de mayo de 2006 el Arsenal de Thierry Henry y Arséne Wenger pereció bajo una cálida llovizna y la aportación goleadora de Eto'o y Belleti. El Barça lograba su segunda Copa de Europa el mismo año en el que el Manchester United ni siquiera superó la fase de grupos.


La final de Moscú en 2008 se tuvo que decidir en la tanda de penaltis después de que Cristiano Ronaldo y Frank Lampard firmaran el empate en el tiempo reglamentario. El resbalón en tierras rusas de John Terry, capitán blue, cuando se disponía a lanzar su penalti, coronó al Manchester United como campeón de Europa. Dicho sea de paso, en semifinales batió al decrépito Barcelona en el que sus grandes estrellas de años anteriores no eran ni la sombra de lo que fueron en algún glorioso momento.


Los caminos de Barcelona y Manchester coincidieron en la final de Roma en 2009. Se trataba básicamente de los dos mejores equipos del mundo. Pep Guardiola, debutante en el banquillo del Barcelona tenía enfrente nada menos que a Sir Álex Ferguson a quien la experiencia le avalaba y ganaba títulos cuando el de Santpedor aún era un recogepelotas. 

Tras unos minutos con claro dominio inglés, Eto'o firmó el 1-0 que abría de par en par el camino a la tranquilidad. Posteriormente, Messi batió a Van Der Sar con un preciso cabezazo que suponia el 2-0 definitivo. La victoria suponía la guinda al pastel en una temporada en la que se consiguió el triplete de forma magistral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario