25 de septiembre de 2010

Fútbol y filosofía (I)


El deporte rey también sirve para pensar y profundizar en el saber. Si no, que le pregunten a Zlatan Ibrahimovic cuando apodó a Pep Guardiola como El Filósofo tras su salida del club. Aunque aún haya personas a las que cueste creerlo, los éxitos del equipo y del fútbol en general se cimientan en un gran conjunto de nociones filosóficas y valores sin los cuales difícilmente se llegaría a algo congruente. Es duro pensar que haya personas que no lo sepan o se nieguen a aprenderlo. Ello deriva, por así decirlo, de una cierta mentalidad de escasez y una idea claramente errónea del juego deportivo.

En particular, mi máxima se erige en que el fútbol sólo sirve para enriquecer tu vida pero nunca la llega a definir por completo. Si no lo hiciésemos así, nuestra existencia dependería exclusivamente de este deporte y nuestros objetivos en la vida serían difusos o quedarían seriamente mermados. Aunque lo comenté en un post anterior, me parece útil recordarlo porque ya sabeis lo que dicen: Lo bueno si breve, dos veces bueno. Es decir, dosificar nuestra afición con cuentagotas, no obsesionarse y tener muchas otras áreas de dominio y gusto en la vida.

Pero no sólo en el fútbol. Si dejamos que cualquier afición, trabajo o hobbie nos aleje del mundo real y nuestro tiempo se limite solamente a algo, podemos llegar a parecer autómatas en lugar de seres humanos. Si tu amor a este deporte comenzó hace poco, es normal que durante los primeros meses empieces a pensar y a dedicarle bastante tiempo. A mí también me pasó. Sin embargo, es conveniente que toda esa entrega la compagines con tu vida, tus amigos y otros aspectos que te pueden hacer más grande como persona aún si cabe.

Los equipos y, en especial los grandes clubes, nos hacen felices al verlos jugar francamente bien, ganar títulos o viéndolos practicar este deporte. Particularmente, cuando recuerdo a equipos que me han marcado como el Barça de las 6 copas o a la selección española campeona de Europa y del Mundo me gusta emular acontecimientos memorables de mi vida que ocurrieron de forma paralela a sus hitos. Es decir, disfrutar de ese sentimiento reconfortante que surge cuando estás sumido en una conversación con amigos o conocidos y, al hablar de determinados partidos, poder decir: A mí ese día me ocurrió algo realmente gratificante e interesante...

Pero tampoco debes obsesionarte con esto. Si en esos partidos no te ocurrió nada para recordar, no desesperes. Habrá muchas más veces en las que recrearte y disfrutar naturalmente de ellas. No lo busques, sólo vendrá. Si no lo haces así, creerás que depende de ellos y no lo pasarás bien. Desarrollarás emociones negativas que rara vez te convencerán.

Aunque no tiene por qué tratarse necesariamente de equipos de tal envergadura. Puede ocurrirte con partidos normalitos e incluso con esos encuentros responsables de que bosteces en varias ocasiones. Por eso, lo imporante es tener una vida que esté enriquecida con algo tan especial como el fútbol pero nunca que dicho deporte llegue a protagonizarla o monologuizarla, acapando toda la atención.

A fin de cuentas, se trata de llevar a cabo un modelo pragmático con el único fin que perseguimos los seres humanos: ser felices, en un claro trasunto a la filosofía aristotélica. Si algo me ha enseñado el modelo azulgrana es que los valores humanos se transportan al fútbol y allí, desde una perfecta armonía entre jugadores y un agradable ambiente entre todos se alcanzan los éxitos. Curiosamente, en la selección española también queda patente el excelente ambiente entre todos y los recientes éxitos que ya todos sabemos.

Entre los valores más importantes en el fútbol me quedo con el respeto entre todos y la familiaridad. Las campañas de la UEFA se han encargado de hacernos saber el importantísimo papel que juega el respeto con el lema RESPECT. Chapeau para ellos. Pero también hay que respetarse entre todos los componentes de un equipo, sabiendo los pros y los contras de todos y no realizar acciones reprobables que puedan poner en entredicho la valía como persona de otros porque, en ese caso, es la valía humana del resposable la que paradójicamente sí queda cuestionada.

Dicho sea de paso, ya que hablamos de valores también he de referirme a la familiaridad. Es importante tratarse como si nos conociéramos de toda la vida porque, en caso contrario, nos crearíamos barreras difícilmente remontables. Esto no significa que nos convirtamos en unos cotillas y en unos marujos. En absoluto. Pero sí se trata de disfrutar con los demás y creerte que hay confianza. Así, en el futuro será más fácil que la haya. Créetelo hasta que lo seas.

A nivel anecdótico, ésta es una de las lecciones más importantes que Guardiola nos ha enseñado, al menos a mí me ha encantado percibir ese conocimiento. Sólo hay que ver las imágenes de la celebración del triplete para darse cuenta de la gran familiaridad existentes entre el entrenador catalán y Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Carles Puyol o Leo Messi. También bromeó ante los periodistas cuando respondió que a veces Piqué está mal de la cabeza, entre las carcajadas de los medios. El motivo puede ser básicamente los lazos creados entre todos gracias a la familiaridad y el tiempo que hace que se conocen.

Desde mi humilde opinión, el noi de Santpedor es la persona que mejor partido ha sabido sacarle a la filosofía futbolística, más incluso que el mítico jugador brasileño Sócrates.

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo. El futbol es una forma de vivir la vida de manera sana, te motiva a mejorarte fisica y psicologicamente dia a dia, además disfrutas compartiendo cancha, balon e incluso equipo con los tuyos. Sin duda, completamente de acuerdo^^

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  2. Pues me alegro que te guste. Llevaba tiempo queriéndolo publicar. Es triste que haya personas que se nieguen a creerlo.

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